29 años y cinco meses después de llegar al mundo, Bluey lo abandonó. Terminaba el año 1939 y este pastor australiano se convertía en el perro que más tiempo había vivido sobre la Tierra. Al menos, del que se tenga registro.
El caso de Bluey es de récord Guinness. Pero la mayoría de perros viven entre 8 y quince años. Eso son entre 56 y 100 años humanos; o eso pensábamos hasta ahora. Quién sabe si por aprender a sobrellevar que nuestros inseparables amigos se van a ir mucho más pronto de lo que nos gustaría. O quizá para entender que, a los 10 años, estamos ya ante un respetable abuelo. El caso es que siempre nos hemos creído eso de multiplicar cada año perruno por siete para conocer la edad de los Canis lupus familiaris en términos humanos.
Como tantas cosas que nos creemos sin rechistar, resulta que no es verdad. Lo de multiplicar por siete nunca fue una fórmula científicamente probada. Pero un equipo de investigadores de la Universidad de California San Diego ha desarrollado un nuevo método para conocer la verdadera edad de los perros. Para ello han estudiado la metilación del ADN canino y humano y han dado con una fórmula un poco más compleja.
En busca del reloj epigenético de los perros
La edad de un ser vivo la marca el tiempo transcurrido desde su nacimiento. Esa es su definición cronológica. Sin embargo, en un sentido biológico, la edad es mucho más que eso. Depende de indicadores fisiológicos que señalan la madurez de cada individuo. Y es aquí donde más patinaba la regla de multiplicar por siete la edad de los perros.
Por ejemplo, la madurez sexual de un perro llega entre los seis meses y un año. Es decir, entre los cuatro y los siete años humanos, mucho antes de lo que en realidad sucede con el Homo sapiens. Lo mismo sucede con la ancianidad y la muerte. Bluey habría tenido casi 210 años humanos, una edad que sabemos que nuestra especie nunca ha alcanzado. Y eso sin tener en cuenta el asunto de las razas y los tamaños, ya que la edad media varía enormemente entre unos y otros.
Es por eso que el mito de los siete años humanos por año perruno nunca tuvo aceptación científica. La comparación entre especies siempre se ha llevado a cabo en base a factores biológicos y no cronológicos. Los investigadores de la Universidad de California decidieron dar un paso más y comparar los relojes epigenéticos de ambas especies. Es decir, comparar cómo varía el empaquetado del ADN, todos los elementos que no alteran su estructura, pero sí cómo se expresa la información genética.
La fórmula para calcular la edad de los perros
En concreto, los científicos, cuya investigación ha sido prepublicada en el artículo ‘Quantitative translation of dog-to-human aging by conserved remodeling of epigenetic networks’ y todavía tiene que completar la revisión por pares, estudiaron la llamada metilación del ADN en ambas especies. La metilación es un proceso mediante el cual se añaden grupos metilo (un átomo de carbono y tres de hidrógeno) al ADN. Esto modifica ciertas funciones del código genético de muchos animales y sucede de forma continuada a lo largo de la vida de las especies.
De hecho, la metilación está ligada a cambios fisiológicos importantes en los mamíferos, como el desarrollo de los dientes o los cambios hormonales relacionados con la madurez reproductora. Por eso, los investigadores desarrollaron una fórmula comparando los niveles de metilación del ADN de humanos y perros labradores. El resultado es una fórmula algo más complicada que multiplicar por siete.
La edad equivalente a años humanos de un perro se calcula multiplicando el logaritmo natural de la edad cronológica perruna por 16 y sumándole 31. O, lo que es lo mismo:
edad equivalente humana = 16 x ln(edad del perro) + 31
Como hacerlo de cabeza parece imposible, ya hay varias calculadoras disponibles, como esta de Smithsonian o esta de ‘Science Magazine’. Así, a los seis meses, un perro supera la mayoría de edad humana. Y a los siete años le llegaría el turno de jubilarse (si fuese un Homo sapiens). El récord de Bluey se quedaría en unos 85 años humanos.
La comparación entre los relojes epigenéticos de los sapiens y sus inseparables amigos arroja una relación no lineal. El primer año perruno supone 31 años biológicos humanos. A partir de ahí, cada vez que la edad cronológica del perro se duplica, se suman 11 años humanos. Un perro de dos años tendría 42 años humanos. Uno de cuatro, 53. Y uno de ocho, 64.
Esta nueva aproximación a la edad de los perros solo tiene en cuenta el desarrollo de los labradores. Aun así, parece más ajustada a la realidad que la tabla del siete. Así que, cuando tu mascota cumpla ocho o nueve años y ya no se muestre entusiasmada de salir a correr por la playa o por el parque, piensa que ya tiene edad de sentarse a descansar al fresco en la terraza.
En Nobbot | Tu perro sigue siendo lobo, pero ya no es tan solidario
Imágenes | Unsplash/JC Gellidon, Michael Kilcoyne, Adam Grabek, Jonathan Daniels