La biblia del ‘hosting’: qué es, tipos y para qué usar cada uno

Elegir entre los distintos tipos de hosting que hay es un paso muy relevante en nuestra vida dentro de internet. ¿Qué modelo nos conviene? ¿El hosting compartido, el VPS, el servidor dedicado con certificados SSL o difundiremos fotos con licencia Creative Commons? ¿Necesitamos lecturas de nuestro tráfico y BBDD (base de datos) o solo queremos un soporte técnico mínimo y un gasto equivalente?

Un pequeño mar de dudas, un caos donde podemos encontrar tarifas desde 0 euros al mes hasta 3.000 euros al mes, pasando por sencillos tipos de hosting de un único pago anual que oscila entre los 50 y los 200 euros. En este artículo vamos a responder a todas estas dudas básicas, centrando nuestros esfuerzos en dar con el hosting ideal.

¿QUÉ ES UN HOSTING?

Para tener una imagen clara de qué es un hosting, debemos imaginarnos una casa. La puerta puede permanecer abierta o cerrada, pero sus muros, tejado e infraestructuras no desaparecen. Están ahí 24 horas al día. Esto es lo que facilita un hosting web, un lugar donde guardar información, ya sean carpetas virtuales con fotos, pasarelas de pago o distintos ítems clasificados por familias.

Un hosting o alojamiento web es, por tanto, como un hotel, ese lugar donde se almacena la información de nuestro site a cambio de un alquiler mensual o anual: nombre, fichas de datos, archivos, etc. Por otro lado está el dominio, que vendría a ser la dirección postal del site y la dirección IP, las coordenadas virtuales de nuestro site.

Cuando realizamos un registro de dominio, ponemos nombre a una página web. Las extensiones .es, .com o .net son distintas alternativas que se asocian al tipo de actividad y país de procedencia —.es corresponde a España, .it a Italia y .fr a Francia, por ejemplo—.

La mayor parte de contratos de hosting incorpora algunas cuentas de correo electrónico, tanto para el admin como para los distintos usuarios. Suele usar este modelo: “[email protected]” y servirá para asociar las cuentas de correo a este dominio, donde almacenar toda la información entrante y saliente.

HOSTING GRATUITO VS HOSTING DE PAGO

Dependiendo del tipo de web que estés pensando en crear, de las necesidades de tu proyecto, siempre podrás por opciones más sencillas o más complejas. Si buscas simplemente presentarte al mundo, un hosting gratuito es una buena opción.

Un hosting gratuito está bien para comenzar. WordPress.org, por ejemplo, nos puede brindar un buen servicio si queremos abrir un blog o site donde dar a conocer nuestras fotos o artículos. Pero este tipo de servicios limitan las herramientas y tráfico de visitas, cuentan con un menor soporte técnico, insertan publicidad en las webs, limitan el ancho de banda —con las consecuentes caídas o errores 404 derivados de lentitud al cargar la petición de entrada—, cuentan con escaso espacio de disco, de forma que no podremos subir catálogos de fotos en alta resolución y mostrarán el sobdominio en la URL —por ejemplo: http://mipagina.hosting.com/—, de manera que no podremos personalizar la URL final.

Por otro lado, como veremos más adelante, un dominio personalizado es fundamental para transmitir profesionalidad. Pero la clave no reside en cuánto puedes o quieres gastar, sino en qué adaptar tu necesidad. Por suerte existen distintos tipos de hosting para cada escenario. Además, hoy día casi cualquier proveedor de servicios ofrece cuatro o cinco modelos de tarifas adaptados a las necesidades más comunes.

Hosting Sitemap

Hosting compartido

Este plan es el más sencillo. El proveedor del servicio alquila espacios de una misma web, de forma que se comparten recursos, algo similar a un edificio con distintas habitaciones. Compartes la calefacción central y el ascensor pero cada piso y habitación cuenta con sus recursos independientes. Es uno de los hosting con cuotas de mantenimiento más bajas.

Servidor dedicado

No compartes los recursos, sino que asumes los gastos totales, de forma que la cuota suele ser notablemente más alta, pero también el nivel de seguridad, ya que eliges el tipo de blindaje que deseas, la cantidad de espacio del servidor y la calidad del servicio en general. Permite, por tanto, más modularidad, flexibilidad y la exclusividad de un servicio dedicado con herramientas como informes de volumen en tráfico o gestión personalizada de contenidos.

Servidor privado virtual (SPV)

Un SPV podría considerarse una opción intermedia. ¿Recuerdas algún momento en el que hayas creado una partición a tu disco duro?

Pues un VPS es lo mismo: un fraccionamiento virtual de un espacio físico, para que cada parte pueda trabajar de forma individual e independiente.

Como una parcela de terreno separada por varias vallas. Es similar a un hosting compartido, con la diferencia de que estás compartiendo espacio de un servidor dedicado, no un servidor público.

Hosting en la nube

Habrás oído hablar decenas de veces del cloud hosting. Cada vez que subes una foto al servicio Google Fotos o compartes archivos mediante Dropbox, haces uso de un espacio virtual. Este almacenamiento web está disponible para que hagas uso de él como gustes. El hoster paga los recursos y tú alquilas la cantidad de espacio que necesitas para el servicio.

Mail hosting

Como su nombre indica, un hosting dedicado en exclusiva a cuentas de correo. Muchos servicios de hosting ya incluyen esta extensión, pero hay empresas que prefieren contratar espacio virtual por un lado y el correo por otra. Es, por tanto, más herramienta que servicio.

Así, en caso de intrusión o fuga de información, tendrán uno de ambos servicios sin vulnerar. Este es un servicio que aporta una dirección mal personalizada, espacio extra y la garantía adicional de pagar por un servicio tutelado por un equipo profesional.

Hosting reseller u hosting business

Este es otro tipo de hosting donde compras un servicio de alojamiento y, a su vez, revendes parte del servicio a un tercero. Es una forma de potenciar los recursos de un SPV y nosotros, en calidad de intermediario, no asumiríamos el coste de ancho de banda, CPU o memoria RAM dedicada, ya que la infraestructura sigue en manos del proveedor.

El comprador puede revender dominios o incluso crear subdominios, crear planes de hosting y adaptar el servicio al tipo de cliente. Y, en último término, beneficiarse de esta segmentación. No son necesarios conocimientos técnicos, ya que el soporte técnico lo sigue asumiendo el proveedor del hosting.

¿CON CUÁL ME QUEDO?

Eso solo depende de ti. Pero tal vez estas pautas te ayuden a decidir: si eres un particular o pyme (pequeña o mediana empresa), tal vez puedas satisfacer tus necesidades con un hosting compartido o un hosting más editorial, especializado en un CMS configurable que cuente con los complementos necesarios para el producto que necesites presentar. Godaddy es una de las mejores opciones.

Si eres un youtuber de éxito, necesitarás una web que soporte la recurrencia viral y la carga de miles de visitas diarias. Por tanto, no es tan importante la complejidad técnica como el ancho de banda. La transferencia de datos mensual es más importante que la cantidad de espacio disponible en el disco.

¿Centralita con asistencia técnica y distintas versiones de tu layout web para tablets y smartphones? Si buscas un servicio integral con cuentas de correo asociadas, un buen sistema de backups y un soporte dedicado 24/7, tendrás que optar por un servidor dedicadoSiteground es quizá el más básico y Arsys o Raiola unas alternativas más corporativas.

Si simplemente deseas crear un currículum vitae virtual, con una cuenta de correo profesional asociada, no pienses en el uptime o rendimiento online y sí en las herramientas: mail hosting y requisitos mínimos para el CMS. No necesitarás algo especializado, sino un hosting orientado a gestionar tus peticiones de empleo o comunicación con empresas. ResumeMaker o CVonline son dos buenas opciones.

Si eres una empresa o particular enfocado a la venta, centraliza tu hosting en su integración con PayPal, Skrill o Stripe. La pasarela de pago te puede ayudar a llevar una eficaz gestión de inventario, exportar índices de datos y crear fichas para cada producto. Esto solo está disponible en cuentas business y la clave reside en la escalabilidad. Algunas de las pasarelas de pago más populares son WixWooCommerce o Shopify.

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Imágenes | Pixabay (1 y 2), Unsplash

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