Los celos y la desconfianza conyugal tiene su derivada tecnológica. Son los programas stalkerware o spouseware, también llamados ‘virus del acosador’ o ‘software para cónyuges’. Se trata de aplicaciones que se utilizan para espiar lo que hace la pareja con el móvil, donde se encuentra en cada momento y, sobre todo, con quién habla o chatea.
Estamos ante una plaga planetaria. Según el fabricante de software de seguridad Kaspersky, en la primera mitad de 2019 se localizaron más de medio millón de móviles donde se habían instalado estos programas o al menos alguien lo había intentado. En ese mismo periodo, más de 30.000 usuarios en todo el mundo encontraron software espía en sus aparatos.
Estas apps son instaladas en algún momento de descuido en el teléfono de la víctima y luego van informando detalladamente al espía sobre la ubicación del dispositivo, los mensajes de textos, los comentarios en redes sociales, las fotos que saca e incluso los vídeos que graba y las conversaciones que mantiene por teléfono.
Además, permanecen ocultas y suelen ser difíciles de detectar. El espía puede controlar toda la información de su pareja, que suele alojarse en un servidor de internet, desde su propio teléfono, tablet o a través del ordenador.
su uso es ilegal
En origen, las aplicaciones stalkerware proliferaron como aplicaciones de control parental, algo que es perfectamente legal. A ellas recurren los padres que quieren vigilar las amistades de sus hijos menores de edad en las redes sociales, por ejemplo.
Sin embargo, el uso que muchos le dan como herramienta para espiar a la pareja es claramente ilegal. Utilizar la información que recopilan como prueba en proceso de divorcio, por ejemplo, está seriamente penado. Echar un vistazo a los mensajes de la pareja es un delito recogido en la legislación española en el artículo 197 del Código Penal.
En concreto, la ley dice que “el que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales, intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses’.
Los stalkerware más usados
Según Kaspersky, la aplicación de stalkerware más usada es MobileTracker, que es gratuita y que curiosamente se presenta como una buena opción echar un ojo a los hijos o vigilar a los empleados. Además, no está en la tienda de Google y Android la suele identificar como peligrosa.
La segunda más popular es Cerberus, que también se presenta con un objetivo noble. En este caso, es una de las apps antirrobo y de localización de móviles extraviados más famosas. Sin embargo, Google ya la sacó de su tienda hace tiempo y también la puso bajo sospecha.
Consejos para protegernos
Aunque el espionaje a través de apps stalkerware puede ser difícil de descubrir, hay maneras sencillas de protegernos. Lo primero es aplicar el sentido común y empezar a sospechar si nuestra pareja lo sabe todo de nosotros sin que se lo hayamos contado.
Nuestro compañero o compañera puede saber algo porque puede ver fugazmente un mensaje de WhatsApp o seguir nuestros perfiles en redes sociales. Pero debemos extrañarnos si conoce al milímetro nuestra vida, los temas que tratamos con nuestros amigos o dónde estuvimos y con quién a una hora determinada del día.
También, a la hora de detectar stalkerware, puede ser revelador que nuestro móvil se recaliente y la batería dure menos, porque en segundo plano está mandando toda la información a un servidor en Internet. O que haya una repentino incremento del spam en el correo electrónico, o nos aparezcan ventanas emergentes en el navegador.
Resetear el móvil si es necesario
En caso de tener serias sospechas de que nos vigilan, lo mejor es resetear el móvil y volver a los valores de fábrica, es decir, a la configuración inicial que ofrecía el dispositivo cuando nos lo compramos.
También conviene proteger con contraseñas fuertes o con huella dactilar el acceso o la descarga de aplicaciones. Y mirar la lista de apps de vez en cuando para eliminar las innecesarias y las que resulten sospechosas. No es recomendable tener instaladas apps que no estén en los sitios oficiales de Google y Apple.
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