El smartphone forma parte inherente de nuestra vida y se han convertido en una especie de extensión de nuestros miembros. A pesar de ser una auténtica fuente de información y entretenimiento, ha limitado nuestra actividad física haciendo que pasemos horas y horas con los ojos fijos en una pantalla.
ACC Latin America Conference 2019, los estudiantes universitarios que usaban los teléfonos inteligentes cinco o más horas al día presentaban un riesgo de obesidad un 43% y tenían más probabilidades de padecer enfermedades cardíacas.
En un reciente estudio presentado en laPEGADO Al smartphone y BATIDO EN MANO
Los investigadores realizaron un estudio en el que participaron 1060 estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Simón Bolívar, 360 hombres y 700 mujeres cuyas edades oscilaban entre los 19 y los 20 años. Los resultados arrojaron que entre los hombres participantes un 36,1% estaba en riesgo de sobrepeso y un 42,6% podía llegar a padecer obesos. En cuanto a las mujeres, un 63,9% podía llegar a presentar sobrepeso y un 57,4% podía alcanzar obesidad.
La relación de todo esto con el uso del smartphone se encuentra en el hecho de que el riesgo de obesidad aumentaba en un 43 por ciento si se usaba un teléfono inteligente cinco o más horas al día, ya que los estudiantes participantes tenían el doble de probabilidad de beber más bebidas azucaradas, comida rápida, dulces, refrigerios y de hacer menos actividad física. El 26% participantes con sobrepeso y el 4,6% con obesidad cumplían este requisito de pasar más de cinco horas pegados a la pantalla.
«Es importante que la población general sepa y sea consciente de que aunque la tecnología móvil es indudablemente atractiva por sus múltiples usos, portabilidad, comodidad, acceso a incontables servicios, fuentes de información y entretenimiento, se debe usar también para mejorar los hábitos y comportamientos saludables» asegura Mirary Mantilla-Morrón, especialista en rehabilitación vascular y pulmonar cardíaca de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla (Colombia) y autora principal del estudio.
horas y horas mirando una pantalla
Según una investigación realizada por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) los niños cuyas edades se sitúan entre los 6 y los 13 años pasan una media de tres horas y 56 minutos frente a la pantalla entre semana. La cifra alcanza las seis horas y 36 minutos los fines de semana. El tiempo que pasan los menores frente al smartphone aumenta a medida que estos se hacen mayores y, tal y como arrojan los resultados del estudio, los de 12 y 13 años son los que más horas cosechan frente a la pantalla, concretamente una media de 7 diarias.
En cuanto al consumo ‘online’, el estudio destaca que el 89% de los niños suele consumir vídeos en Internet y que un 36% de ellos lo hace a diario. Los videojuegos y el deporte son los contenidos preferidos por los niños mientras que ellas se decantan más por los vídeos musicales.
«Pasar demasiado tiempo frente a los teléfonos inteligentes facilita comportamientos sedentarios, reduce el tiempo de actividad física, lo que aumenta el riesgo de muerte prematura, diabetes, enfermedad cardíaca, diferentes tipos de cáncer, malestar osteoarticular y síntomas musculoesqueléticos» afirma Mantilla-Morrón. «El tiempo que una persona está expuesta al uso de tecnologías, especialmente el uso prolongado de celulares, se asocia con el desarrollo de la obesidad» concluye.
Por un uso love de la tecnología
A través de la campaña Por un uso love de la tecnología, Orange ha lanzado un portal sobre los peligros que implica la tecnología y nuestra relación diaria con ella. Esta iniciativa trata de informar sobre distintas maneras de disfrutar de la conectividad sin peligros ni adicciones.
En el marco de esta iniciativa, Orange lanzó la campaña ¿Has pensado todo que te pierdes mientras miras el móvil? Porque los padres deben predicar con el ejemplo y no pueden saltarse las reglas que después tratan de imponer a sus hijos.
Lo primero y más importante es ofrecerles un buen ejemplo haciendo gala de un uso moderado del smartphone. Si los padres no aprenden a desconectar del teléfono, ellos tampoco lo harán. Además, es necesario establecer rutinas firmes que les obliguen, por ejemplo, a apagar el teléfono antes de dormir o durante las actividades que realizamos en familia. Además, los padres pueden seguir otros consejos para que sus hijos realicen un uso responsable de las nuevas tecnologías. Entre ellos, establecer horarios, lugares y momentos para usar los dipositivos, concienciar sobre un uso responsable de la tecnología en redes sociales o recurrir a herramientas de control parental.