Estudiantes de la Universidad de Leicester han realizado un estudio para determinar la viabilidad de los poderes que distinguen a algunos de los superhéroes más populares. Según las conclusiones de una serie de artículos publicados entre 2009 y 2016, en las revistas The Journal of Pshysics Special Topics y The Journal of Interdisciplinary Science Topics, el superhéroe mejor equipado de todos podría ser el Superman, seguido de cerca por Lobezno, Mística y Thor.
Superman es un sol
Los jóvenes investigadores, que publicaron su estudio el pasado 12 de junio coincidiendo con el Día de Superman, afirman que, según la Ley de Conservación de la Energía, “el último hijo de Krypton” es capaz de generar ataques de hasta 7.07×105 julios/segundo de energía solar acumulada. Si a esto sumamos la fuerza y velocidades extraordinarias, los rayos que salen de sus ojos o su poderoso tejido muscular, obtenemos los motivos que le han colocado en el “top” de este peculiar ranking.
En los puestos de honor también se encuentran dos miembros del universo X-Men, Wolverine y Mística: el primero por su capacidad de regeneración y la segunda por su extraordinario dominio de la manipulación genética, que le permite cambiar de apariencia con facilidad. En cuanto Thor, los estudiantes de Leicester destacan su alta eficiencia energética y poderes explosivos.
Cuidado con los frenos, Batman
En el lado negativo nos encontramos con el sombrío Batman, al que estos universitarios no vaticinan buenos aterrizajes al lanzarse desde los edificios de Gotham desplegando su capa. La investigación sugiere que el “hombre murciélago” alcanza velocidades de alrededor de 80 km/h, lo que podría ser mortal al tomar tierra. Esta incapacidad para llevar a cabo incluso la más simple de las hazañas, podría dejar a Gotham a merced del Joker al primer salto al vacío de nuestro enmascarado favorito.
Polémicos superpoderes
A pesar de estas nuevas revelaciones, que sitúan a Superman en la cumbre del mundo de los superhéroes, un estudio anterior publicado en 2014 dudaba de su capacidad para obtener suficiente energía del Sol como para volar o alimentar su fuerza sobrehumana.
Tal como se puede leer en la Wikipedia, la fuente de los poderes de Superman ha ido cambiando a lo largo de su historia si bien, a medida que el catálogo de sus capacidades aumentaba, ha tomado fuerza la idea de que los kriptonianos cuya estrella nativa –Rao- era roja, sólo adquirían poderes bajo los rayos de una estrella “amarilla”, como nuestro Sol.
El caso es que, sobre la base de cálculos sobre su eficiencia solar celular –una ecuación que se utiliza para medir, por ejemplo, la capacidad de los paneles fotovoltaicos que se encuentran en los tejados de algunos edificios- los estudiantes determinaron la cantidad de energía solar que Superman necesitaría para una jornada de vuelo.
1.096 julios por segundo
Estimando la superficie de su cuerpo que podría estar en contacto con los rayos del nuestra estrella, el equipo fue capaz de concluir que “el hombre de acero” absorbe 1.096 julios por segundo del Sol. Posteriormente, el equipo calculó la cantidad de energía que Superman utilizaría en el vuelo para superar las fuerzas de arrastre. Su conclusión fue que, para un vuelo de ocho horas a una altitud de 30 km, utilizaría 207.000 millones de julios, lo que supondría una eficiencia solar muy por encima de lo razonable.
De acuerdo con la ley de conservación de la energía, ésta no se crea ni se destruye dentro de un sistema cerrado, sino que se transforma. Por tanto, los estudiantes plantearon la posibilidad de que el héroe de la capa roja obtenga la energía necesaria a partir de fuentes alternativas o que sea capaz de almacenar energía para su uso futuro.
A la luz de los datos obtenidos, y haciendo gala de ese sentido práctico tan británico, los estudiantes concluyeron que, ya que Superman se muestra tan eficiente en el absorción y manejo de la energía, podría utilizar alguna de sus capacidades para cubrir las necesidades energéticas de la Tierra.
Creatividad y rigor para futuros científicos
Los artículos de los estudiantes han sido revisados por expertos de la Universidad de Ciencias Interdisciplinarias y el Departamento de Física y Astronomía. Las publicaciones en las que han dado a conocer sus trabajos están diseñadas para proporcionar a los alumnos experiencia práctica de la escritura, edición, publicación y revisión de artículos científicos.
El Doctor Cheryl Hurkett, del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Universidad de Leicester, explica que «una parte importante de la actividad de un científico profesional (así como muchas otras profesiones) depende de su capacidad para conectar la gran cantidad de información que tiene a su disposición y ser capaz de utilizar su conocimiento en un contexto nuevo o novedoso”.
Trabajos como el del análisis de las capacidades de los superhéroes permiten a los alumnos practicar esta forma de pensar y también contribuyen a que se sientan más seguros de cara la presentación de futuros estudios. La combinación equilibrada de creatividad y rigor en el manejo de datos científicos puede ser determinante para su futuro profesional como investigadores.