La start-up Ventri Astrolad ha diseñado un coche lunar para transportar personas y carga a través de la superficie lunar.
Lunar Rover Vehicle, un pequeño vehículo eléctrico que permitía explorar los alrededores del espacio lunar, recoger muestras, llevar a cabo simples comunicaciones y grabar imágenes.
Unos años después de que Armstrong y Aldrin pisaran la Luna con el Apolo 11, los coches también pisaron suelo lunar en las misiones de Apolo 15, 16, y 17. Eran diferentes modelos del famosoAhora, la start-up Ventri Astrolad, ha presentado su coche lunar llamado Flex (Flexible Logistics Exploration), diseñado para transportar carga y personas a través de la superficie de la Luna y, eventualmente, a Marte. Los astronautas podrán controlarlo de forma remota, e incluso moverse por el satélite montados en él.
La compañía aeroespacial tiene como objetivo construir una flota de estos coches espaciales durante la próxima década y quiere que la NASA los utilice en las misiones Artemis, que prometen llevar a hombre y mujeres a la Luna para el año 2025. «Empresas como SpaceX y Blue Origin están resolviendo el problema del transporte de larga distancia, y queremos resolver el del transporte local y, en última instancia, establecer el estándar para la logística lunar», ha dicho Jaret Matthews, director ejecutivo de Astrolab a The Verge.
UN COCHE LUNAR RESISTENTE A LA RADIACIÓN Y FRÍO LUNAR
Este coche lunar está destinado para soportar un peso de hasta 500 kilos y además, podrá ser manejado por los astronautas o través de un control remoto, ya que su principal objetivo es facilitar la exploración lunar.
Flex es capaz de recoger y depositar cargas útiles modulables, explorar, encargarse de tareas logísticas, así como del estudio y preparación del lugar, de la construcción y empleo de recursos.
Para comprobar todas estas capacidades, Astrolab ya ha construido un prototipo a gran escala de Flex, que ha puesto a prueba, recientemente, en el desierto de California. Durante está, el coche lunar simuló diversas actividades que podría realizar en una base lunar, por lo que realizaron tareas como recoger y entregar cargas, transportar a personas por diferentes terrenos y de forma remota, así como configurar un panel solar vertical e instalarlo.
Este prototipo, por el momento, se ha fabricado en las condiciones de gravedad terrestre por lo que es mucho más resistente de lo que sería en su versión lunar, ya que nuestro satélite tiene una sexta parte de la gravedad de la Tierra.
La gravedad no será el único reto que se encontrará Flex en el espacio lunar. También tendrá que ser capaz de resistir a la radiación o el frío lunar que caracteriza la vida en el satélite rocoso, en concreto, hasta menos 130 grados centígrados. Para ello tendrá un aislamiento y una batería lo suficientemente grande, lo que permitirá que el róver resista y se mantenga caliente entre 100 y 300 horas de noche en el polo sur de la Luna.