Aunque sea con mascarilla, el fenómeno selfie sigue de moda. Nuestros teléfonos móviles y álbumes de fotos (para los más clásicos) están cargados de imágenes tomadas a nosotros mismos. De hecho, resulta mucho más común en una reunión de amigos aquello de «vamos a sacar un selfie» que el típico, pídele a alguien que nos haga una foto.
Hay selfies de todo tipo pero algunos son más especiales que otros como el que tomó Buzz Aldrin durante la misión Apolo 11 de la NASA en julio de 1969. Este icónico selfie, que es el primero que se tomó en el espacio, ha salido al mercado gracias a la casa de subastas Christie’s London.
Un selfie espacial coronando nuestro hogar
Este selfie tan espacial es tan solo una pequeña parte de los 700 lotes que forman la subasta y que comprenden más de 2.400 elementos separados. En conjunto, cuentan la historia del programa espacial estadounidense desde sus primeros vuelos no tripulados a fines de la década de 1940 hasta el final del programa Apollo en la década de 1970. Entre las imágenes que podríamos adquirir se encuentra la única fotografía tomada de la primera vez que Neil Armstrong caminó sobre la Luna, así como la icónica fotografía que muestra a la Tierra elevándose desde detrás de la superficie de la Luna.
Christie espera que algunas de las fotografías más solicitadas se vendan por un precio equivalente a más de 66.000 dólares. Las estimaciones van desde 800 libras a 30.000 libras para cada una. La mayor parte de fotografías, incluido nuestro famoso selfie, fueron archivadas en el Centro de naves espaciales tripuladas en Houston. Victor Martin-Malburet, coleccionista de arte, lleva 15 años recopilando las imágenes y exponiéndolas en lugares de todo el mundo.
“A través de sus cámaras, los astronautas convertidos en artistas pudieron transmitir a la humanidad la belleza y la profundidad de su experiencia en el espacio, cambiando para siempre la forma en que nos vemos a nosotros mismos y nuestro lugar en el universo” aseguran desde la conocida casa de subastas.