Martha «Marty» Goddard es una de esas mujeres relegadas al olvido a pesar de que su inspiración innovadora impulsó la medicina forense en la investigación de los delitos de violación.
Goddard fue una defensora de los derechos de las mujeres que, en los años 70, creó un kit que permitió establecer un procedimiento estandarizado para recopilar y preservar pruebas en casos de violación. Esta innovación aceleró la investigación y el enjuiciamiento de las agresiones sexuales en los Estados Unidos.
Este kit, que se puede ver on line en el Museo Nacional de Historia Americana, fue el resultado de un arduo trabajo en el que Martha Goddard entrevistó a legisladores, policías, abogados y trabajadores de hospitales para comprender cómo se trató a las víctimas y cómo se recopilaron las pruebas.
La inventora fundó el Comité de Ciudadanos para la Asistencia a las Víctimas en Chicago y allí comprendió el dolor y el estigma que rodea a la violación y se dio cuenta de que miles de casos de agresión sexual tenían bajas tasas de enjuiciamiento y detención porque no había un procedimiento estandarizado para recopilar y preservar pruebas.
El ostracismo de una mujer
Presentó su diseño a Louis Vitullo, un sargento de la policía de Chicago que trabajaba en el laboratorio de criminalística de la ciudad al que desde entonces, y debido al sesgo machista, se le atribuyó la creación del kit. A Marty Goddard se la nombró, solo en contadas ocasiones, en los medios de información y, cuando eso sucedía, como la ayudante de Vitullo. Ha sido la escritora Pagan Kennedy, que está escribiendo un libro sobre la inventora, la que ha contribuido a recuperarla del ostracismo.
Sobre la trascendencia de su invento, hay que tener en cuenta que, en los años 70, las mujeres rara vez tenían el coraje de denunciar el abuso sexual y cuando lo hacían, sus relatos a menudo no eran tenidos en cuenta y los casos se trataban de forma tan descuidada que era frecuente la pérdida de las pruebas. En los hospitales tampoco había un protocolo para atender a estas víctimas.
En esa época, la violación conyugal se consideraba legal en EE.UU., una situación a la que no se puso fin, en los 50 estados, hasta el año 1993. Por comparar, en España, fue en 1992 cuando el Tribunal Supremo dictaminó que el sexo dentro del matrimonio debe ser consensual y que la sexualidad en el matrimonio debe entenderse a la luz del principio de la libertad de tomar sus propias decisiones con respecto a la actividad sexual.
Productos sencillos contra la violación
El kit para investigar casos de violación contiene productos «listos para usar» como hisopos de algodón, un peine, bolsas de papel, sobres etiquetados y recipientes de vidrio para muestras de semen. También tiene una lista de verificación de protocolos y diferentes formularios tanto para los examinadores como para la víctima, incluidos los recursos de tratamiento y asesoramiento.
La simplicidad del kit lo hizo fácilmente replicable y asequible, aumentando la probabilidad de que fuera adoptado. El trabajo de Goddard continúa siendo una innovación de gran utilidad hoy en día, donde se intenta una agresión sexual cada 68 segundos en los Estados Unidos.