¿Puede que las redes sociales sean la plaga definitiva que acabará con la humanidad? Como titular suena a pataleta de boomer, pero así lo afirma un estudio. Científicos temen que tras sobrevivir a guerras y hambrunas no seamos capaces de digerir los cambios sociales provocados por la tecnología.
No hay duda de que el ser humano es capaz de aguantar lo indecible. Conflictos bélicos, hambre, genocidios, plagas, pandemias… No importa lo que nos caiga encima, siempre encontramos la manera de salir el embrollo. Más allá del daño que le hagamos al entorno por el camino, nuestro crecimiento parece imparable.
Sin embargo, a pesar de haber superado tantas adversidades, puede haber un nuevo ‘enemigo’ capaz de acabar con la especie. Sería un rival poco glamuroso, en nada parecido a esos robots de Skynet que nos prometió Hollywood. Puede que los culpables sean tan anodinos como Facebook, Twitter e Instagram.
Así lo afirma un llamativo paper firmado por 17 investigadores y publicado en la prestigiosa revista científica PNAS a principios de julio. En él, sus autores afirman con rotundidad que la falta de comprensión sobre los efectos en el comportamiento colectivo de este brutal cambio tecnológico amenazan la democracia y el progreso científico.
Las miradas críticas hacia las redes sociales no son una novedad
Son muchas las voces que han mostrado preocupación por los efectos nocivos de un uso desmedido de las redes. Algunas hasta excéntricas. Los psicólogos alertan de que las generaciones más jóvenes están expuestas a una presión social desconocida; tanta, que la ansiedad y la depresión aumentan. Solo hay que ver cómo el selfi está disparando las operaciones de estética.
La falta de regulación en el contenido tiene sus pros y sus contras. Por ejemplo, que promover cánones de belleza irreales genere desórdenes alimenticios. El cambio es tan profundo que, además de ligar casi exclusivamente por internet, hasta nos divorciamos online.
En los últimos años se han multiplicado los artículos que tratan este tema. Incluso el propio sector ha entonado el mea culpa y pide cambios drásticos. El documental de Netflix ‘El dilema de las redes sociales’ da voz a algunos protagonistas durante el cambio de paradigma tecnológico.
Cuáles son las diferencias de este nuevo estudio sobre el efecto de las redes
¿Cuáles son las novedades en esta crítica a las redes? La primera es que aquí han colaborado investigadores de distintas disciplinas. Además de psicólogos, entre los 17 que firman el paper encontramos expertos en campos como la biología, la filosofía y hasta la ecología.
Este último es relevante, ya que consideran el escenario comparable al de la emergencia climática. Ligado a esto estaría el segundo factor llamativo. Los autores creen necesario afrontar el problema como una “disciplina de crisis”. Animan así a científicos de distintas especialidades a trabajar juntos para responder a este problema social urgente.
La lectura del estudio ‘Stewardship of global collective behavior’ no es placentera y optimista. En él se postula que las redes sociales suponen un problema para la supervivencia de la civilización. No solo por sus efectos sobre la salud mental; también porque han interrumpido el flujo confiable de información.
Por qué las redes sociales pueden ser la plaga definitiva que acabe con la humanidad
Una de las conclusiones del documento es devastadora. Si no comprendemos el efecto de estas nuevas tecnologías como sociedad, la democracia y el progreso científico están en peligro. Lo estamos viendo en directo: la infodemia permite la proliferación de teorías conspiranoicas que dificultan el control efectivo de la pandemia. De ahí las duras palabras de Biden hacia Facebook.
Otro ejemplo notorio ha sido el asalto al Capitolio, imposible de entender sin la difusión incontrolada de las teorías extremistas de QAnon. No es el único caso. Para estos expertos, las nuevas tecnologías también han alimentado el genocidio de los musulmanes rohinyá.
Cada cierto tiempo se vuelve a poner el foco de atención en si las redes sociales son realmente neutrales ante un conflicto bélico. Quizás esto sirva como dato para valorar si es buena idea hacer ya presidenta a una inteligencia artificial. Al menos, hasta que consigamos un consenso mínimo en materia de seguridad.
Qué hacer para evitar que las redes sociales se conviertan en una plaga
La mitad de la población mundial usa las redes para relacionarse con familiares y amigos. También para informarse. Son más de 4 000 millones de personas las que las utilizan. Otro dato significativo: el promedio de conexión diaria roza las dos horas y media.
Por eso el estudio recalca la importancia de analizar este complejo comportamiento colectivo desde una perspectiva global. También insisten en pedir a las grandes tecnológicas que no intenten controlar a la población. Según los autores, los modelos comerciales imperantes “no son compatibles con una sociedad sana”.
Hay también efectos positivos en la irrupción de las plataformas sociales. De la “colaboración dispersa” al modo de la Wikipedia al potencial de las redes para dar voz a minorías sociales. Todo vale para luchar contra la emergencia climática, la desigualdad, el racismo y los discursos de odio.
En Nobbot | ¿Son las redes sociales neutrales ante un conflicto político o internacional?
Imágenes | Portada: fotografía de Daria Nepriakhina en Unsplash. Interior: fotografía de Camilo Jiménez en Unsplash, fotografía de Maria Thalassinou en Unsplash.