No actuar contra el cambio climático nos condena a todos. A los ecosistemas y a los seres vivos que pueblan el planeta, incluidos los humanos.
Esa es una de las muchas conclusiones que se pueden extraer del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En él se resumen los resultados del segundo grupo de trabajo, el que analiza los impactos del cambio climático, la vulnerabilidad de las sociedades humanas y las posibles vías de adaptación.
Para esta segunda parte del informe del IPCC (el sexto que lanza desde su creación en 1988), se han revisado más de 34 000 artículos científicos publicados en los últimos años sobre el tema. En este trabajo han participado 270 autores de medio mundo y otros 675 científicos han colaborado de forma externa. En total, durante todo el proceso de elaboración de la información, se han recibido más de 60 000 comentarios de expertos.
Las claves del informe del IPCC
Tras varios años de trabajo, los autores del IPCC y los países de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mantuvieron dos semanas de reuniones para ponerse de acuerdo en las conclusiones finales del informe. Estos encuentros estuvieron marcados, como no podía ser de otra manera, por la invasión de Ucrania. De hecho, los autores del país tuvieron que abandonar las reuniones cuando los misiles empezaron a caer sobre su casa. Y sus colegas rusos aprovecharon la presentación del informe para hacer oír su no a la guerra.
A pesar de todo, las negociaciones llegaron a buen término y el lunes 28 de febrero a mediodía (hora española) se publicó el informe completo. Estas son sus principales conclusiones.
1. 3600 millones de personas vulnerables
La temperatura media del planeta es hoy 1,1?°C más elevada que antes de la revolución industrial. Este exceso de energía en la atmósfera y los océanos ha provocado un desajuste climático de escala global. Y los impactos de este cambio climático se dejan notar ya en cualquier lugar de la Tierra. No hay región ni país que se libre de los efectos del calentamiento y los eventos meteorológicos cada vez más extremos.
Sin embargo, el informe incide en la cuestión de la vulnerabilidad. Las sequías o las inundaciones afectan más a quienes menos capacidad tienen de anticiparse y recuperarse de ellas. Esto aplica tanto a países como a comunidades con niveles bajos de desarrollo. En total, se calcula que entre 3300 y 3600 millones de personas están en situación de vulnerabilidad ante el cambio climático. Sobre todo, en África, América Latina, Asia meridional, el Ártico y las islas pequeñas.
Esta situación de vulnerabilidad no está provocada por el cambio en el clima en sí, sino por una serie de circunstancias preexistentes de desigualdad y pobreza que hacen que los efectos del cambio climático se multipliquen. De hecho, el informe hace por primera vez mención expresa a las desigualdades creadas por el colonialismo como una de las causas de la vulnerabilidad.
2. La adaptación tiene un límite
El informe ha sido calificado como una advertencia de las consecuencias de no actuar por el presidente del IPCC, Hoesung Lee, e incluso como un atlas del sufrimiento humano por el secretario general de la ONU, António Guterres. Si el planeta se sigue calentando, los impactos (pérdida de productividad agrícola, escasez de agua, subida del nivel del mar o enfermedades) se irán agravando.
Sin embargo, todavía hay cosas que podemos hacer. Mientras trabajamos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que están recalentando la atmósfera, el informe señala que tenemos que tomar una serie de medidas de adaptación:
- Restauración y protección de ecosistemas. Por ahora, la naturaleza sigue siendo nuestra gran aliada. Los arrecifes y los manglares protegen las costas de la erosión y las tormentas. Los bosques nos dan agua y comida. En general, todos los ecosistemas nos sirven de escudo y de sustento. El informe recalca que debemos conservarlos antes de que sea demasiado tarde. Calcula que entre el 30 y el 50 % de la superficie global tendría que protegerse para ayudarnos en nuestro camino de adaptación al cambio climático.
- Reducir la vulnerabilidad y reforzar los sistemas humanos, sobre todo, en las ciudades. Para disminuir las consecuencias del cambio climático, es necesario avanzar en la igualdad, reducir la pobreza, reforzar los sistemas de salud y gobernanza y garantizar los servicios básicos para todos. El informe llama a prestar especial atención a las ciudades, donde hoy vive ya más de la mitad de la población global.
3. La conexión entre biodiversidad y clima
Es imposible comprender el alcance del cambio climático sin ligarlo con la crisis de la biodiversidad. Ambas comparten causas y consecuencias y no pueden resolverse por separado. Esta es otra de las grandes conclusiones del informe. Es la estabilidad de los sistemas naturales de la Tierra la que está en juego, los mismos sistemas de los que dependemos para beber, comer y sustentar nuestra sociedad humana. ¿Y cómo está afectando el cambio climático a la biodiversidad?
Entre otras cosas, el informe recoge la certeza de que al menos tres especies se han extinguido ya por culpa del cambio climático. Son una zarigüeya australiana cuyo hábitat se vio destruido por los incendios, un roedor que vivía entre este país y Nueva Guinea, en unas islas borradas del mapa por la subida del nivel del mar, y un sapo dorado de Costa Rica que desapareció en los noventa por culpa de la sequía.
Además, señala que los arrecifes de coral, pieza básica de la biodiversidad de los océanos, son los ecosistemas más amenazados. Si la temperatura del agua sigue subiendo, el 95 % podría desaparecer antes de finales de siglo. Todas las especies del planeta experimentan ya los efectos del cambio climático: casi el 50 % han sufrido reducciones en sus hábitats y una de cada dos ha tenido que desplazarse hacia los polos o hacia la cima de las montañas buscando mejores condiciones de temperatura.
¿Y qué está pasando en la península Ibérica?
A medida que avanza la ciencia climática y las tecnologías para estudiar el cambio, los informes del IPCC pueden analizar los impactos en regiones más concretas. Así, este reporte habla en particular de los efectos en el Mediterráneo, donde la temperatura ya ha subido 1,5?°C por encima de la media preindustrial.
Se calcula que si las tendencias continúan, el 80 % de la región sufrirá más sequías en los próximos años, lo cual provocará, entre otras cosas, una pérdida de productividad agrícola del 17 % antes de mitad de siglo. Además, todos los países mediterráneos sufrirán la subida del nivel del mar, cuyos daños se multiplicarán por diez para 2100 si nada cambia.
Por otro lado, países como España se verán muy afectados por las olas de calor extremo, un fenómeno cada vez más habitual e intenso. De hecho, según datos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet), la temperatura media en España ha aumentado casi 1,7?°C con respecto a principios del siglo XX y un 75 % de la población del país vive en zonas que se han calentado más de un 1,5?°C.
Si bien la vulnerabilidad no es tan elevada en el Mediterráneo como en otros lugares, debido al nivel de desarrollo y riqueza de los países que forman la región, nadie parece librarse de los efectos del cambio climático. Si queremos mantener un planeta sostenible en el que se pueda seguir viviendo con cierto nivel de bienestar, el informe concluye que tenemos que actuar ya: reducir emisiones y adaptarnos para contener los efectos del cambio global.
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