En los últimos meses más de dos millones de estudiantes de primaria han colgado sus mochilas e improvisado sus pupitres en casa. De un día para otro, han cambiado el ‘cole’ por el ordenador y han pasado a ver a sus profesores y compañeros solo a través de la pantalla.
La implantación del estudio a distancia ha generado dudas y muchas incógnitas. Ha servido, también, para poner de manifiesto la importancia de la tecnología como herramienta educativa. Hablamos con un profesor y una alumna para conocer mejor cómo están ‘teleestudiando’ los niños y niñas de primaria.
Sustituir las aulas por dispositivos
“Nuestra intención es que los niños escuchen nuestra voz, que nos vean, que seamos nosotros los que les expliquemos los temas”, explica Manuel Felpeto, director del CEIP San Tomé de Cambados (Pontevedra). “Por eso intentamos elaborar contenidos y vídeos propios que subimos al aula virtual, aunque en el centro usamos también material externo, porque hay contenidos verdaderamente buenos”.
En este colegio público cuentan con diferentes plataformas y herramientas facilitadas por la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia. Los alumnos de infantil y hasta cuarto de primaria tienen acceso a un aula virtual en Moodle. Los de quinto y sexto cuentan cada uno su propio ordenador portátil con el que acceden a la plataforma EVA, un aula virtual propia del proyecto EDIXGAL.
«El problema está en todos los niños y niñas que no pueden acceder»
“Lo bueno de ambas plataformas es que permiten la bidireccionalidad. Es decir, tanto los profesores como los alumnos podemos colgar cosas”, indica Manuel Felpeto. “Y no solo texto o vídeos. Formularios, foros, encuestas, sudokus, actividades interactivas… Hasta herramientas como Geogebra. Hay muchísimas opciones que llevan ahí mucho tiempo. El problema es que muchos no las conocían y esto les ha obligado a ponerse al día de repente”.
Para elaborar contenidos propios, en el centro cuentan con ‘Ferramenta de autor’. Para reunirse tanto entre profesores como con los alumnos, con Cisco Webex, un sistema de videoconferencia facilitado por la Xunta. Sin contar, claro está, con todas las herramientas de colaboración gratuitas que están a su disposición, como pueden ser Skype o Google Suite, por ejemplo.
“Realmente, tenemos muchas opciones y la oferta que hacemos es muy buena. Si los alumnos lo aprovechan, es genial. El problema está en todos los niños y niñas que no pueden acceder”, señala el director del centro.
La brecha que genera internet
El 53% de los alumnos de CEIP San Tomé se conectan a las plataformas virtuales mediante ADSL. El 29% a través fibra, mientras que el 18% restante se ve obligado a ‘tirar’ de datos del móvil. “Este es el mayor problema al que nos enfrentamos”, señala Felpeto. “Los alumnos que se conectan por datos, que se les acaban. Para ponerle solución, estamos negociando con el Concello de Cambados y la Consellería de Educación para conseguir tarjetas SIM y USB con conexión para los equipos. Aunque yo creo que lo más sencillo sería que se eliminase el límite de datos a las familias con niños”, indica.
“Si tienes varios hijos y un ordenador, ¿cómo lo organizas? Esto explica la dispersión de horarios»
Otro problema con el que se encuentran está en los dispositivos. Según los datos de una encuesta elaborada por el propio centro y respondida por 184 familias, el 65% de los alumnos se conecta desde el ordenador, el 20,2% con tablets y el 14,8% desde el teléfono móvil. Su objetivo es que ningún alumno tenga que acceder con el smartphone, por lo que el centro ha facilitado portátiles y tablets a las familias que lo han solicitado.
Entra en juego, también, el número de dispositivos que hay en cada hogar. En el CEIP San Tomé, el 40% de los alumnos se ve obligado a compartir su ordenador o tablet con sus padres, que teletrabajan, o con sus hermanos.
“También representa un problema importante”, reflexiona el director. “Si tienes varios hijos y un ordenador, ¿cómo lo organizas? Esto explica la dispersión de horarios: el mayor tráfico en las plataformas virtuales lo encontramos entre las 10 y las 12 de la mañana. Con muchísima diferencia. Hay otro pico entre las 16:30 y las 17:30, algo que tiene una explicación: los padres que por la mañana teletrabajan y no pueden ayudar a los niños, por la tarde se ponen un rato con ellos”.
Reforzar la igualdad desde la docencia
Uno de los retos que tienen los profesores para estos meses de confinamiento es evitar que aumente la desigualdad entre alumnos. Por ello, las instrucciones que han recibido desde el Gobierno para esta tercera evaluación son claras: deben reforzar, y avanzar solo en aquellos contenidos sobre los que los estudiantes ya tenían conocimientos previos.
“Nuestra idea es no avanzar demasiado para no ampliar la brecha. Se están colgando actividades de refuerzo y generales, y pequeños retos”, explica el director. “De lo que se trata ahora mismo es de minimizar daños, que no pierdan el hábito y reforzar conocimientos. Por muy bien que lo hagamos, no vamos a poder sustituir la clase presencial. En primaria entran en juego muchas cosas, como la interacción, que a distancia no podemos conseguir”.
Algo en lo que coinciden los alumnos. “Algunas cosas me cuestan más desde casa que en el colegio, porque allí los ‘profes’ nos lo podían explicar mejor”, explica Antía Gago, una alumna de quinto de primaria del CEIP San Tomé. “Matemáticas es la asignatura que más me gusta hacer desde casa, sobre todo ejercicios de fracciones, porque me resulta fácil hacerlos sola. Además, nos mandan juegos y es más divertido”.
“No podemos ser esclavos de la tecnología, pero es útil, por ejemplo, para favorecer el refuerzo»
En el lado opuesto está sociales y naturales. Una asignatura con más carga teórica en la que ve más dificultades a la hora de aprender nuevos conceptos y preguntar las dudas a su profesor.
En lo que no encuentra problemas es en el uso del ordenador. Como todos los alumnos de quinto del CEIP San Tomé, Antía cuenta con su propio portátil, facilitado por la Xunta de Galicia, que ya utilizaba antes del confinamiento.
Mano a mano con la tecnología
“Uno de nuestros objetivos es simplificar mucho el uso de la tecnología, para que puedan trabajar ellos solos”, explica Felpeto. Según las encuestas realizadas por el centro, el 94% ve sencillo acceder al aula virtual y el 86% muy sencillo seguir los contenidos diarios.
“Creo que esto va a hacer que, cuando volvamos a las aulas, sigamos utilizando todas estas herramientas”, señala. “No podemos ser esclavos de la tecnología, pero es útil, por ejemplo, para favorecer el refuerzo: imagina que trabajas con un vídeo en clase. Si lo cuelgas en el aula virtual, el alumno puede volver a verlo en casa y compartirlo con sus padres, para que se sienten con él a ver de qué fue la sesión”.
Tanto Antía Gago como su hermano Pedro, que estudia tercero de primaria en el mismo centro, coinciden: no les importa hacer las tareas en el ordenador, pero les gustaría más poder ir al colegio. Lo ideal para ellos sería seguir utilizando la tecnología desde el aula.
“Yo creo que cuando volvamos al colegio, trabajaremos más que antes con el ordenador, porque nos está gustando”, señala Antía. “Ya lo hacíamos, pero seguro que a partir de ahora los profesores dicen más que sí”.
Por ahora, lo único que sabemos es que los alumnos de primaria cursarán todo el tercer trimestre desde casa. Y que a los profesores les tocará centrarse en que mantengan sus hábitos de estudio y no se generen grandes brechas en su aprendizaje. Cuando todo esto pase, llegará el momento de valorar el papel de la tecnología durante estos meses y decidir la importancia que se le dará en los siguientes.
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