A veces, las redes sociales son el problema, y otras, la solución. Así, al mismo tiempo que sirven como cauce para la difusión de absurdos y peligrosos estereotipos de belleza basados en la delgadez extrema, también pueden servir como útiles herramientas para combatir los trastornos de conducta alimentaria (TCA) que dichos arquetipos pueden causar.
Los trastornos de conducta alimentaria constituyen un grave problema que padecen en España alrededor de 400.000 personas, de los que 300.000 son chicos y chicas de entre 12 y 24 años, siendo la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia, según datos de la Fundación Fita y de la AEETCA.
servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid y presidenta de Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de Conducta Alimentaria explica que, en la adolescencia el riesgo de mortalidad de los pacientes con anorexia es superior a otras enfermedades como asma o diabetes u otros trastornos mentales. «Es por esto que la prevención en primer lugar, y el abordaje multidisciplinar, incluyendo a la familia como agente terapéutico, en el tratamiento, se vuelven fundamentales», señala.
Montserrat Graell Berna, actual jefa delEs la población femenina, en un porcentaje del 90%, la más afectada por los TCA aunque, cuanto menor es la edad del paciente, mayor es el número de hombres con estos trastornos (antes de la pubertad, la proporción es de seis chicas por cada cuatro chicos). Las conductas más frecuentes en la adolescencia son la anorexia nerviosa y bulimia, mientras que la prevalencia de los trastornos por atracón es superior en edades adultas y en varones.
trastornos de conducta alimentaria alimentados por las redes
Por desgracia, un mal uso de la tecnología está contribuyendo a estos trastornos, poniendo en peligro la vida de muchos jóvenes con “consejos” para adelgazar y absurdos retos que comparten en las redes sociales. Según el Informe de la Agencia de Calidad de Internet desarrollado para la Fundación Imagen y Autoestima, existen 2 millones y medio de publicaciones en internet etiquetadas como #anorexia y casi cuatro millones detrás de #ana (anorexia) y #mia (bulimia). Además, los contenidos en redes sociales que fomentan la anorexia o bulimia han aumentado un 470% en los últimos cinco años.
El 60% de las personas con trastorno alimentario buscan en las redes sociales contenidos que pueden poner en riesgo su salud y son precisamente los jóvenes de entre 12 y 24 años los que más utilizan las redes sociales. En ellas, las víctimas de este problema se retroalimentan, ofreciendo malos consejos, “trucos” y retos peligrosos.
tecnología terapéutica
Pero como decíamos al principio de este texto, las mismas redes que pueden agravar el problema, también pueden suponer una valiosa ayuda para superarlo. Sirva como ejemplo la cuenta de Instagram @stopca_sjd, que pusieron en marcha, en marzo de 2019, profesionales del Área de Salud Mental del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
El objetivo de esta iniciativa es usar esta red social como herramienta terapéutica para el tratamiento de la bulimia y la anorexia, dentro de los cuidados que reciben los pacientes en el centro al ser atendidos por un trastorno de la conducta alimentaria. La elección de Instagram no es casual, pues es la red social más utilizada por los adolescentes, con un fuerte impacto entre los jóvenes y su entorno.
Sin embargo, según el estudio ‘Redes sociales y salud mental de los jóvenes de la Real Sociedad de Salud Pública del Reino Unido (RSPH), Instagram también en la red social más perjudicial para la salud mental. Produce en los usuarios inseguridad con su físico, por lo que añaden filtros y otros retoques para sentirse más a gusto con sus cuerpos. Asimismo, puede provocar insomnio, depresión y bulling.
¿qué le dirías a alguien en tu misma situación?
Como el uso de esta red social -como el de otras tecnologías- parece imparable, estos profesionales sanitarios han preferido “unirse al enemigo” impulsando un uso beneficioso y terapéutico de Instagram. Porque las redes son lo que somos los usuarios de las redes.
En este perfil, que ya cuenta con cerca de 7.000 seguidores, participan treinta jóvenes de entre 9 y 17 años, que comparten contenidos y consejos buscando mejorar su autoestima para hacer frente al trastorno de conducta alimentaria al que se enfrentan.
Según ha explicado a La Vanguardia la doctora Mónica Godrid, psiquiatra de la Unidad de TCA del Hospital Sant Joan de Déu y promotora de la iniciativa “Queríamos que fueran las propias pacientes quienes se plantearan los mensajes preventivos de la enfermedad; que fueran ellas las principales protagonistas de la cuenta, que se preguntaran cosas como por ejemplo: ¿Qué te hubieras dicho a ti misma en el pasado? o ¿qué le dirías a alguien que está atravesando la misma situación?”.
“Somos l@s pacientes ? del HdD de Salud Mental @sjdhospitalbarcelona. Queremos concienciar y prevenir los trastornos de la conducta alimentaria #TCA”, dicen en la descripción de su perfil. Pues colaboremos con ellos, difundiendo esta y otras propuestas que puedan surgir para combatir este problema que, por otra parte, ilustran la gran utilidad de la tecnología cuando se hace un buen uso de ella.