Twitter es una red social que, como todas, tiende a eliminar la gama de grises de la paleta de colores que conforman las opiniones de sus usuarios. Recientemente, un jefe de producto de la compañía declaró que “no hay ningún incentivo para dejar de ser un completo imbécil en Twitter».
El propio diseño algorítmico de la plataforma, como de otras, premia el griterío que no nos deja escuchar la melodía que interpreta la realidad pulsando las teclas de los hechos ciertos. Así, Twitter se ha convertido en una herramienta muy eficaz para impulsar acciones de desinformación y raro es el día que nuestros “timeline” no se llena de “fake news”, mentiras que, como declaró a Nobbot el presidente Pedro Sánchez, cuestionan los fundamentos mismos de la democracia.
twitter, haz tu magia
Sin embargo, el ejecutivo de Twitter también habló en su entrevista con Wired de la magia de esta red social. “Está en las respuestas, en la imprevisible reacción de las personas que ven tu tuit y responden, está en las críticas, está en los debates”. El hechizo que suelen utilizar los tuiteros para invocar a estas fuerzas es: “Twitter, haz tu magia”.
Precisamente es lo que hice, lanzando al éter virtual una pregunta dirigida a personas que hubieran tenido una experiencia de formación universitaria en Finlandia. Es el destino elegido por mi hijo para realizar su Erasmus y utilizo esta experiencia personal para ilustrar cómo Twitter también puede ser una herramienta en la que sus usuarios muestren su faceta más generosa. No, no todo es ruido.
La respuesta fue desbordante y nos llegó información a través del “timeline”, mensajes directos, whatsapp o, incluso, llamadas telefónicas. Todos los tuiteros nos querían contar su experiencia personal, que es lo que buscábamos, animándonos a dar el paso y ofreciéndonos todo tipo de detalles sobre la vida en aquel país.
¿Alguien aquí ha estudiado en Finlandia? Se agradecería info sobre el asunto que mi hijo quiere hacer el Erasmus allí y andamos más perdidos que un pulpo en un garaje. Si hacéis RT para que esto llegue a más gente, pues gracias. Si no, pues os quedáis sin regalo.
— David Martínez ? (@dmartinezpr) January 17, 2020
Así pues, los tuiteros nos volvieron a demostrar, que la magia de Twitter sigue viva y que, a pesar de los problemas de seguridad, de los troles, de los bots o del uso que se hace de ella para difundir mensajes que erosionan el diálogo democrático, es una herramienta que puede enriquecer nuestra vida.
En ella podemos aprender periodismo o ciencia, concienciarnos sobre el alcance de la violencia de género, contribuir a la sostenibilidad del planeta o, como en este caso, conseguir información para dar respuesta a una necesidad personal.
Está en nuestro mano contribuir a que la magia de Twitter sea blanca, eligiendo a los hechiceros –las personas que seguimos y nos siguen- adecuados. Ya que tenemos la oportunidad de conversar con multitudes en este bar digital, marginemos a los que beben en exceso y montan bronca y disfrutemos de la charla en buena compañía.
La tecnología no es, ni más ni menos, que lo que nosotros hacemos con la tecnología, así que no premiemos con nuestra atención a los imbéciles.