El navegador web es nuestra puerta a internet, tanto en dispositivos móviles como de sobremesa. Hay multitud de opciones en el mercado pero si tuviéramos que elegir un dominador, ese sería Chrome. La propuesta de Google se ha posicionado como la más extendida por su fantástica interfaz e innumerables herramientas para la navegación. En la lucha por robarle cuota tenemos a Microsoft con Edge, el siempre interesante Firefox o el protagonista de nuestro artículo: Brave.
¿Qué es Brave?
Brave es un navegador web gratuito que lleva con nosotros desde 2016, ha sido desarrollado con código abierto y está basado en Chromium. Su principal responsable es Brendan Eich, cofundador de Mozilla y creador de JavaScript.
Su propósito primero es que naveguemos por la web de una manera más segura y privada, sin descuidar el rendimiento o las herramientas que ofrece Chrome. Está disponible para Windows, macOS, Linux, iOS y Android.
Cuenta con algunas particularidades que repasaremos en el artículo, pero lo que lo hace interesante y competitivo es que ofrece una manera de enviar su criptomoneda patentada a otros. Algo pensado en especial para los creadores de contenidos.
Un modelo de negocio basado en anuncios benévolos
Brave consigue sus ingresos con un modelo innovador en el que los usuarios pueden habilitar los anuncios y ganar una criptomoneda conocida como BAT (Basic Attention Token). En el otro lado, los creadores de contenidos se inscriben en la red publicitaria para formar parte de esos anuncios aprobados por Brave.
El usuario podrá decidir qué hacer con los ingresos generados, conocidos como Brave Rewards. Pero su cometido principal es el de pagar a los creadores o sitios favoritos de la web. Por ejemplo, podemos enviar de manera mensual una cantidad a Wikipedia.
Brave Rewards es opcional y se integra en el navegador como una cartera que almacena la moneda o tokens. Se le ha criticado, sin embargo, por rastrear en nuestros datos para poder publicar anuncios acordes. Es lo mismo que hace Google.
PRESUMIENDO DE Máxima seguridad y privacidad
Es una realidad que Chrome está conectado al ecosistema de Google y de alguna manera recopila información del usuario: ubicación, inicios de sesión, intereses, etc. Brave es muy claro con estos comportamientos. Presenta un menú de seguridad en el que podemos revisar todo lo que está bloqueado o permitido en cada página.
Otro de los beneficios de usar este navegador es Brave Shields, una tecnología propia de bloqueo de contenido no deseado, como anuncios, rastreadores o vídeos que se reproducen de forma automática. Con esto consigue además un funcionamiento más rápido.
De manera predeterminada se emplea el protocolo HTTPS Everywhere, con el que forzar a los sitios web a usar conexiones seguras. También hay un gestor de contraseñas integrado, que nos ayuda con la creación y el almacenamiento.
Por último tenemos que destacar la posibilidad de crear pestañas privadas o de incógnito que en realidad lo son, al hacer uso de la red Tor. La tecnología de esta red enmascara la información y hace rebotar de forma aleatoria las comunicaciones a través de una serie de servidores intermediarios.
Tan veloz como Chrome y aprovecha sus extensiones
Una de las premisas de Brave era ser más veloz. Teniendo en cuenta la seguridad que introduce —HTTPS Everywhere—, podemos asegurar que es tan rápido como Chrome. Lo consigue eliminando componentes que perjudican la experiencia de navegación: anuncios, scripts o rastreadores.
No podemos afirmar que sea tan fugaz como los desarrolladores se esfuerzan en promocionar, pero es cierto que consume menos recursos del equipo. También presume de una velocidad de apertura más rápida.
Un detalle importante que lo hace ser más interesante que otros navegadores es el hecho de poder utilizar las extensiones de Chrome. Brave es un navegador basado en Chromium, por eso es posible ir a la Chrome Web Store y hacer uso de esos contenidos.
Un navegador con buscador propio
Desde un principio en Brave tenían claro que querían ser independientes para las consultas, siempre con la intención de proteger nuestra privacidad. Hace poco lo han conseguido al cambiar las búsquedas de Google por su propio buscador.
Conocido como Brave Search, es un motor en el que llevan mucho tiempo trabajando, que utiliza una indexación independiente: no monitoriza a los usuarios, sus búsquedas o sus clics. En la actualidad ya registra más de 80 millones de consultas al mes.
Comparación de Brave con otros navegadores
¿Es Brave una alternativa real? Por supuesto que lo es, pero lo mejor que se puede hacer es instalarlo y comparar con el navegador actual. Cada usuario es un mundo, pero podemos adelantar algunas diferencias y similitudes:
Chrome
El navegador de Google es el principal competidor y en cuanto a interfaz se parecen bastante, por lo que los usuarios no notarán un gran cambio. Brave añade una capa básica de protección que muchos agradecerán.
Firefox
Otro navegador que apuesta por la privacidad de los usuarios, y podemos decir que actualmente es la referencia, mejorando en algunos aspectos al protagonista de nuestro artículo. Donde Brave destaca es en la interfaz y en las extensiones.
Safari
El navegador predeterminado en el mundo Mac, con una experiencia de uso bastante diferente. Brave es más cercano para los que lleguen de Chrome y nos ofrece una navegación más segura. Safari juega la baza de contar con una integración mayor en el ecosistema Apple.
Edge
El sucesor de Internet Explorer es una opción mucho más apetecible, ya que también está construida sobre Chromium. En rendimiento e interfaz tiene poco que envidiar a Brave, pero está algo menos enfocado en la navegación segura y privada.
Imágenes | Radek Grzybowski
En Nobbot | Paso a paso para cambiar el idioma en Google Chrome