Desde hace años, aunque cada vez de forma menos consistente, Silicon Valley proyecta al resto del mundo una imagen de alta tecnología que combina creatividad, capital y estilo cool californiano.
Stanford y académico en Silicon Valley, Fred Turner, se asoció con la reconocida fotógrafa Mary Beth Meehan. Juntos, han publicado el libro, Seeing Silicon Valley: Life Inside a Fraying America , (University of Chicago Press, 2021), una mirada íntima a las experiencias cotidianas de las personas que viven y trabajan en Silicon Valley, desde algunos de sus residentes más ricos a los más pobres.
Para retratar la otra cara del «sueño 2.0», el profesor de comunicación deLos lectores conocen a personas como Cristóbal, un veterano del ejército de los Estados Unidos que trabaja como oficial de seguridad por contrato en Facebook, donde gana 21 dólares por hora en uno de los mercados inmobiliarios más caros del país. Su fotografía muestra a Cristóbal dentro del cobertizo del patio trasero en Mountain View, que ha convertido en su casa. Se le ve de pie dentro de un pequeño espacio habitable con paredes de color rosa brillante y un área de almacenamiento abuhardillada llena de ropa.
Los lectores también conocen a Teresa, que se muestra dentro del camión de tacos donde trabaja. Teresa emigró a Estados Unidos desde México y comparte apartamento con sus cuatro hijas.
Otra retratada es Ariana, que descubrió que su casa en Sunnyvale estaba en un lugar contaminado con vapores de tricloroetileno debido a los desechos tóxicos que persisten desde las décadas de 1950 a 1980. Como señala Turner en la introducción del libro, el condado de Santa Clara alberga unos 23 sitios Superfund , una etiqueta que designa áreas tan contaminadas que reciben fondos del gobierno estadounidense para limpiar los desechos tóxicos que forman parte del paisaje.
Ariana y su novio, Elijah, aparecen abrazados bajo un cielo azul brillante con una densa franja de árboles en primer plano. «Al principio estaba un poco asustada», dijo Ariana cuando se enteró de las sustancias peligrosas que impregnaban su casa.
hacia un silicon valley más humano
«Silicon Valley fue una idea mítica para mí», explica Mary Beth Meehan. «Tenía la idea de que era un lugar donde todo brillaba, donde todo era posible, donde la gente era joven y sana, que era un lugar en el que se ponía en juego todo lo mejor del ingenio humano». Sin embargo, lo que Meehan encontró fue muy diferente de lo que imaginaba.
«Nada podría haberme preparado para la inquietud, el estrés y el sufrimiento humanos que conlleva ser parte de esa economía», afirma.
Al compartir las experiencias de las personas que ayudaron a convertir Silicon Valley en lo que es hoy, Turner espera que el proyecto inspire un nuevo compromiso cívico.»Podemos estar muy orgullosos de los dispositivos que hemos desarrollado, pero necesitamos volver a unir la ambición que tenemos por el desarrollo tecnológico y las ganancias con la ambición de una sociedad mejor. Necesitamos tener una nueva visión cívica y espero que este libro sea una pequeña gota en para lograr ese objetivo», explica Fred Turner.