Más de cuatro millones de multas. Ese fue el bagaje de la Dirección General de Tráfico (DGT) en 2018. Multas impuestas por cámaras, agentes, radares, coches camuflados y helicópteros. En 2019, los drones se suman a la estadística de sanciones.
Todas estas multas están destinadas a un objetivo concreto: reducir las estadísticas de accidentes y muertes en carretera. Cada año se producen unos 100.000 accidentes con víctimas. Sucesos que, en 2018, terminaron con la vida de 1.180 personas. Maniobras imprudentes y excesos de velocidad están detrás de muchos de estos accidentes. Pero uno de cada cuatro se debe, simplemente, a distracciones que podían haberse evitado.
Por eso cada vez más la DGT complementa los sistemas de control de velocidad por radar con tecnologías para incrementar la vigilancia y concienciación de los peligros que suponen las distracciones al volante. Aquí es donde los drones han empezado a jugar un papel importante. Primero, solo como medida disuasoria. Y desde el pasado 1 de agosto también como herramienta para denunciar y sancionar.
Dos años de agentes multirrotor
Todo empezó en el verano de 2017, sobrevolando una carretera de Las Palmas de Gran Canaria. Las pruebas piloto, que entonces se efectuaron con una aeronave de ala fija, significaron el punto de partida para el plan estratégico de medios aéreos de la DGT. El objetivo de dicho plan era determinar la aplicabilidad de los sistemas aéreos no tripulados en las tareas de vigilancia del tráfico desde el aire.
El plan siguió desarrollándose hasta que, en el puente de mayo de 2018, se anunció que la DGT iba a complementar de forma oficial su servicio de vigilancia aérea con drones. Su misión iba a ser solo de vigilancia y regulación del tráfico. Por aquel entonces, la DGT disponía de cinco aparatos en funcionamiento: un Phantom 2, un Phantom 4 Pro, un Matrice 200 y dos S900, todos ellos drones multirrotor de la casa DJI.
Llegó 2019 y las aeronaves pilotadas por control remoto siguieron ganando protagonismo. Durante la primera parte del año y, en especial, en las operaciones de Semana Santa, un grupo de ocho drones reforzó el equipo de agentes, patrullas, radares y otros medios aéreos. Fue entonces cuando se decidió que la tecnología ya estaba lista para empezar a multar.
El dron detecta y la DGT multa
Durante el mes de agosto se produjeron en España cerca de 50 millones de desplazamientos de largo recorrido por carretera. Operaciones salida y retorno que se entrecruzan y puentes como el del 15 de agosto hacen de este mes en uno de los de tráfico más intenso del año. Es el mes donde la DGT pone toda la carne en el asador para mantener la seguridad en autovías y carreteras.
Desde hace tiempo, la tecnología es un gran aliado en esta misión. Radares y cámaras hace mucho que vigilan las imprudencias sobre el asfalto. La tecnología se encarga de dar la voz de alarma y los agentes de tráfico denuncian y sancionan. Hasta hace dos meses, los drones solo detectaban las infracciones, pero sus alertas nunca terminaban en multa. Pero a partir del 1 de agosto la DGT empezó a denunciar las infracciones.
El paso se dio con tres de los 11 drones que tiene en uso la DGT. Los tres, certificados por el Centro Español de Metrología (CEM), cubren solamente las carreteras de Canarias, donde la autoridad de tráfico no tiene otros medios aéreos. Pero durante lo que queda de año la DGT empezará a multar con el resto de dispositivos.
Así funcionan los drones de la DGT
Los drones de la Dirección General de Tráfico tienen una autonomía de entre 20 y 30 minutos en función del modelo. Cuentan con la capacidad de captar imágenes en un radio de varios kilómetros, aunque por ley su actividad está limitada a 500 metros a la redonda. Sobrevuelan las carreteras a 120 metros de altura y son operados por agentes certificados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.
Equipados con cámaras de alta resolución, su misión es captar infracciones como el uso del móvil al volante o la no utilización del cinturón de seguridad, no respetar la señalización o circular sobre zonas cebreadas. Las únicas infracciones que no detectan son las de velocidad. Ni están equipados con la tecnología necesaria para ello ni está claro que puedan hacerlo en un futuro, ya que su posición para medir la velocidad no es estable. Eso sí, la DGT ha confirmado que están trabajando en ello.
Las imágenes que captan las aeronaves tienen, de momento, dos usos. Por un lado, pueden utilizarse por una patrulla de carretera para sancionar la infracción de forma inmediata. Tal y como sucede, por ejemplo, con los radares móviles. Por otro, estas imágenes pueden enviarse al centro de gestión del tráfico correspondiente para conocer el estado de la circulación en tiempo real, como puede apreciarse en este vídeo.
En el futuro cercano, los planes de la DGT pasan por la adquisición de 20 nuevos drones y la certificación de más aeronaves por el CEM para que puedan utilizarse para sancionar. Con el tiempo, es probable que lleguen a sustituir a los míticos helicópteros del sistema Pegasus. Por ahora, todos convivirán en el aire para cazar a conductores imprudentes.
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