Los sindicatos han estado protegiendo los derechos de los trabajadores desde hace más de un siglo. Es gracias a la negociación colectiva y las protestas de los trabajadores que muchos disfrutan hoy el derecho a reclamar aumentos salariales, acceder a servicios de salud y mejorar las condiciones de trabajo. Pero los sindicatos en los países desarrollados se enfrentan hoy a un mundo “fracturado” y a procesos de automatización en el entorno laboral.
La disminución de la afiliación sindical, la creciente heterogeneidad en las relaciones laborales entre los países y el debilitamiento de la negociación colectiva han comprometido la dimensión de las relaciones laborales del modelo social. Además, la digitalización, automatización y plataformización de la producción económica están modificando las relaciones sociales en el mundo laboral y afectando a las condiciones laborales.
Los sindicatos ante los retos tecnológicos”, dibuja una panorámica de la situación actual de las agrupaciones sindicales, así como de los retos a los que se enfrentan para seguir cumpliendo su papel histórico.
La Fundación COTEC, en su informe “«Es necesario apostar por iniciativas que ayuden a crear un mercado laboral justo, inclusivo, atractivo y competitivo».
sindicatos en un mundo que cambia
Los trabajos están cambiando, con efectos no deseados, como por ejemplo el aumento de las desigualdades existentes causado por la brecha digital o nuevas formas de exclusión social. La automatización puede impactar más a los trabajadores y las trabajadoras no cualificadas y tener menor impacto en actividades muy específicas que forman parte de los cuellos de botella para la automatización. Por ello, tal como señala el Secretario general de CCOO, Unai Sordo, «vamos a ir a un proceso de formación permanente a lo largo de la vida laboral».
“Los trabajadores -añade- deben dotarse a través de un nuevo modelo de formación que potencia la pluralidad de competencias que deben ser reconocidas”
Por otra parte, aunque la digitalización puede reducir accidentes y fortalecer la comunicación entre trabajadores y trabajadoras, en muchos sectores los horarios laborales se están alargando o intensificando, lo que conlleva impactos negativos para la salud, la conciliación laboral y la seguridad de los trabajadores. Este escenario también está teniendo efectos serios en cuanto a la autonomía y privacidad de las personas trabajadoras, además de fomentar nuevos tipos de discriminación.
«Vamos a ir a un proceso de formación permanente a lo largo de la vida laboral».
La situación de los derechos laborales también es fundamental desde una perspectiva estructural, ya que los salarios se están reduciendo en muchos sectores y algunos puestos de trabajo están en riesgo. En general, la tecnología actualmente está contribuyendo a aumentar la desigualdad de poder en el puesto de trabajo.
Este problema requiere respuesta a través del diálogo social a nivel nacional y supranacional, ya que las variaciones en los efectos de la digitalización o automatización pueden cambiar mucho dependiendo de la estructura socioeconómica de cada país.
Para Cristina Garmendia, Presidenta de la Fundación COTEC, es necesario ante todo apostar por “iniciativas que ayuden a crear un mercado laboral justo, inclusivo, atractivo y competitivo.
pérdida de puestos de trabajo
Sobre la posibilidad de que la tecnología reduzca los puestos de trabajo, Christophe Degryse, Jefe de la Unidad de Prospectiva en el Instituto Sindical Europeo (ETUI), aporta cierta dosis de optimismo. “Muchos empleos están compuestos de varias tareas, algunas de las cuales pueden estar en riesgo. Pero ¿significa esto que ese puesto de trabajo está amenazado? En muchos casos, hay empleos que se pueden reorganizar en torno a nuevas tareas. Por eso es tan difícil predecir el número de empleos que se perderán, crearán y transformarán… La verdad es que no tenemos una bola de cristal.”
Ante esta situación, el informe de la Fundación COTEC apunta distintas áreas de acción que facilitarían nuevas condiciones estructurales capaces de abordar los retos planteados por la disrupción tecnológica.
«Es difícil predecir el número de empleos que se perderán, crearán y transformarán… La verdad es que no tenemos una bola de cristal».
En este sentido, ampliar el diálogo social, incluyendo a actores de fuera del ámbito de las relaciones laborales y hacer reivindicaciones transversales para el sector productivo en cuestión son factores determinantes, así como el desarrollo de nuevas herramientas organizativas para intercambiar información entre los trabajadores y sus organizaciones y exponer sus reivindicaciones a la opinión pública.
sindicatos y pacto social
Asimismo, el documento “Los sindicatos ante los retos tecnológicos” plantea la necesidad de nuevas políticas públicas y reforma regulatoria para integrar un nuevo marco político que proporcione respuesta a las transformaciones sociotécnicas que el cambio tecnológico está imponiendo
Tal como señala la presidenta de Éticas Foundation, Gemma Galdón, investigadora en el Departamento de Sociología de la Universitat de Barcelona, “lo que determina las condiciones laborales no es la tecnología, es una cuestión de pacto social”.
mejora de las habilidades tecnológicas del trabajador
Una de las estrategias más transversales para fomentar una buena transición hacia este nuevo escenario es la mejora de habilidades. Los sindicatos juegan un papel crucial en fortalecer esos mecanismos de formación que no forman parte de las prioridades a corto plazo de las empresas. Las organizaciones de trabajadores también son decisivas para impulsar leyes educativas y laborales y promover el establecimiento de programas en este ámbito por parte de los poderes públicos.
«Lo que determina las condiciones laborales no es la tecnología, es una cuestión de pacto social».
Otro punto esencial es el de la ética en la tecnología que se utiliza en el trabajo, lo que cubre un amplio abanico de cuestiones, desde derechos de género a la adaptabilidad de las nuevas tecnologías para personas con discapacidad. Para dar respuesta a estos retos, la privacidad desde el diseño, adaptabilidad a grupos vulnerables y aceptación por los trabajadores se deben recoger en la agenda del sector público y privado.
Por último, este nuevo escenario también está caracterizado por la utilización de tecnologías que hacen un uso intensivo de datos en el trabajo, lo que puede afectar a los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Otras iniciativas regulatorias en este marco son las relacionadas con la protección de datos y la salvaguarda del tiempo y privacidad de las personas trabajadoras.