Charo Marcos trabajó durante dos décadas en diferentes medios de comunicación antes de lanzarse a hacer el suyo propio: Kloshletter.
Una newsletter independiente (la primera de este tipo que se edita diariamente en España) que repasa las noticias más importantes de la jornada y las complementa con otros titulares que terminan de dibujar una imagen completa de la actualidad.
Kloshletter llega puntual cada mañana a las bandejas de email de más de 17.000 suscriptores. Acompaña desayunos, viajes en metro y pausas del café de miles de personas, que comienzan así el día enterados de lo que está pasando en el mundo. Hablamos con Charo Marcos para conocer los retos de seleccionar cada día las noticias más significativas entre el torrente informativo al que tenemos acceso.
– En la selección de noticias de tu newsletter no hay ni algoritmos ni máquinas. ¿Cómo la preparas?
A lo largo de todo el día. Sigo la información y preparo sobre todo aquellos temas que más trabajo me llevan, como el de la sección ‘Para pensar’, en la que propongo una lectura más sosegada. Quizá no tanto para los que leen la newsletter a primera hora de la mañana, sino para los que la abren más avanzado el día, para que encuentren algo que todavía sea interesante y no haya caducado, o para tratar un tema de una forma más profunda.
También preparo los ‘Apuntes del ascensor’ o los temas que utilizo para abrir o cerrar la newsletter, que son los que marcan un poco la personalidad del boletín. A eso le dedico gran parte del día. Después, muy temprano, entre las cuatro y media y las siete de la mañana, preparo el resto de la información. De momento lo elaboro yo sola, pero el plan es contar con ayuda en algún momento.
– ¿De dónde surgió la idea de crear Kloshletter?
La idea surge de una experiencia personal. Yo he trabajado en redacciones de medios de comunicación durante toda mi vida, pero llegó un momento en el que dejé la información para trabajar en una agencia de comunicación. Ahí me di cuenta de que estar bien informado es muy difícil, porque estamos sometidos a una cantidad increíble de estímulos informativos, de inputs de noticias que nos llegan desde las más diversas fuentes. Pensamos que estamos superinformados, pero en realidad estamos sobreinformados y no nos da tiempo a profundizar.
En aquel momento, cuando dejé de vivir de la información, me di cuenta de que empezaba a utilizar cada vez más newsletters para estar al día. Descubrí que había algunas, sobre todo en EE.UU., que eran medios de comunicación por sí mismos: no tenían una cabecera detrás ni pertenecían a ningún medio de comunicación, sino que prescribían contenidos. Entonces se me ocurrió traer el modelo a España, en donde no existía. Había newsletters de nicho, más sectoriales, pero ninguna independiente. Por eso me lancé a la aventura.
– ¿Qué crees que significa para el lector tener una newsletter seleccionada de forma personal y con criterio periodístico, en una época en la que se consume la información a toda velocidad a través de Twitter o la lectura rápida de titulares?
Por lo que voy detectando y lo que me cuentan los suscriptores, creo que a la gente le ayuda que una mano, una mano humana, se encargue de cribar toda la información que se produce a lo largo del día. Los medios publican cientos de noticias a diario, si eso lo multiplicamos por el número de medios de comunicación que hay (ni me atrevería a dar una cifra), resulta muy complicado hacer una selección.
“La gente agradece que alguien haga una criba y se la sirva a primera hora en el correo electrónico”
La gente agradece que alguien haga una criba y se la sirva a primera hora de la mañana en el correo electrónico. Hay que tener en cuenta que la forma de consumir información ha cambiado enormemente: no todo el mundo lee un periódico, escucha el boletín de la radio cuando toca o sigue un informativo de televisión, que han servido tradicionalmente para ordenar la información. Esta es una nueva manera de ayudar a la gente a que haga ese cribado.
– Para ti, como periodista, ¿qué significa tener este espacio en el que puedes trabajar con tiempo para reflexionar?
Lo que me permite este modelo es leer muchas cosas y reflexionar antes de escribir una frase. De hecho, a veces dejo fuera temas con la intención de no abordarlos en el día a día y darles un espacio mayor (en ‘Para pensar’, por ejemplo). Considero que no es muy relevante para tu día de hoy, puedes salir a la calle sin saberlo, pero merece la pena que lo tratemos un poco más en profundidad o busquemos un reportaje que lo haga y lo compartamos en Kloshletter.
Tener casi todo el día o mucho tiempo para pensar en la información me permite buscar y contrastar. Los periodistas y los ciudadanos en general nos enfrentamos a la manipulación o incluso las noticias falsas. Yo intento sortear todo eso, lo que implica muchísima dedicación.
– Estamos rodeados de fake news. ¿Cómo las sorteas, qué mecanismos tienes?
Yo procuro tirar mucho de mi intuición periodística. Desconfío de muchas cosas. Si algo me resulta sospechoso y no tengo capacidad de maniobra para poder confirmarlo o contrastarlo, lo dejo para el día siguiente. Imagina que sale una información a primera hora de la mañana y no lo tengo nada claro: no tengo ninguna prisa. Creo que en ocasiones los periodistas caemos en la necesidad de acceder a la información al segundo y ahí cometemos muchos errores.
Trato de ir siempre antes a la fuente que a mi juicio, es más fiable. Me ayuda el hecho de que los medios de comunicación hacen un trabajo excelente y también he aprendido mucho de ‘Los Malditos’. Suelo seguir sus recomendaciones.
“La tecnología me permite hacer un contenido artesanal y a la vez llegar a 17.000 personas todos los días”
– ¿Qué papel juega la tecnología en todo este trabajo?
Para mí es imprescindible. Me permite hacer un contenido artesanal y a la vez llegar a 17.000 personas todos los días. Además cuento con métricas que me ayudan a mejorar el producto, sé todos los días lo que tiene más tirón y lo que menos y eso me señala cuáles son los intereses principales de los lectores.
– ¿Cuál es tu criterio para elegir lo más importante y el orden de las noticias?
Yo tengo una obsesión, que es que la política nacional no lo ocupe todo. Intento agrupar la información todo lo que puedo y contar lo imprescindible para estar informado, sobre todo en las cinco noticias del día. Procuro que haya al menos dos temas de carácter internacional y, aunque no siempre es fácil, alguno que no tenga que ver con la política o la economía, sino que tenga un carácter más social.
En ‘Para pensar’ intento incluir cuestiones que nos hagan dar vueltas al coco. Algunas son más intensas, otras más frívolas (porque creo que también son necesarias), pero siempre llevan detrás un reportaje que me haya llamado la atención o dé qué pensar. También me gusta que tengan un punto didáctico algunas veces.
– ¿Qué has aprendido de la profesión de periodista con Kloshletter?
Me ha enseñado que cuando elaboras un producto como este, los suscriptores son muy exigentes. Eso me gusta, porque me obliga a mantenerme en guardia en todo momento. Trato de establecer una conexión muy personal con ellos, yo les escribo cada mañana y ellos me abren la puerta a la intimidad de su correo electrónico.
Me obliga a ser muy rigurosa, porque con la misma confianza con que yo les escribo a ellos todos los días, ellos me escriben a mí y se quejan si hay algo que no les gusta o no es correcto. Y muy pocas veces me han escrito sin tener razón. Estar en contacto directo con los suscriptores me ha hecho ser más consciente todavía de la responsabilidad que implica trabajar con la información.
«La situación de la mujer ha evolucionado muchísimo en las últimas décadas, pero todavía nos queda mucho por recorrer»
– El nombre Klosletter viene del sombrero cloche, que simbolizó una nueva era de conquistas sociales para las mujeres. Desafortunadamente, en el mundo de la información todavía hay mujeres que no pueden desempeñar su trabajo en igualdad de condiciones.
Yo creo que la situación de la mujer ha evolucionado muchísimo en las últimas décadas, pero todavía nos queda mucho por recorrer. La carrera por la visibilidad o la ruptura de los techos de cristal, por ejemplo, son el siguiente paso y yo creo que no nos vamos a conformar con menos.
– Estás también involucrada en el proyecto ‘No me cuentes cuentos’, que busca precisamente dar a conocer el trabajo de mujeres españolas que han tenido un papel relevante en la historia.
Este proyecto nació cuando colaboraba con la agencia de comunicación Prodigioso Volcán. Mis compañeras y yo vimos que empezaba a surgir muchísima literatura en torno a la mujer, pero no había ningún volumen que recopilase todo el talento español del pasado y del presente.
Elaboramos una lista en la que nos salieron más de 200 mujeres y nos animamos a publicar 100 relatos sobre ellas, subirlos a una web y enviarlos como regalo a los suscriptores de Kloshletter. ‘No me cuentes cuentos’ creció muchísimo y se ha convertido en un proyecto colectivo en el que han participado unas 150 personas entre escritores, ilustradores, editores y hasta traductores, porque algunos de los cuentos se publican en español y en la lengua materna de la protagonista, catalán y gallego.
El 21 de noviembre saldrá en formato libro, lo cual nos hace mucha ilusión porque nos permite llevar estas historias de mujeres españolas de todos los tiempos, de toda la geografía y de todas las profesiones a todos los puntos del país.
– ¿Hay periodistas en estas historias?
Sí, claro, hay varias. Por ejemplo, Carmen de Burgos, una de las primeras periodistas españolas, o Marisa Flórez, una histórica fotógrafa de prensa de la tradición española. Nosotras quisimos que el libro recogiese diferentes profesiones, incluyendo aquellas que se alejan un poco de los personajes clásicos que todos conocemos.
Un ejemplo es Rebeca Atencia, una mujer de Ferrol que dirige el centro Jane Goodall de recuperación de orangutanes en el Congo. O las hermanas Touza, tres mujeres gallegas que se jugaron el tipo para ayudar a escapar a 500 judíos del horror de los nazis y llegar a EE.UU. Esto se mantuvo en secreto hasta después de su muerte, cuando el nieto de una de estas personas lo contó. Tienen un monumento en Nueva York y aquí casi no se les conoce. También aparecen figuras como la de Rosalía, que ha revolucionado el panorama de la música, porque nuestro objetivo es mostrar a las niñas que los referentes también están muy cerca.
En algunos casos fue complicado. La labor de las que habían tenido trabajos relacionados con la ciencia, por ejemplo, había trascendido menos, y a medida que nos alejábamos del siglo XX la cosa se complicaba cada vez más. Pero creo que hemos conseguido una buena panorámica.
En Nobbot | Cuentos para inspirar a la infancia con el ejemplo de 100 mujeres españolas
Imágenes | Charo Marcos, Unsplash/Filip Mishevski, Pexels/brotiN biswaS