El altavoz inteligente emite un sonido inaudible para los humanos, una onda de presión acústica muda que recorre la habitación hasta que colisiona contra un objeto. Esta onda de presión modulada transmite su energía al objeto de forma que la onda reflejada, esta vez audible, llega a nuestros oídos. Y así es como objetos ‘tontos’ como una planta o una pared pueden volverse ‘inteligentes’.
el altavoz que ‘smartiza’ objetos
No existe un verbo en español para “hacer inteligente”. Tampoco en inglés. Quizá por eso los inventores de este altavoz lo han llamado ‘Digital Ventriloquism’ (ventriloquismo digital) en lugar de ‘smartizer speaker’. Pero lo cierto es que este altavoz multiusos es capaz de convertir cualquier otro objeto en un altavoz inteligente. Hace que la voz emane de otro objeto.
El mecanismo es bastante sencillo. Como decíamos, este ventrílocuo digital emite una onda modulada de tal forma que nosotros no podemos escucharla, y esa onda impacta contra un objeto generando con su vibración una que sí percibimos. Por supuesto, ha sido un desafío matemático mucho mayor a proyectar una película en una pared usando rayos de luz.
Hemos de tener en cuenta que el altavoz puede hacer hablar a cualquier objeto (sillas, mesas, electrodomésticos, paredes, puertas, plantas, etc.) de geometrías muy diferentes y a distancias variadas -de ahí lo de ventriloquismo digital-. Y está claro que no vibra igual un frigorífico con cubierta de aluminio que una planta.
Esto significa que el altavoz ha de calcular la primera onda de tal forma que, al rebotar contra el objeto, colapse en una onda audible, calculando distancias y geometrías. No ha sido fácil.
La radiografía del altavoz
A un modelo simple pero funcional es a lo que los inventores llaman concept o prueba de concepto. Es la forma que tienen de innovar con poco presupuesto. La fotografía muestra los orígenes del altavoz. En este caso estos investigadores han montado sobre una base de microaltavoces (C) y un brazo con cámara (E), otra placa de altavoces más pequeña (B), un micrófono (D) y varias placas de control (A y D).
Como tantos otros inventos, a nivel de hardware no han inventado nada, pero la combinación de componentes y un software ad hoc ha convertido un montón de piezas sueltas en una de tantas tecnologías futuribles como los neumáticos inteligentes, el teléfono plegable o los vehículos modulares.
Ellos lo explican así: “Usamos un panel con altavoces ultrasónicos altamente direccionales. Modulando [el audio] a una señal ultrasónica a 40 kHz podemos emitir sonido inaudible que ‘vuela’ [hasta el objeto] y se demodula en frecuencias audibles cuando impacta contra una superficie, gracias a la caracterización de interacciones acústicas”. Está claro que va a dar juego.
¿Para qué podríamos usar el ventriloquismo digital?
Existen infinidad de usos posibles, desde reducir la acústica del coche a un único cilindro centralizado en el techo interior del vehículo hasta en entornos industriales para marcar avisos sónicos en puntos concretos. Veamos alguna posibilidad disponible con una tecnología más madura.
- Vehículos. Además del ejemplo de los altavoces, otra posibilidad es usar este altavoz inteligente para amplificar eventos cercanos. Por ejemplo, emitir ciertos graves cuando un vehículo se aproxima al perímetro de nuestro automóvil. Escucharíamos el sonido desde la dirección por la que se acerca, una forma de perspectiva perimetral basada en el oído y su capacidad holofónica. Algo parecido ya se usa en tecnología háptica.
- Hogar. Podremos convertir todos y cada uno de los objetos de la casa en inteligentes, incluidas las paredes de la casa. Comprarse un equipo de sonido específico puede convertirse en poco tiempo en una excentricidad absurda cuando podemos transformar los muebles en altavoces. Además, podremos añadir capas de personalización, como avisos varios:
Persianas: “A esta hora la ventana pierde energía en lugar de ganarla. Si cierras las persianas ahora, ahorrarás energía”
Planta: “Hora de regarme”
Frigorífico: “Acuérdate de sacar congelado para comer mañana”
- Oficinas. Avisos personalizados casi al oído. Aunque en el vídeo se escuchan sonidos fuertes, esta tecnología también serviría para decirle a algún compañero “Cuando tengas un minuto, ven a mi mesa” sin acudir a molestarle de forma presencial. Esto es extensible a hospitales y bibliotecas, y podría dejar obsoletos los sistemas de megafonía.
- Entornos industriales. Los avisos acústicos son frecuentemente usados en la industria, tanto en fábricas como en construcción, para marcar perímetros peligrosos. Si un bulldozer se acerca a ti, escucharás un pitido. Lo interesante de este altavoz es que bastaría con un par de emisores para toda una obra, y que estos podrían conformar mapas virtuales a cambiar con un par de clics, como ya ocurre con los sistemas de riego en agricultura.
Aunque los investigadores advierten sobre las limitaciones de su innovación, esta podría convertirse en la siguiente iteración de los altavoces inteligentes. A la versatilidad actual se sumarían muchas funciones interesantes como las mencionadas.
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Imágenes | Patrick Perkins, Smashlab, Sidekix Media