Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford llevan casi dos décadas desarrollando circuitos integrados que se asemejan a la piel. Capaces de estirarse, plegarse, doblarse o torcerse sin perder sus capacidades operativas. En un nuevo estudio, el grupo ha descrito cómo han imprimido estos circuitos integrados en materiales gomosos, similares a la piel. El resultado ha sido un chip compuesto por 40.000 transistores por centímetro cuadrado.
Teniendo en cuenta el tipo de material que han utilizado, esto es un gran avance, pero todavía estarían muy lejos de los millones de transistores que se puede integrar en la misma superficie de los chips de silicio. No obstante, los investigadores han explicado que están trabajando para duplicar esta cifra a corto plazo.
El equipo de investigadores ha afirmado que el secreto está en el método que han empleado. Gracias a él, han conseguido mejorar la densidad de los transistores en más de 100 veces, sin alterar su rendimiento electrónico.
Circuitos integrados creados por fotolitografía
El método que han utilizado es conocido como fotolitografía. En él se utiliza luz ultravioleta para transferir un patrón geométrico eléctricamente activo a un sustrato sólido. Se trata de un complejo proceso que se compone de varios pasos de recubrimiento, exposición con luz, grabado químico y aclarado.
El equipo ha producido circuitos integrados de aproximadamente el mismo rendimiento eléctrico que los transistores utilizados en las pantallas de los ordenadores actuales. Posteriormente, han probado estos materiales para comprobar su durabilidad y rendimiento. Al estirar dichos circuitos para duplicar sus dimensiones originales, los materiales recién impresos no presentaron ni grietas ni deterioro en su función.
Una piel electrónica capaz de medir el ritmo cardiaco
Por otra parte, Samsung también trabaja en una piel electrónica que se ajusta a la muñeca y que es capaz de medir y mostrar en tiempo real el ritmo cardíaco de una persona.
Este dispositivo, presentado por la compañía en la revista Science Advances, está integrado por una pantalla en material OLED y sensores que usan la tecnología de haces de luz para medir la frecuencia cardiaca de la muñeca y en la zona de la arteria radial.
Gracias al uso del OLED esta piel electrónica se puede estirar hasta en un 30 % sin presentar problemas en su funcionamiento. Asimismo, los investigadores del área de investigación y desarrollo de Samsung, observaron que mostraba resultados precisos incluso después de ser extendida hasta 1.000 veces su longitud.