La inversión y la tecnología son elementos importantes pero insuficientes para explicar el éxito de una compañía en su despliegue de red. Cegados por las grandes cifras, podemos olvidar el componente más importante de una red de telecomunicaciones: las personas que trabajan en ella, por ejemplo los instaladores de antenas o los operarios que tienden cables por nuestras calles.
Trabajadores que, más allá de los grandes titulares corporativos, son también protagonistas de la revolución digital y que, a veces, deben superar circunstancias difíciles para que yo pueda publicar este texto y usted pueda leerlo. Hemos preguntado a empleados de Orange y allá van algunas de las más insólitas situaciones a las que se han enfrentado. En total, 10 anécdotas muy locas.. pero ciertas:
Evacuación en helicóptero
Reunión de vecinos con agente de la empresa de adquisiciones que se dedica a la contratación de emplazamientos, para tomar una decisión al respecto. Duda de uno de los vecinos: “¿en caso de tener que evacuar la finca por cualquier tipo de catástrofe, si en la azotea están la caseta con los equipos y las antenas, cómo va a aterrizar el helicóptero que tiene que rescatarnos?” Respuesta de otro de los vecinos; “No suele aterrizar, tira una escalera”.
Finalmente el contrato se firmó y el emplazamiento está construido y en servicio. De momento a los instaladores de antenas de Orange no les consta que los vecinos hayan tenido que ser evacuados en helicóptero.
Una cripta oculta
La cripta oculta bajo el suelo de la Iglesia de Santa María del Camí (Baleares) se descubrió al ir a picar el suelo para realizar la arqueta de tierras de una estación de telefonía: cuando el operario comenzó a romper la losa bajo la cual se suponía que debía estar ya el terreno sobre el que se asentaba la iglesia, el suelo de hundió. Para sorpresa de todos, allí se hallaba una cripta sellada durante siglos de la que nadie en la parroquia tenía conocimiento.
instaladores de antenas y Pezones..¿mutantes?
Reunión convocada por el ayuntamiento de una localidad murciana con problemas de alarma social debido a la instalación de antenas de telefonía móvil, cedemos la voz a un operario de Orange: “cuando llegamos al salón de plenos nos encontramos a numerosos representantes de una plataforma vecinal anti-antenas que inmediatamente nos empiezan a increpar. Por supuesto, no hay ninguna prueba sólida que justifique ese miedo pero fue imposible cualquier tipo de razonamiento con ellos, y más cuando nos enfrentamos al argumento de un señor que decía que …desde que habíamos instalado una estación en el pueblo, a su mujer se le habían dado la vuelta los pezones…”
Secuestro en Murcia
Y es que los colectivos anti-antenas, a pesar de que no hay evidencias científicas que justifiquen sus protestas, son bastante combativos. En una pedanía murciana llegaron a retener contra su voluntad a dos instaladores de antenas de la contrata de mantenimiento de una antena. Personada allí la Guardia Civil, no pudo convencer a los vecinos de la conveniencia de liberar a los dos técnicos retenidos aunque sí consiguió canjearlos por un técnico de la operadora. Al final, la liberación del técnico secuestrado sólo fue posible tras la intervención de la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia.
Un animal salvado por una antena de telefonía
Otro instalador nos cuenta que “en una visita a un emplazamiento situado en una azotea, nos dimos cuenta de que había un perro maltratado y encadenado en condiciones inhumanas en el balcón del último piso del edificio de enfrente. El pobre animal solo era visible desde nuestra estación. A pesar del retraso en el trabajo que eso podría conllevar, decidimos llamar a la policía y el animal fue finalmente rescatado”.
Bueyes y hormigón
El propietario de un caserío cerca de Bilbao exigió que el camino a la torre fuera hormigonado, a pesar de que no era necesario, ya que disponía de un buen camino de grava sin pendiente. Al final confesó el motivo: necesitaba el camino para entrenar a una yunta de bueyes para las “idi proba”, un deporte rural vasco que consiste en arrastrar una piedra de entre 1.500 y 4.000 kilos por una plaza empedrada, por supuesto sin ruedas. Gana la yunta de bueyes que más veces recorre la plaza arrastrando el pedrusco.
El enterrador nocturno
Los trabajos de la construcción de una estación rural comienzan con la excavación de un agujero de unos 10 m3 que se debe llenar de hormigón para asegurar la base de la torre. Pues bien, en una ocasión los operarios tuvieron que volver a agujerar el suelo hasta en cinco ocasiones antes de darse por vencidos y descartar la construcción del emplazamiento: cada vez que regresaban al lugar se encontraban con que lo excavado el día anterior había sido tapado por alguien durante la noche. El enterrador nocturno resultó vencedor en esta ocasión.
Dolores de cabeza municipales
Ante la solicitud de licencia para la instalación de una estación en un municipio de la provincia de Valencia, los responsables de esta labor recibieron la siguiente respuesta:
“Acusamos recibo del proyecto presentado por Uds, para la instalación de una estación de telefonía móvil, y les informamos que hemos hecho una encuesta en el pueblo de resultas de la cual hemos decidido que no necesitamos telefonía móvil, con lo que pueden pasar a recoger su proyecto”.
Tras ponerse en contacto con el ayuntamiento para entender la respuesta, los miembros de la corporación municipal responden que “eso de la telefonía móvil da dolores de cabeza y que no quieren saber nada de ello”. Desde Orange les intentan entonces aclarar que los rumores que hablan de la afectación de la telefonía móvil sobre la salud son infundados, pero la conversación se interrumpe definitivamente cuando los miembros del ayuntamiento aclaran que: “la encuesta la hemos hecho entre los miembros de ayuntamiento y, cuando hablamos de dolores de cabeza, nos referimos a los que nos originarían las protestas de los vecinos si dejamos que instalen la antena”.
Picaresca vecinal
Durante la visita del técnico a una azotea para empezar a instalar los equipos de una antena, se encuentra con una vecina del edificio que afirma que “desde que han puesto la estación ningún vecino ve bien la televisión.” El técnico abre la caseta y le muestra que está totalmente vacía, que no hay equipos porque aún no los ha instalado. Ante ese panorama, la señora responde: “nos han dicho que si protestamos ustedes nos pondrán una antena colectiva gratis”.
Objetivo militar prioritario
Reunión de vecinos con el agente de la empresa de adquisiciones que se dedica a la contratación de emplazamientos, para tomar una decisión al respecto. La negativa final de los vecinos se fundamenta en que, según afirma un vecino, “los centros de comunicaciones son objetivo militar prioritario, y en caso de guerra ellos no quieren serlo”.
“Una antena me mira a los ojos”
Este inquietante mensaje desencadenó la visita de los instaladores de antenas de Orange a una vivienda situada junto al emplazamiento de una torre, para investigar el caso. La sorpresa fue que, efectivamente, una de las parábolas instaladas en la torre, a la hora en que la dueña de la casa fregaba los platos, producía un reflejo del sol que, al impactar en la pared de la cocina, deslumbraba a la propietaria “mirándola a los ojos”. La curiosa incidencia se resolvió reinstalando la antena a una altura mayor, para que la mujer no tuviera que soportar esa cegadora mirada.