Lo habitual a la hora de renovar el ordenador, ya sea un sobremesa o portátil, es que te dirijas a tu tienda de informática o superficie comercial de confianza y elijas entre los modelos que se exhiben. Sin embargo, esta no es la única opción.
¿Has pensado en que puedes montar tu propio equipo? Necesitarás, eso sí, tener en cuenta una serie de componentes imprescindibles y algunas sugerencias como las que a continuación se indican.
EL PROCESADOR
Es uno de los elementos más importantes y lo habitual es referirse a él como CPU (del inglés Central Processing Unit, unidad de procesamiento central). Se encarga de ejecutar y procesar los cálculos y operaciones llevados a la práctica.
A la hora de elegir un procesador u otro (Intel o AMD), hay que fijarse en una serie de características asociadas que determinan su potencia y rendimiento. Es el caso de la frecuencia de trabajo, que se mide en GHz, y el número de núcleos que incorpora. La memoria caché también es significativa para que la capacidad de procesamiento no se vea afectada, al igual que la tecnología multihilo. No hay que olvidar, en otro orden de cosas, que el procesador deber ser compatible con la placa base y la memoria RAM a adquirir. Si una persona emplea su ordenador para tareas de edición básica, juegos no muy potentes y tareas ofimáticas, los procesadores con gráficos integrados son una buena alternativa.
LA PLACA base
Es imposible hacer un ordenador sin placa base, pues este componente reúne un conjunto de circuitos integrados que hacen que todas las piezas y los elementos conecten entre sí. En este artículo ya explicamos de manera pormenorizada las diferentes calidades y categorías disponibles como placas base normales, de gaming, de uso mixto, de alta computación y overclocking… El formato debe tenerse en cuenta también. Así, las de clase Mini-ITX (244 x 244 mm) están enfocadas a un perfil doméstico y son más económicas respecto a las de tipo ATX, Extended ATX y Mini-ITX.
LA MEMORIA RAM
Del inglés Random Access Memory (memoria de acceso aleatorio), un ordenador utiliza este tipo de memoria para hacer funcionar aplicaciones, programas, el sistema operativo… Así, y en función de su capacidad, el equipo irá más o menos rápido a la hora de completar acciones o tener abiertas a la vez varias ventanas y desplazarse entre ellas con absoluta fluidez.
Al instalarse en la placa base, donde existen unos huecos específicos llamados slots, es fundamental saber qué capacidad máxima soporta la placa. Por ejemplo, 8 GB es una cantidad suficiente para equipos con un uso normal mientras que 16 GB se recomienda a usuarios gaming. Asimismo, es preferible optar por módulos de memoria de igual capacidad: es decir, que si vamos a instalar 8 GB, nos decantaremos por dos módulos de 4 GB mejor que uno solo de 8 GB. Para los sobremesa, la memoria RAM tiene que ser de tipo DIMM y a ser posible DDR4; no obstante, se espera que a lo largo de 2020 vean la luz los primeros módulos DDR5 que consumirán hasta un 30% menos de energía. También conviene fijarse en la frecuencia de funcionamiento (MHz) y en la latencia (CL).
EL DISCO DURO
Su función es almacenar la información y los datos del ordenador. No sólo hablamos de los documentos de trabajo, las fotografías, la música o los vídeos, también del sistema operativo, aplicaciones, programas… Dentro de esta categoría de producto, existen dos opciones: los modelos clásicos de toda la vida o las unidades SSD. Una posible alternativa es el sistema híbrido. Es decir, utilizar un disco duro con piezas mecánicas para guardar toda la información que se genera y el otro para las aplicaciones, herramientas, programas y sistema operativo. Recordemos que una unidad SSD ofrece ventajas destacables: la velocidad de escritura es superior, el arranque es más rápido, consumen menos energía y por tanto la cantidad de calor que producen es menor …
LA TARJETA GRÁFICA
Este componente sobre todo hay que estudiarlo con detenimiento si el ordenador se utiliza con videojuegos que requieren de una alta capacidad gráfica o tareas de edición multimedia avanzada. De lo contrario, un procesador con gráficos integrados es suficiente. Al adquirir un modelo u otro, son varios los criterios a examinar. Por ejemplo, el tipo de fuente de alimentación, ya que las gráficas más potentes requieren de una mayor cantidad de energía. También hay que conocer las dimensiones de la tarjeta, no sea que el espacio de la caja se quede pequeño. Del mismo modo, se tendrán en cuenta las características del resto de componentes hardware para que exista un equilibrio (monitor, procesador y memoria RAM). En este proceso de selección, la frecuencia de imágenes por segundo, resolución, velocidad, potencia o memoria son cruciales a la hora de comparar propuestas.
LA FUENTE DE ALIMENTACIÓN
Un ordenador es una máquina que necesita electricidad para funcionar y esta energía se la proporciona la fuente de alimentación, cuya potencia se indica en vatios. Hay que tener presente en el momento de la elección para qué se usará el equipo: si sólo lo queremos para trabajar y conectarnos a internet una fuente de 400 vatios podría resultar suficiente. A partir de aquí, y si la máquina se va a emplear como dispositivo multimedia o juegos habrá que decantarse por una alternativa más avanzada. La calculadora de consumo de energía para ordenador OuterVision Power Supply ayuda a los usuarios a seleccionar una fuente de alimentación adecuada a sus necesidades de forma sencilla.
LA CAJA
Son preferibles los modelos fabricados en aluminio o acero, y a ser posible con un sistema de filtro antipolvo. Y si, además, esta caja dispone de rejillas de ventilación para expulsar el aire caliente del interior mucho mejor.
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