2020 no solo ha sido el año de la pandemia. Ha sido, también, el año de los mosquitos (al menos, en España). Cada vez parece haber más presencia de ciertas especies y el cambio climático podría estar detrás de todo. Si vamos a tener que convivir más tiempo con ellos, mejor intentar entender por qué pican los mosquitos.
La primavera y el verano excepcionalmente cálidos (el sexto consecutivo en España con temperaturas por encima de la media) están detrás de un 2020 en el que se han registrado densidades récord de mosquitos, según la plataforma Mosquito Alert del CREAF y el CEAB-CSIC. Los datos se centran en la presencia de mosquitos tigre, pero señalan una tendencia que lleva años constatándose: las temporadas de actividad de estos insectos son cada vez más largas.
Los ciclos de vida de los mosquitos varían entre especies y lugares. Por lo general, hibernan entre tres y cuatro meses al año, mientras hace frío, y empiezan a despertar en primavera. Pueden hibernar como adultos (en este caso, solo lo hacen las hembras) o como larvas en el agua. El cambio climático está provocando en muchos lugares del mundo (entre ellos, España) inviernos más cortos y veranos más largos. Con unas condiciones cada vez más favorables, la actividad de los mosquitos aumenta.
Índice
- ¿Por qué pican los mosquitos?
- ¿Pican más a unas personas que a otras?
- Cómo evitar las picaduras de mosquito
- ¿Y por qué nos pican las picaduras?
¿Por qué pican los mosquitos?
Los mosquitos no se alimentan de nuestra sangre. Contrariamente a lo que se suele pensar, estos insectos subsisten a base del néctar de las flores. De hecho, de las cerca de 3500 especies de mosquitos registradas en el mundo, solo unas pocas nos pican. Y, aun así, son el animal más peligroso para el ser humano. Algunas de estas especies, como el mosquito común (Culex pipiens) o el tigre (Aedes albopictus) están especialmente adaptadas para sobrevivir en las cercanías de los asentamientos humanos.
Pero si se alimentan de las flores, ¿qué hacen a nuestro alrededor? Y, sobre todo, ¿por qué pican los mosquitos? Las únicas que pican a los humanos son las hembras. Lo hacen no para alimentarse, sino que nos pican para obtener las proteínas y otros compuestos químicos necesarios para madurar los huevos. Es decir, la sangre humana, al igual que la de otras especies animales, es fundamental para la reproducción del mosquito.
¿Pican más a unas personas que a otras?
Algunas personas parecen especialmente atractivas a los mosquitos. Hay quien se levanta, literalmente, acribillado, mientras la persona que duerme a su lado apenas tiene un par de picotazos. Las claves están en nuestro propio cuerpo y tienen que ver con cómo detectan los mosquitos a sus víctimas.
- La química del olor. Los mosquitos tienen un sentido del olfato diferente al nuestro, capaz no solo de detectar la presencia o ausencia de determinados compuestos químicos, sino sus proporciones. Esto les permite dirigirse tanto a los animales como a las plantas que disponen de mayor cantidad de ciertos compuestos químicos. Por ejemplo, se ha comprobado que los mosquitos se ven especialmente atraídos por el ácido láctico que expulsamos con el sudor.
- El grupo sanguíneo. La mayoría de las personas secretan sustancias químicas a través de la piel que permiten determinar su grupo sanguíneo. De acuerdo con varios estudios, a los mosquitos les atraen más las personas con grupo sanguíneo 0. La razón, por el momento, se desconoce.
- El dióxido de carbono exhalado. El sentido del olfato de los mosquitos es especialmente sensible a la presencia de dióxido de carbono, que suele indicar que hay algún animal respirando cerca. Por regla general, cuanto más CO? se exhale, más atraído se sentirá el mosquito. Normalmente, las personas de mayor tamaño emiten más cantidad.
- El consumo de alcohol. Todo lo que tomemos afecta, de una manera u otra, a las sustancias que excretamos y a nuestro olor corporal. Algunos estudios se han centrado en analizar la reacción de los mosquitos ante el consumo de ciertas sustancias. Varios han encontrado una relación entre la ingesta de alcohol y el aumento de la atracción de los mosquitos.
- La ropa y los colores. Los mosquitos no solo huelen, también ven. En especial, el sentido de la vista es importante para las especies diurnas. Estos insectos se ven atraídos por colores llamativos o muy oscuros que contrasten con el entorno. Por eso es recomendable usar ropas de colores claros que cubran la máxima superficie de piel posible.
Cómo evitar las picaduras de mosquito
Teniendo en cuenta cómo nos encuentran los mosquitos, existen dos grandes vías para impedir que nos piquen. La primera es establecer todo tipo de barreras físicas, que pueden ir desde usar la ropa adecuada (manga y pantalón largo de colores claros) hasta la utilización de mosquiteras.
La segunda vía pasa por enmascarar nuestro olor corporal. Aquí es donde entran en juego los repelentes, aunque su nombre lleve a engaño. Estas sustancias, como el conocido DEET o la icaridina, no espantan a los mosquitos, sino que nos hacen invisibles a su olfato. Es decir, camuflan nuestro olor natural.
En este sentido, existen varias soluciones, algunas mucho más efectivas que otras. Entre las opciones naturales, la citronela, aunque de uso muy extendido, no es muy efectiva. Es mucho más recomendable utilizar aceite de Corymbia citriodora, popularmente conocido como el eucalipto limón. Aun así, lo más seguro es utilizar sustancias artificiales como el DEET.
Estos repelentes pueden ser de aplicación cutánea directa (los más efectivos) o utilizarse como pastillas y esencias para ambientar una habitación. De lo que no existe ninguna evidencia científica es de la eficacia de las pulseras antimosquitos (su olor es muy focalizado y se evapora rápidamente) ni de los dispositivos de ultrasonidos.
¿Y por qué nos pican las picaduras?
Los mosquitos son el principal vector de enfermedades humanas. La malaria, la fiebre amarilla y el dengue no serían la amenaza para la salud que son hoy en día sin el papel que juegan estos insectos en su transmisión. Las enfermedades transmitidas por mosquitos matan a más de 700 000 personas cada año. Además del riesgo evidente que suponen sus picaduras, hay otro elemento que las hace muy molestas: el escozor que provocan.
Tal como explican desde Mosquito Alert, cuando una hembra perfora nuestra piel y empieza a succionar la sangre, nos inyecta al mismo tiempo su saliva. Este líquido tiene propiedades anticoagulantes, que impiden que se cierre la pequeña herida. Aquí entra en juego nuestro sistema inmunitario, que interpreta las proteínas de esta saliva como antígenos. Es decir, entiende que es un ataque que hay que repeler.
A través de un proceso tan complejo como rápido, nuestro cuerpo acaba activando una respuesta inflamatoria para luchar contra el invasor. De ahí que la piel se hinche y surja el grano. Esta irritación es la que nos produce la sensación de picor, como si de una reacción alérgica se tratase. El primer impulso es rascarse, pero todo apunta a que hacerlo es contraproducente (aunque nos dé una sensación de alivio momentánea).
Rascar la zona aumenta la irritación y la inflamación, y es fácil que entremos en un círculo vicioso en el que no logramos dejar de rascarnos. En este proceso es habitual que acabemos rasgando la piel y generando heridas que pueden infectarse, empeorando la picadura. Si no se rasca el grano, el escozor desaparecerá a las pocas horas. Aun así, en algunos casos, puede durar varios días.
Lo mejor, en estos casos, es prevenir. Establecer las medidas de protección necesarias y, tal como nos contaba Tomás Montalvo, responsable del programa de vigilancia y control de vectores (mosquitos) de la Agència de Salut Pública de Barcelona, eliminar todos los lugares susceptibles de convertirse en criaderos de mosquitos (como pequeños recipientes con agua encharcada).
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