Sandra Carmona Durán es gitana mestiza y feminista. Y no tiene miedo a gritarlo a los cuatro vientos. Después de haber atravesado un proceso personal de adaptación, ha asumido la diversidad como lo que es, una riqueza en sí misma. Con el paso de los años, se ha convertido en una defensora de la multiculturalidad y su vinculación al pueblo gitano le ha permitido huir de los estereotipos y convertirse en todo un ejemplo para la comunidad de mujeres gitanas.
el proyecto EDYTA, un programa educativo de ámbito nacional impulsado por la Fundación Orange y la Fundación Secretariado Gitano, destinado a mujeres en riesgo de exclusión. Además, en 2019 fue nombrada Amazing Women Fondation Orange, un premio con el que pretende sacar adelante su propia editorial y dar voz a aquellos que aún permanecen en silencio.
Sandra trabaja como formadora en–¿Cuál es tu aportación al proyecto EDYTA? ¿Qué te ha dado a ti esta iniciativa?
Conocí el proyecto Edyta cuando optaba como candidata a uno de los puestos como formadora. Me di cuenta de que EDYTA era diferente al resto de cursos que yo había conocido y que no se trataba solo de formar a mujeres en riesgo de exclusión para ayudarlas a encontrar un puesto de trabajo.
Nos hablaron de la importancia de conocer a la comunidad gitana, de tener una idea cercana de la situación en la que viven estas mujeres y de proporcionarles los recursos necesarios para que fueran ellas las que, con ayuda del proyecto, consiguieran obtener las herramientas y las habilidades necesarias para entrar en el mundo laboral y en el de las nuevas tecnologías.
A día de hoy, mi papel consiste en trabajar con las mujeres las competencias transversales a través de la creatividad. No solo aprenden los contenidos del curso sino que trabajan conceptos como el empoderamiento, la resiliencia, la autoestima o la autonomía. Además me encargo del contenido visual para los proyectos que se van llevando a cabo en cada edición así como para la página web, www.gitanasconectando.com y las redes sociales. Se trata de crear una red entre las propias mujeres que haga también de ventana para que el resto del mundo vea todo lo que están haciendo.
Intento también contar la historia del pueblo gitano y hacer hincapié en la de las mujeres, para que ellas conozcan sus propios orígenes y se interesen por tener una visión más clara de su identidad, cultura y tradición. Poder desarrollar mi trabajo con mujeres gitanas me hace sentir gratitud por cada día que estoy en este proyecto. Estoy conociendo a profesionales increíbles y aprendo de las mujeres del curso, crezco con cada edición y siento que empiezo a tener voz en espacios donde no se suele escuchar al pueblo.
La fortaleza de las mujeres gitanas
–Te has declarado abiertamente como feminista. ¿Crees que este movimiento incluye también la visión de las mujeres gitanas? ¿Tiene este pueblo su propio patriarcado?
El patriarcado existe dentro del pueblo gitano al igual que lo hace fuera y encima va unido fielmente a la tradición. Tiene las mismas metas o el mismo objetivo, que no es otro que relegar a la mujer a un lugar en la sombra del que tiene y ejerce el poder. Pero al igual que fuera de la comunidad gitana, también hay mujeres gitanas fuertes y dispuestas a luchar contra él.
Cada vez más mujeres gitanas mayores muestran a las más jóvenes que es necesario un cambio de mentalidad que ellas, desde su experiencia, están moviendo. Son las que están perdiendo el miedo y poco a poco las que están abriendo camino a las nuevas generaciones. Esto, para mí, es feminismo gitano o romaní.
Declararse feminista hoy en día es simplemente tener sentido común, ser consciente de que este sistema no se puede sostener de la misma manera que lo lleva haciendo siglos, básicamente porque la sociedad que lo forma es otra bien distinta y sigue transformándose a pasos agigantados. Es declarar que existes y que junto a otras mujeres formas la mitad de este mundo, el cual no seguiría girando sin nosotras. Y de esto nos estamos dando cuenta todas las mujeres, también las gitanas.
Por lo que a mí respecta, no hay un solo feminismo, eso sería caer en el pensamiento de que todas las mujeres vivimos con las mismas oportunidades y también bajo las mismas presiones sociales, y no es así. El feminismo tiene muchos rostros y cada uno debe contar y debe ser igual de importante que el otro. Yo creo en la unión de los feminismos, en que todos forman esa corriente de la que se habla y que cada vez es más fuerte e imparable.
«Cada vez más mujeres gitanas mayores muestran a las más jóvenes que es necesario un cambio de mentalidad que ellas, desde su experiencia, están moviendo».
–¿Cómo pueden empoderarse las mujeres gitanas? ¿Se debe realizar un trabajo de autoestima para que entiendan que tienen un hueco individual y propio en la sociedad?
Las mujeres gitanas son mujeres muy autosuficientes y eso lo ves en el primer minuto que pasas con ellas. En su contexto, la mayoría están acostumbradas desde muy jóvenes a tener una responsabilidad y una carga familiar y social día tras día, como madres, hijas, esposas, hermanas, etc. Trabajan dentro de casa, pero también fuera, en la venta ambulante, como jornaleras en el campo o en otros trabajos que, la mayor parte de las veces, están mal remunerados y son precarios.
Son las que sostienen a la comunidad, a la familia. A quienes ves en las colas de las administraciones en busca de recursos. Y en la gran mayoría de los casos lo hacen sin ayuda del cónyuge. Pero no están solas, porque se apoyan entre ellas, son mujeres con una gran sororidad. Son resilientes, porque yo veo a mis tías levantarse cada día y seguir adelante a pesar de vivir situaciones muy difíciles.
Lo único que necesitan las mujeres gitanas para estar empoderadas es ser conscientes de que ya tienen ese poder. La realidad las ha apartado de estas palabras, por eso es importante mostrárselas, darles el mismo acceso a ellas que a las mujeres payas y dejar que ellas sean las que se den cuenta de todo lo que ya son.
Cuando empiezan el curso, la mayoría tiene miedo de enfrentarse a las nuevas tecnologías, porque las desconocen y al igual que esto desconocen sus propias fortalezas. Cuando pasa un mes, las que entran por la puerta son mujeres diferentes, más seguras de sí mismas, más relajadas, comparten sus emociones, sus miedos, sus alegrías y sus deseos entre ellas. De pronto se ven en un espacio propio, donde van a ser ellas y solo ellas, por unas horas pueden “olvidarse” de todas sus cargas y se sienten libres para expresarse. Es entonces cuando miran hacía dentro.
«Lo único que necesitan las mujeres gitanas para estar empoderadas es ser conscientes de que ya tienen ese poder».
–¿Qué puede significar para otras mujeres gitanas que tú estés totalmente inmersa en un ambiente laboral y que, además, te encargues de introducir a otras personas en este ámbito? ¿Faltan referentes femeninos y, especialmente, dentro de la comunidad gitana?
Es bueno que se muestre a mujeres gitanas diversas dentro de todos los espacios, pero tenemos que lidiar con los estereotipos que se han construido a nuestro alrededor y lo cierto es que muchas veces, una mujer gitana y mestiza como yo no cumple con esos estereotipos. El pueblo gitano es muy heterogéneo y no todas las mujeres gitanas somos morenas y de ojos negros. Si empezamos por entender e integrar esta realidad, empezaremos a ver a más mujeres gitanas en distintos espacios. Otro factor importante para que esto suceda es que las que tenemos la oportunidad de ser escuchadas en esos espacios, nos visibilicemos y hablemos bien alto y bien claro y seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos.
Creo que no hay que caer en la trampa de pensar que no hay referentes femeninos. Realmente sí los hay, lo que pasa es que no se les permite estar, no se las conoce porque aún quedan muchos espacios por ocupar. Te puedo dar muchos nombres de mujeres gitanas que por desgracia son desconocidas por la mayoría de la sociedad, tanto fuera como dentro de la comunidad gitana.
Ceija Stojka, Apolonia Pfaus, Hildegard Franz, Elisabeth Guttenberger, Papusza, Rosa Winter, María Albaicín, Paprika Galut, La Negri, Silvia Agüero, Elisabeth Motos, Sandra Selimovic y muchas más. Mujeres que están ocupando ya estos espacios y que han sido referentes en la historia, pero a estas mujeres hay que sumar otras como Mati, Eli, Tere, Mara, Patri, Chelo, Rocío, Senhorihna y todas aquellas que han formado parte del proyecto EDYTA. A todas estas mujeres hay que escucharlas con la intención de aprender de ellas.
Un tema tabú para la comunidad gitana
–¿Qué convergencias hay entre la lucha del pueblo gitano y la del colectivo LGTBIQ+?
La única cosa en la que coincide esta lucha puede ser en que para las personas que no aceptan la diversidad, sea cual sea su forma, somos el error de la sociedad, la cara sucia, lo que hay que sanar, la que hay que excluir, (aunque al pueblo gitano se le hagan tantos planes de “inclusión”), pero por desgracia, dentro del pueblo gitano este tema aun está demasiado tabuizado.
Creo que las personas gitanas que también pertenecemos al colectivo LGBTIQ+ tenemos mucho trabajo por delante ya que las personas payas se están encargando de hablar por nosotras. No quiero decir que no deban hacerlo, porque al menos nos visibilizan, pero pueden caer en el error de seguir visibilizando y reforzando un estereotipo que nos perjudica. Es mejor que caminemos juntas.
Es muy difícil para una chica gitana que se ha criado y educado dentro de un contexto muy tradicional en el que se espera que se pida, que se case, que sea madre y que honre a su familia. Imagina qué vida puede tener esa chica si es lesbiana.
Es un tema muy delicado y hay que tener mucho cuidado con cómo se trata y cómo se muestra esto al resto de la sociedad, pero sobre todo, hay que tener mucho cuidado con cómo se muestra a la propia comunidad gitana. Hay muchas personas gitanas también tolerantes y con una mentalidad muy abierta. Mi padre es gitano, se ha educado en una familia muy tradicional y muy humilde, no realizó sus estudios y no solo me acepta como soy sino que acepta, respeta y admira a mi pareja y al igual que lo hace él, también lo hacen muchos de mis familiares. Esto también hay que contarlo.
-¿Crees que nuestra sociedad ha mejorado en términos de libertad sexual? ¿Piensas que compartir tu historia puede ayudar a otras personas que tengan miedo de mostrar públicamente su condición sexual?
Bueno, al menos ya empiezan a aparecer leyes que nos protegen, que no es poco si lo comparamos con otros países. Y claro que ha habido un cambio progresivo desde hace 60 años, pero no podemos olvidar que lo que se ha tardado tanto en construir, se puede caer en un solo día. Ahora más que nunca debemos tener presente todo lo que han luchado, perdido y arriesgado otras personas para que nosotras podamos tener lo que tenemos.
Está bien poder manifestar tu sexualidad, está más que bien, pero al final del día no me puedo olvidar de manifestar también que mis derechos no solo se reducen a con quién me quiero acostar. No es casualidad que las agresiones a personas del colectivo LGTBIQ+ hayan crecido en el último año en España, ni que cada vez más personas se tomen la libertad de hablar de forma despectiva sobre nosotras o sobre nuestros cuerpos. Así que hay mucho por hacer y por mantener.
Creo que hay que ser valiente si tienes apoyos y yo los tengo. No puedo decir a otras personas lo que tienen que hacer y con ello provocar unas consecuencias que pueden llegar a ser muy negativas. Solo puedo decirles que no están solos, ni solas y que sí, que pueden encontrar espacios seguros donde habrá más gitanos y gitanas que los van a entender, acoger y proteger. Pero la decisión es solo suya.
«No podemos olvidar que lo que se ha tardado tanto en construir, se puede caer en un solo día».
Gitanofobia
-El pueblo gitano, y especialmente las mujeres, están sujetos a una discriminación palpable en muchos aspectos de la vida. ¿Puede convertirse la educación en un escudo protector ante estas desigualdades? ¿O es un arma para cambiar las ideas preconcebidas que están instaladas en nuestra sociedad?
Hace poco las mujeres del curso y yo salimos a la calle a preguntar a las personas que nos encontrábamos si conocían las palabras Antigitanismo o Gitanofobia y la mayoría acertaba a decir que pensaban que sería una forma negativa de dirigirse a las personas gitanas, pero que nunca habían escuchado esas palabras antes. Esas palabras no solo existen sino que deberían ser enseñadas en espacios educativos, al igual que otras que sí se estudian, como homofobia, xenofobia o genocidio, por ejemplo.
La educación debe transformarse y para que esto suceda se debe transformar el sistema educativo actual. Hay muchas profesoras y profesores que se están atreviendo dentro de sus clases y hay que valorar su esfuerzo y valentía al hacerlo. Probablemente un aula de primaria de una escuela pública albergue más diversidad entre sus paredes que otros muchos espacios y por ello, debemos hablar de esa diversidad, de la riqueza de la diferencia y de cómo esta nos define.
Lo que necesitamos es que estos docentes sigan teniendo ese poder de decisión, que no les arrebaten las palabras que la escuela debe y merece difundir.
-Los medios de comunicación han perpetuado, en cierto modo, los clichés que hacen referencia a determinados colectivos. ¿Qué opinas de la emisión de programas o realities como los Gipsy Kings?
Por desgracia no es que se hayan construido solo clichés, se ha construido todo un imaginario de las personas gitanas. Desde hace muchos años venimos siendo bandoleros, brujas, ladronas, clanes y podría estar así todo el día. Nos pusieron el nombre al entrar a España, nos quitaron la lengua, la historia y se encargaron de ir construyendo una imagen que ahora todo el mundo se cree. Lo peor es cuando ves a otras personas gitanas reforzar esa imagen mientras tú tienes que pelearte con alguien que te mira y te dice “pues no pareces gitana”.
Yo no quiero dar propaganda a estos programas y respeto que haya quien los vea y se identifique con ellos. Yo me quiero centrar en mostrar lo que para mí es el pueblo gitano.
-Además de haber estudiado magisterio, eres ilustradora y artista. ¿Qué puede aportar el arte a los colectivos minoritarios?
El arte es libertad. La ausencia de arte es adoctrinamiento o aprendizaje sistematizado y dirigido. El arte está conectado directamente a los sentimientos, a las emociones y su meta es liberarlas, definirlas, conocerlas y saber gestionarlas de una manera más sana, ya que a esto no nos han enseñado en la escuela.
Las personas que trabajan sus emociones, aprenden a visualizar sus bloqueos, sean los que sean, y así pueden trabajarlos mejor. A través de la creatividad puedes hacer que un tema que pueda parecer a priori muy difícil de comprender se muestre de una manera diferente y sea más fácil de integrar. O hacer que una persona que ha pasado por una situación muy difícil hable de ella con gestos, colores, imágenes, expresiones, sonidos etc, tan solo hay que agudizar los sentidos para llegar a ellas y no pensar que son solo las palabras las que hablan.
«La ausencia de arte es adoctrinamiento o aprendizaje sistematizado y dirigido».
-¿Qué significa para ti ser Amazing Women?
Para mí ser Amazing Woman es poder tener una ventana por la que asomarme y gritar que se puede, que no hay que rendirse nunca, que la vida solo acaba cuando te mueres y que hasta entonces hay que seguir luchando porque nunca se sabe lo que puede pasar. Al igual que un día tienes todo lo que has querido y de pronto, todo cae, también puede pasar que un día te encuentres con la recompensa por todo tu esfuerzo. Para ello hay que valorar siempre las pequeñas cosas y a las personas que aparecen en nuestras vidas, no olvidar nunca que de ahí es de donde proceden las mayores riquezas.
Literatura como motor de cambio
-Hace tiempo que tienes un proyecto en mente, una editorial que publique libros relacionados con la diversidad y escritos por personas de distintos colectivos. ¿Podrías hablarnos más en profundidad sobre este proyecto? ¿En qué punto se encuentra ahora mismo?
Ese es el proyecto que presenté al concurso y por el que me han dado el premio. Creo que es el medio por el que yo puedo aportar todo lo que sé a lo que me importa, que es seguir transformando la realidad de muchas personas, y la mía propia. Contando sus historias, dándoles voz, haciendo que todos estemos presentes y que la diversidad deje de significar que hay muchas personas y colectivos centrados solo en sus propios problemas. Lo importante es crear una interseccionalidad común entre todos, todas y todes.
Es un proyecto que me ilusiona mucho, en el que quiero hacer las cosas poco a poco y dejar que las personas también se acerquen con el mismo cuidado con el que yo me acerco a ellas. Se van a publicar libros muy necesarios, historias que tienen que ser narradas y esta vez, por las personas que las viven. Así que esto es algo que tendré que volver a contarte.
-¿Puede convertirse la literatura en un elemento de cohesión y de ruptura con los estereotipos? ¿Qué objetivo persigues al crear esta editorial?
La literatura es el medio más radical para llegar a las personas hoy en día y dentro de ella se integran los elementos que necesitamos para seguir llamándonos seres humanos. A través de un libro puedes llegar a construir un pensamiento crítico que antes no existía dentro de ti, se puede despertar el interés por personas que son diferentes a ti o por problemas que no son como los tuyos. La literatura es esa herramienta de unión y globalización en la que deberíamos creer. Solo hay que saber qué libro queremos abrir.
-Por último, me gustaría que mandases un mensaje a todas aquellas mujeres pertenecientes a colectivos minoritarios que necesitan, en cierto modo, una ayuda para salir al mundo.
Me gustaría que pensasen que todos los colectivos, por muy minoritarios que seamos, formamos uno bastante grande, así que les digo que hay muchas más personas ahí fuera de las que creen y que muchas estamos dispuestas a seguir peleando para que nadie tenga que vivir con el pensamiento de que su vida es menos importante o válida que la de cualquier otro ser humano.