El DRM o Digital Rights Management es un sistema para evitar que se realicen copias no autorizadas de un contenido digital. ¿Qué problemas resuelve el DRM? ¿Cuáles son las limitaciones de la gestión de derechos digitales? ¿Es útil frente a la piratería? Aunque es una tecnología funcional, también puede ser molesta, y no pocas personas se manifiestan de forma abierta en contra de esta aplicación del copyright.
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¿Qué es el DRM y cuál es su función?
El DRM, del inglés digital rights management y traducido al castellano como ‘gestión de derechos digitales’, hace referencia a todas las tecnologías de derechos de autor que tratan de impedir la copia no autorizada del contenido. Es un tipo de tecnología que protege los derechos de propiedad sobre medios digitales. Por lo general, a través de plataformas que levantan el ‘muro’.
Existen muchos tipos, aunque el grueso se usan en medios creativos como la música, los vídeos o los libros. Por ejemplo, Netflix no permite grabar su pantalla en un ordenador y Amazon Kindle limita la copia de contenido a cierto porcentaje (a veces, el 0 %), superado el cual no es posible copiar más texto del libro en cuestión. Spotify también tiene DRM.
Otros sistemas análogos, como es el caso de Google Books, permiten a los creadores inhabilitar este sistema. En diferentes plataformas funcionan sin este tipo de tecnología, que consideran costosa y muy poco útil. Es el caso de iTunes de Apple, Ubisoft y Twitter. Mantener estos sistemas tiene coste, y vulnerarlos es bastante sencillo, por lo que muchas marcas no los utilizan.
Argumentos a favor del uso de la gestión de derechos digitales
El DRM supone la aplicación práctica del derecho a la propiedad intelectual en medios digitales. Por tanto, los argumentos pro-copyright se alinean casi a la perfección con este sistema, con ligeros matices. En líneas generales, los defensores de los derechos de autor se suelen apoyar mecanismos legales y tecnológicos que disuaden de copiar, siendo el DRM solo un tipo.
Argumentos contra el uso de DRM
Los argumentos contra el uso de DRM son mucho más complejos debido a su enorme variedad y puntos de vista, a menudo opuestos entre sí o coincidentes pero basados en diferentes posturas ideológicas.
De hecho, muchos de los argumentos contra la utilización de DRM no se deben a la lucha anti-copyright, sino que nacen de admitir las vulnerabilidades de esta tecnología. Apple defiende el copyright, pero tras evaluar el coste de proteger iTunes se dieron cuenta de que instalar un sistema DRM recortaría beneficios y no disuade de piratear el contenido. Lo que sí consigue un precio justo.
Entre los argumentos clásicos contra el DRM se encuentran la mayoría de los argumentos contra la propiedad intelectual o algunas de sus aplicaciones. Por ejemplo, son frecuentes las quejas cuando este imposibilita compartir un contenido por el que se ha pagado (prestar un libro electrónico en Kindle o Google Books a menudo es imposible).
Además, también hay detractores del DRM por motivos técnicos. En ocasiones, este sistema no permite la accesibilidad universal, como pasa en libros con DRM que hacen inviable algunos lectores de pantalla para personas ciegas. En otras, hace difícil trasladar el contenido, como pasa cuando un sistema con DRM deja de existir. Un ejemplo de esto último: si una empresa de videojuegos en línea con DRM quiebra o tiene problemas técnicos, los clientes se quedan sin el juego.
El control de acceso obligatorio (MAC, Mandatory access control) también es una queja frecuente. Además de las pegas de los dos párrafos previos, este sistema incurre en la obligatoria identificación de los usuarios al acceder al contenido y, por tanto, una posible, si no probable, vulneración de su privacidad.
¿Hasta qué punto es útil el DRM? Deficiencias de los DRM
La tecnología DRM dificulta la copia (legal o ilegal) y la piratería, pero no la imposibilita. En otras palabras, no es infalible ni está pensado para que sea inviable copiar, sino para que esta acción resulte complicada. Es el análogo de un sistema de alarma frente al robo: puede disuadir, pero no lo impide.
Por ejemplo, un libro con DRM se puede seguir copiando de forma ‘manual’, palabra a palabra. De hecho, en ocasiones una misma firma diseña tecnologías antagónicas como es el caso del DRM de Google Books y Google Lens, que ayuda a capturar fragmentos de texto. Es más, el propio Google Books permite copiar el texto una vez se ha subrayado.
Es importante entenderlo como un sistema de ofuscación frente a la copia, entendiéndose que cualquier intento sistemático y concienzudo terminará por romper esta barrera. De hecho, no se conoce ningún sistema DRM infalible y son, en teoría, no seguros, es decir, eventualmente es posible romperlos.
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Imágenes | Franck, Mo, Pawel Czerwinski