Lorena Martín Carbonell está detrás de Power to Code, una asociación sin ánimo de lucro que busca mejorar el acceso de niñas y mujeres a las disciplinas STEM.
Es también embajadora de Technovation, una organización global de educación tecnológica que busca capacitar a niñas y familias a través de los programas Technovation Girls y Technovation Families.
Gracias a Power to Code, cientos de niñas y familias tienen la oportunidad de desarrollar proyectos tecnológicos y de inteligencia artificial que ofrecen soluciones para su comunidad y participar en las competiciones de Technovation a nivel mundial.
27 chicas españolas participaron en Technovation Girls en 2016. En 2019, fueron más de 1.500. Hablamos con Lorena Martín sobre el futuro de la mujer en las disciplinas científicas y tecnológicas y la importancia de estas iniciativas.
– ¿Vamos por el buen camino para conseguir que más niñas y mujeres se interesen por la tecnología?
Sí, aunque aún queda mucho por hacer. Uno de los problemas que tienen las niñas es que se les condiciona para que piensen que no tienen que dedicarse a esto. Pero hoy en día está de moda, por lo que socialmente está más aceptado, y el hecho de que haya programas como el nuestro y tantos otros les ayuda a darse cuenta de que la tecnología es para ellas también. Se está mejorando, hay muchísimo interés y las chicas se animan cada vez más.
– ¿Cuál es la situación actual de la mujer en este ámbito?
Existen un par de problemas. Uno de ellos, el que intentamos solucionar nosotros interviniendo desde edades tempranas, es el del llamado «efecto embudo». No llegan suficientes niñas a cursar estudios relacionados con la tecnología, por lo que no las hay tampoco en las carreras universitarias, en la industria o en la enseñanza.
Por otro lado, para muchas de las que sí llegan es difícil ser las únicas. A menudo se presentan problemas de conciliación y algunas abandonan. Por suerte no son todas, algunas están fenomenal. Este ha sido mi caso y por eso quiero que las niñas se interesen más por una carrera que para mí había sido absolutamente satisfactoria.
«Sería una lástima que la mitad de la población se pierda el acceso a estos empleos, que van a ser de los más numerosos y mejor pagados».
– Cada vez habrá más empleos relacionados con la tecnología. ¿Qué importancia tiene eliminar la brecha de género en el sector tecnológico?
Creo que este tema se puede enfocar desde dos puntos de vista. Por un lado está el tema de la igualdad y el feminismo, y por el otro el enfoque pragmático. En unos años habrá una demanda y una necesidad muy alta de personas cualificadas y sería una lástima que la mitad de la población se pierda el acceso a estos empleos, que van a ser de los más numerosos y mejor pagados. Además, cuanta más diversidad haya en las empresas, más puntos de vista habrá para el diseño de los productos, las ideas y los servicios que ofrecen.
Numerosas empresas están tomando medidas para abultar el número de mujeres en su plantilla. Muchas nos contactan para que les ayudemos a implementar nuestro programa entre los hijos de los empleados o para patrocinarnos.
– Hoy en día hay cada vez más mujeres alzando la voz por este tema. ¿Se están creando nuevos modelos femeninos para las niñas?
Sí, de hecho en nuestros programas siempre buscamos personas que pueden ser referentes para las niñas. En la última edición de Technovation barajamos bastantes referentes y vino una youtuber, Elena Denia, que se mueve en el ámbito de la astrofísica y habló de ciencia y del espacio.
«Muchas chicas escogen carreras de ciencias con el apoyo de sus madres, algo que antes pasaba menos».
Nosotros tratamos también de involucrar a las madres, un referente muy importante para las niñas. Si las madres no abogan porque estudien carreras de tecnología y les animan en el momento de tomar la decisión, algunas escogen otros campos. Esto está evolucionando de forma favorable y muchas chicas escogen carreras de ciencias con el apoyo de sus madres, algo que antes pasaba menos.
– ¿Cómo nació Power to code?
Yo me crucé con el programa de Technovation, una iniciativa internacional de una ONG de EE.UU. (también llamada Technovation), ya que buscaban personas para involucrarse con el proyecto sus respectivos países. Se trata de un programa fabuloso, amable, que se dirige a las niñas en esta edad tan importante. No resulta controvertido de ninguna manera, por lo que me pareció perfecto para hacer en España.
Durante los primeros años trabajé con ellos de forma independiente, pero más adelante y con el trabajo de varios voluntarios nació Power to Code. A través de esta ONG desarrollamos dos programas de Technovation: Technovation Girls y Technovation Families. En el primero trabajamos exclusivamente con niñas, que desarrollan proyectos tecnológicos, y en el segundo con familias, que realizan programas de inteligencia artificial. En ocasiones hacemos otros programas más sencillos, como la Semana del Código Europea o la Hora del Código, que es mundial.
– La idea detrás de Technovation Girls es capacitar a las niñas para que se conviertan en líderes y creadoras que puedan resolver problemas por medio de la tecnología. ¿Cómo lo hacéis?
Nuestra labor es de coordinación: hacemos difusión para captar voluntarios, expertos en sus campos que vienen de industrias, universidades o instituciones. Por otro lado buscamos niñas que quieran participar en el programa. Luego los emparejamos para que realicen sus proyectos tecnológicos. Cada grupo de niñas tiene un mentor que les guía, y nosotros también asesoramos durante el proceso.
Una de las ventajas que tiene este programa es que no está limitado a un sitio y un momento. Nosotros buscamos un lugar donde se pueden reunir, si se presenta una niña sola le buscamos un equipo… Otros programas están muy bien pero se hacen, por ejemplo, en un colegio. Si el niño no va a ese colegio ya no tiene la oportunidad de participar. En este no hay barreras.
Otra de las grandes ventajas es que les permite aprender de personas señaladas de la industria, gente que lleva equipos o mujeres que dirigen departamentos de ingeniería. Es una oportunidad que las niñas no tienen normalmente y que está abierta para todo el mundo.
– ¿Qué empresas e instituciones han participado?
El año pasado, por ejemplo, la Escuela Aeronáutica de la Universidad Politécnica de Madrid colaboró, y las niñas tuvieron la posibilidad de construir un microcohete que lanzaron en el campo. La Universidad Europea dio talleres sobre realidad aumentada, Amazon sobre Alexa, y otras empresas como Siemens o LinkedIn también han organizado actividades.
Gracias a estos y otros expertos damos aporte durante todo el programa y organizamos actividades adicionales.
– Al final del programa, las niñas son capaces de crear una app que dé solución a un problema de su comunidad.
Aquí entra el juego el rol de la mujer como persona resolutiva y empática. Se pide que hagan una aplicación para engancharlas y despertar su curiosidad. Ellas analizan cuál es el problema y la tecnología se convierte en una herramienta para crear soluciones.
«El producto del programa son las niñas y no las aplicaciones. No queremos fabricar programadoras en línea».
El objetivo es que ellas vean que son capaces de programar algo que funciona, que pueden lanzar y la gente lo usa. El producto del programa son las niñas y no las aplicaciones. No queremos fabricar programadoras en línea: queremos que las niñas descubran la tecnología y conozcan cómo funciona. Para que, si les gusta, que se dediquen a ello. Y las que se quieran dedicar al marketing o al derecho, sepan también cómo funciona esto, cómo se fabrican las cosas y quién está implicado.
En el programa participó una niña a la que le gustan los deportes y quiere dedicarse a la educación física. Ella ha ido sacando ideas y relacionando la actividad de los deportistas con la tecnología: con dispositivos que miden las constantes, los eSports, etcétera. Todo está relacionado, y haber pasado por el programa da este conocimiento que puede ser muy valioso para todas las profesiones.
– ¿Qué impacto tiene en ellas?
Las niñas lo valoran muchísimo, están muy satisfechas. Algunas repiten y otras piden consejo para hacer algo más avanzado como Python o IA con su familia. También tenemos niñas que han obtenido becas gracias a haber participado en el programa o han podido presentar sus soluciones para su comunidad. Es algo que les da muchísimas habilidades en una edad que es muy importante.
– ¿Qué habéis logrado desde Technovation España?
Empezamos en 2016 y en Madrid había siete niñas participando en Technovation Girls. En 2017 fueron 100, en 2018, 400 y en 2019, 600. En España en total hubo unas 1.800. Hay grupos grandes en Cataluña y Aragón y también otros en Valencia, Murcia y Canarias. Está bastante difundido y hay bastante interés.
Desde Power to Code, además de prestar apoyo durante la temporada organizamos también la actividad final: un evento en el que las niñas presentan la aplicación que han hecho. Tienen la oportunidad de llegar hasta la fase final que se celebra en San Francisco. El año pasado España fue el país que más niñas envió, solo por detrás de EE.UU., y este año lo hemos superado. Hay un interés enorme en este programa.
– El programa Technovation Families busca acercar a las familias al mundo de la inteligencia artificial (IA). ¿Cómo es esta iniciativa?
Es un programa muy chulo en el que se presentan los principios de la IA a las familias. El año pasado hicimos el programa piloto y fue muy satisfactorio. Se les pide que creen una solución de IA que resuelva un problema que ellos ven a su alrededor, que luego se presenta a un programa mundial.
«La IA está un poco denostada, se le tiene miedo, pero es algo que está ahí y es necesario entenderla para utilizarla con propiedad» .
El objetivo es que España no se quede atrás en este tema. La IA está un poco denostada, se le tiene miedo, pero es algo que está ahí y es necesario entenderla para utilizarla con propiedad.
– ¿Cuáles son los resultados?
Personas que no tenían ninguna noción de IA hicieron cosas que nos dejaron impresionados. El proyecto que más me gustó fue el de una familia que vivía cerca de varios hospitales y veía cómo a muchas personas enfermas o mayores se les quedaban los semáforos a medias, sin que les diera tiempo a cruzar. Idearon una aplicación de IA que entrenaba una máquina con imágenes de personas que caminan despacio (con escayola, en silla de ruedas o un anciano, por ejemplo). De esta forma el semáforo los reconocía y ajustaba los tiempos.
Muchas familias han hecho cosas muy chulas aprendiendo juntos. Y para los niños es muy importante que su primera aproximación sea creando una aplicación con un uso positivo e inclusivo. Es muy satisfactorio.
– ¿Es sencillo encontrar familias interesadas en este programa?
Siempre es más fácil encontrar niñas, porque sus familias quieren que adquieran estos conocimientos pero no tienen la posibilidad de intervenir tanto. En los programas family los padres y los hijos trabajan juntos durante dos horas cada la semana, y es más difícil encontrar padres que cuenten con ese tiempo y se involucren. Estos programas se realizan entre septiembre y diciembre.
Para Girls, hacemos una campaña y abrimos la participación entre septiembre y octubre. Las niñas se registran y las vamos emparejando con los voluntarios para que en enero, cuando empieza el programa, todo esté listo y puedan comenzar a preparar sus proyectos.
En Nobbot | Valeria Cagnina, profesora de robótica con 17 años: «Nada es imposible, si tienes curiosidad»
Imágenes | Lorena Martín, Technovation, Unsplash/stem.T4L