La futura ley de eutanasia en España: voces y reflexiones

Te contamos en qué consiste la nueva ley de eutanasia que se tramita en el Congreso.,

En 2021, España tendrá por primera vez en su historia una ley de eutanasia. Si todo sale según los planes del Gobierno, esta ley despenalizará y regulará tanto la eutanasia como el suicidio asistido, hasta ahora castigados con diferentes penas que pueden incluir condenas de cárcel.

La aprobación de esta ley sería el resultado de largos años de lucha y reivindicaciones por parte de los defensores de esta práctica como un derecho fundamental. Aunque no supondría un punto final en su camino: algunos colectivos señalan que la proposición de ley es restrictiva y se podría mejorar.

A nivel político se han propuesto alternativas como la mejora de los cuidados paliativos, aunque esto –señalan algunos colectivos que llevan años demandándolo– no es algo incompatible con la eutanasia.

El derecho a morir

“La eutanasia, por definición, es la muerte voluntaria medicalizada”, explica Fernando Marín, vicepresidente de Derecho a Morir Dignamente (DMD), una asociación sin ánimo de lucro que defiende el derecho de las personas a elegir el momento y los medios de su muerte, especialmente cuando se trata de enfermos terminales e irreversibles.

“Nosotros llevamos años solicitando la regulación de la muerte médicamente asistida, bien la eutanasia o el suicidio asistido, tal y como se ha hecho en otros países, para aquellas personas que reúnan unos requisitos de enfermedad”, señala. “Esto significa que tiene que haber un proceso de deterioro que genera un sufrimiento intolerable”.

En la actualidad, este derecho cuenta con el apoyo de un amplio sector de la sociedad y la mayoría del Congreso de los Diputados. De acuerdo con un sondeo llevado a cabo por Metroscopia en 2019, el 87% de los encuestados se mostraron a favor de que los enfermos incurables tengan derecho a que los médicos les proporcionen algún producto para poner fin a su vida sin dolor.

A nivel político, el respaldo también es mayoritario. El pasado mes de febrero, la votación de la proposición de ley para regular la eutanasia en el Congreso de los Diputados terminó con 201 votos a favor, 140 votos en contra y dos abstenciones. El Gobierno señaló en aquel momento que la ley podría estar aprobada en junio. Sin embargo, la COVID-19 retrasó este plan, al igual que tantos otros. Ahora está siendo tramitada en el Congreso para acabar de dar forma a sus diferentes partes.

¿Qué casos contempla esta ley?

De acuerdo con Marín, el modelo que propone el Gobierno es más restrictivo que el de otros países de nuestro entorno que cuentan con una ley de eutanasia, como los Países Bajos, Bélgica o Luxemburgo.

Contempla dos grandes grupos que pueden solicitar la eutanasia o el suicidio asistido. El primero de ellos lo forman los enfermos terminales. “Personas con pronósticos de vida limitados, como pueden ser muchos enfermos de cáncer. Son aproximadamente el 65% de las personas que mueren con una eutanasia en los países en los que está regulada”, explica el vicepresidente de DMD.

El segundo grupo lo forman personas con una enfermedad crónica grave que deriva en un déficit de su autonomía. “Personas con tetraplejia, secuelas graves de un ictus o incluso con demencia, por ejemplo, a las que esta condición afecta a su capacidad para vestirse, asearse, caminar, etcétera. Suman entre un 10% y un 15% de los casos”, apunta Marín.

Sin embargo, la ley deja fuera a las personas cuyo sufrimiento tiene un origen psicológico. “Se trata de un grupo muy importante, no cuantitativamente, pero sí cualitativamente. Son casos difíciles, que muchas veces tocan a personas jóvenes, y ponen sobre la mesa el debate de qué hace la sociedad con personas con trastorno mental grave”, explica Marín.

La ley de eutanasia deja fuera a las personas cuyo sufrimiento tiene un origen psicológico.

Tal y como está contemplada la ley, tampoco podrían solicitar la eutanasia los menores de edad. Aun así, calcula Marín, cubriría cerca del 80 o el 90% de la casuística que se está atendiendo en los países de referencia. “Es aceptable”, indica.

El principal problema: demasiados trámites

Tal y como se plantea la regulación ahora mismo, tramitar una solicitud de eutanasia o suicidio asistido sería un proceso largo y complicado. De acuerdo con Marín, este pasa porque los enfermos confirmen a su médico su voluntad de morir en repetidas ocasiones y a lo largo de varios días, sean atendidos por otro médico diferente y ambos facultativos emitan un informe. El proceso no acaba ahí: si el informe es aprobado, una comisión entrevistará al enfermo y a los médicos para determinar si se sigue adelante. Para finalizar, la comisión decide en pleno si se aprueba o no la eutanasia.

“Todo ello, en el plazo de tiempo lo más breve posible, lo cual es muy ambiguo”, denuncia Marín. “Además, no debemos olvidar que se trata de personas en una situación de deterioro que no quieren seguir adelante. Se corre el riesgo de que la decisión final llegue demasiado tarde”.

Fernando Marín, vicepresidente de Derecho a Morir Dignamente: “Nos podemos encontrar que haya gente de Murcia que se tenga que ir a morir a Valencia o a Barcelona. Sería un desastre”.

Actualmente, la Comisión de Justicia y los diputados trabajan para simplificar procesos. “Nosotros intentamos que la comisión tenga una función meramente administrativa”, explica Marín. Limitar sus funciones y dar más peso a la opinión de los médicos podría garantizar también que no se diesen grandes diferencias entre comunidades autónomas. “Nos podemos encontrar con el desagradable resultado de que haya gente de Murcia que se tenga que ir a morir a Valencia o a Barcelona, o gente de Madrid que lo haga en Bilbao. Esto sería un desastre”, advierte el vicepresidente de DMD.

Señala, también, que en lugares como los Países Bajos los procedimientos se limitan a que los médicos envíen un dosier a la comisión y esta analice caso por caso.

El debate de los cuidados paliativos

Ante el debate de la aprobación de una ley de eutanasia en el Congreso, PP y Vox propusieron como alternativa regular los cuidados paliativos, aquellos que buscan reducir el sufrimiento de los enfermos terminales que ya no responden a los tratamientos curativos.

Se trata de una demanda que numerosos colectivos llevan años solicitando. Y que, fuera del debate político, no se presenta necesariamente en contraposición a la eutanasia. “No nos consideramos alternativa a la eutanasia”, explica Alberto Meléndez, vicepresidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal). “Buscar que no haya sufrimiento al final de la vida es legítimo, humano y totalmente normal en una sociedad sana que quiere que las personas tengan un final de vida con menor sufrimiento”.

Alberto Meléndez, vicepresidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos: «El buscar que no haya sufrimiento al final de la vida es legítimo, humano y totalmente normal en una sociedad sana».

La situación de los cuidados paliativos en España es muy heterogénea, ya que depende de las comunidades autónomas. Estas cuentan con las denominadas leyes de muerte digna, que señalan las distintas posibilidades a las que se puede acoger una persona cuando afronta sus últimos momentos de vida. Dan, entre otras cosas, guías e información sobre el alivio del sufrimiento a través de cuidados paliativos.

Sin embargo, estas leyes no siempre están acompañadas de presupuestos. “Muchas veces no funcionan, porque son leyes más orientadas a la política y a los titulares de prensa. Se trata de recomendaciones, pero que no se reflejan en nada más. Por ejemplo: ‘Se recomienda que el enfermo disponga de una habitación individual’. Pero solo se recomienda, hasta que no haya una verdadera medida detrás, no es obligatorio”, matiza Meléndez.

Los cuidados paliativos en España

A la hora de prestar un servicio de cuidados paliativos de calidad, desde Secpal ven dos principales escollos: la falta de especialidad y la falta de tiempo. “El problema principal en España es que hay una ausencia de especialidad, lo que hace imposible mantener una estructura y genera dificultades para establecer programas”, sostiene Meléndez. “Otro problema es la falta de tiempo. Los cuidados paliativos pueden mejorar mucho el estado de los pacientes enfermos, pero se necesita tiempo. Nuestras armas no son la resonancia ni el escáner, sino el tiempo para hablar, conocer, actuar… algo que el sistema el sistema sanitario actual no nos ofrece”.

De acuerdo con el vicepresidente de Secpal, mejorar el nivel de cuidados paliativos permitiría también ahorrar costes en el servicio sanitario, al evitar que personas enfermas ingresen repetidas veces en el hospital u ocupen las camas que podrían dejarse a otros enfermos.

“El objetivo es que esto no se vea como una renuncia. Poder atender a las personas en sus casas, o en las residencias, con personas formadas y un equipo disponible. Poder mirar al enfermo a la cara y ver qué necesita. Sin embargo, esto a los políticos les genera menor interés que el tema de la eutanasia, porque es menos llamativo, a pesar de que afecta a más personas en proporción”, explica Meléndez. “Aunque debemos tener en cuenta también que se han dado casos de países en los que una ley de eutanasia ha mejorado los cuidados paliativos”.

Tras Reino Unido, los países con mejores niveles de cuidados paliativos de Europa son Bélgica y los Países Bajos, en los que la eutanasia es legal. España, sin embargo, se encuentra a la cola y ha visto disminuir la calidad de estos cuidados durante los últimos años, según un estudio publicado en la revista ‘Journal of pain and symptom management’.

También se demanda mejorar la calidad de los cuidados paliativos.

Los últimos pasos de la Ley de la Eutanasia

Hoy en día no es posible determinar cuántas personas mueren por eutanasia al año en España, ya que se trata de una práctica clandestina. Sin embargo, señala Marín, atendiendo a cifras de otros países se puede calcular que la franja varíe entre un 2% y un 4% de los fallecimientos a partir del segundo o el tercer año de vigencia de la ley.

“Se trata más o menos de un tercio de las peticiones. Muchas no cumplen los requisitos y en algunos casos los pacientes mueren antes de que se tramiten”, explica el vicepresidente de DMD.

A partir del año que viene, estos casos podrán proceder por la vía legal. Decidir sobre el final que cada uno quiere para sí mismo dejará de estar penado en España.

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8 respuestas a “La futura ley de eutanasia en España: voces y reflexiones

  1. Manuel Yrigoyen
    Vivo en Venezuela, es muy facil oponerse a la eutanasia cuando una enfermedad letal, sea cual sea, cancer, demencia, degeneracion del ser humano y llevarlo a lo infrahumano. Mi sobrino desde hace dieciseis años ha padecido un caso de demencia degenerativa, que lo ha llevado ha realizar actividades que ni un animal realizaria, caza insectos, ratas y similares y se los come, no tiene control de los esfinteres y luego manipula sus excrementos. El caso es que posiblemente el no sufra, pero amigos pongase usted en lugar de su padre o de su madre y vera que aprobando la eutanasia de este muchacho, sus padres podran tener una mejor calidad de vida. Eutanasia a nivel mundial.

  2. Los cuidados paliativos no deben ser planteados como alternativa a la eutanasia. Los dos son derechos de cualquier persona en una sociedad que se quiera llamar humana, porque el primero consuela pero el segundo garantiza poner fin a aquel que lo desea. Llevo 29 años como médico y he visto a centenares de personas en su proceso hacia la muerte, y puedo afirmar que prácticamente ninguna lo ha hecho con dignidad, y puedo afirmar más aún que los cuidados paliativos no sirven para todos. A pesar de la sedación, de la analgesia, y de miles de opciones terapéuticas, muchos de esos pacientes mueren con dolor unos, con intensa sensación de asfixia otros, ninguno de ellos aliviado por el tratamiento aplicado (y créanme cuando digo que a veces en exceso)… Cuando alguien decide poner fin a su vida (posesivo en mayúsculas) nadie debe otorgarse el derecho a decidir por esa persona.
    Váyanse a la cola los que no quieren este derecho para las personas, que somos muchos más los médicos que queremos el primer puesto para ayudar a los que sufren y quieren morir con dignidad.

  3. Padezco una enfermeddad degenerativa que la fase final es la paralisis y la demencia, no quiero llegar a tal degradación . He hecho el testamento vital y finalmene desearia la eutanasia,lo que en griego significa muerte dulce. Quiero ser socio de D M D si teneis a bien en admitime.
    Un fraternal abrazo. Pedro Marin.

  4. Soy parapléjico a causa de intento de suicidio. Mi vida se relata en dolor y para resumir solo quiero dejar de sufrir porque son las 24 horas del día con dolor muchas gracias.

  5. Mientras no estén bien implementados los cuidados paliativos la elección entre querer vivir o morir no será realmente libre. Nadie quiere sufrir ni ver sufrir a seres queridos. Los cuidados paliativos correctos eliminan mucho sufrimiento, pero es más fácil y barato eliminar el «problema» disfrazando esta actitud con bonitas palabras. Una sociedad solidaria invertiría más en acabar con el sufrimiento que con el sufriente.

  6. Esta semana falleció Don Luis de Moya, sacerdote, tetrapléjico, por un accidente de tráfico, durante casi treinta años. Siempre defendió el derecho a vivir de las personas, y estoy de acuerdo con él. Busquemos sí el fin del sufrimiento de las personas, pero no directamente la muerte.
    Me queda además la duda de cómo conocer la voluntad de suicidio de alguien que no pueda comunicarse, ¿en manos de quién deja esta supuesta ley su vida?. Y esa diferencia entre eutanasia y suicidio asistido, parece que abre la vía de decidir por otros el fin de su vida. De verdad no tenemos «derecho a morir», es algo natural que nos viene dado por nuestra condición de seres finitos. Sí tenemos derecho a ser amados, cuidados, atendidos…dando tiempo al tiempo, que no es nuestro. Sí lo es el corazón que queramos poner en el cuidado del enfermo y en el deseo de minimizar su dolor y agonía. Tenemos el derecho de acompañar al hermano sufrimiente y él a ser amado, escuchado, consolado….buscando su bien, su bienmorir. Vivamos juntos el duelo de la muerte, así aprenderemos nosotros a morir.
    Ofrezcamos esa especialidad del cuidado paliativo y seamos generosos con el tiempo que necesita el hermano para entregar su vida.
    Gracias.

  7. No hay nada mejor para convencer que ver a tus seres más queridos con ese sufrimiento, hablo por experiencia propia. Yo soy muy religiosa y creo que Dios no quiere eso para la humanidad. Quiere que seamos felices , nada de sufrimiento inútil…
    La Eutanasia es un derecho, ahora que cada uno elija libremente sobre algo tan natural como la muerte.

  8. Soy socia de DMD desde hace muchos años y creo completamente necesario que se apruebe una ley que abarque Eutanasia, Suicidio Asistido (incluyendo a las personas que sin tener ninguna enfermedad simplemente quieran dejar de vivir) y también que se mejoren los Cuidados Paliativos.Es necesario desmitificar la muerte.

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