A mediados de 2022, la Unión Europea aprobó un acuerdo para usar el cargador único USB-C. De esta forma, todos los dispositivos portátiles pasan a funcionar con un mismo cargador. La medida, que entraría en vigor a finales de 2024 a falta de una segunda votación, evitará miles de toneladas de residuos.
Una vez aprobada, dispositivos tan variados como teléfonos móviles, tablets, auriculares, videoconsolas portátiles, pantallas, cámaras digitales e incluso ordenadores portátiles utilizarán un mismo puerto universal. ¿Por qué es tan importante un cargador universal y en qué beneficia al usuario?
Hacia el cargador único, una tendencia mundial
La estandarización ha sido una tendencia mundial desde el nacimiento de la tecnología. Incluso los enchufes se han quedado en poco más de una docena en todo el mundo. Además, muy compatibles entre sí, como pasa entre el A y B, C y E y F y J. Así se puede observar en el mapa de El Orden Mundial. Lo mismo ha ocurrido con los puertos de carga.
En el año 2009 existían más de 30 puertos de carga diferentes en Europa. Todos ellos ‘estandarizados’, pero cada uno orientado a unas especificaciones determinadas y muy concretas. Por ejemplo, había muchos tipos de USB (A, B, Mini-A, Mini-B, Micro-A, Micro-B), pero también había cargadores específicos para consolas y dispositivos.
Sony y PlayStation tenían diferentes, y lo mismo pasaba con Nokia, Canon, iPhone, LG y Samsung. ¿El resultado? Cada cable solo servía para un dispositivo, algo que generaba muchos problemas ambientales, de recursos, de residuos y de baja eficiencia. Incluso industriales y económicos para las familias. En 2010, el Micro-USB se convirtió en un estándar para móviles.
Reducir la enorme cantidad de residuos electrónicos
Los cables de carga tienen un peso que no es despreciable con respecto al del dispositivo. Sobre todo si estos son teléfonos móviles, relojes, dispositivos MP4 y MP5 o auriculares, entre otros. Y más aún si el cargador tiene su propio transformador. Si cada dispositivo que se adquiere necesita su propio cargador específico, el volumen de residuos electrónicos resulta inmenso.
Además, si cada dispositivo funciona con un tipo de cargador no compatible con nada más, una vez averiado o extraviado el cargador hay muchas posibilidades de que el dispositivo pase a convertirse en un residuo electrónico. Esto era muy frecuente entre los 2000 y 2010, cuando se dejaban de usar algunos gadgets porque era más fácil adquirir uno nuevo que buscar un cargador concreto.
Aunque es una estimación, hacia 2013 el 90 % de los nuevos dispositivos estaban cumpliendo con el acuerdo voluntario de emplear el Micro-USB, lo que se tradujo en una reducción de 6 a 21 millones de cargadores menos en la Unión Europea (UE). Según la UE, disponer de un cargador único eliminará 11 000 toneladas de residuos electrónicos al año.
Un cargador mucho más fiable y barato
Debido a la economía de escala y varios factores asociados a los procesos de fabricación, estandarizar aumenta bastante la calidad de los productos, al tiempo que reduce de forma significativa su precio. ¿Por qué pasa esto?
Pensemos en un escenario en el que hay cinco cargadores diferentes, cada uno de los cuales requería 100 000 € de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) para alcanzar cierto umbral de calidad. Pasar de cinco a uno ha hecho que ahora haya un total de 500 000 € para el desarrollo de ese cargador. Eso lo hará más fiable y barato.
Se estima que los consumidores ahorrarán unos 250 millones de euros al año al no necesitar comprar cargadores adicionales. Solo por esta medida, ya merece la pena la decisión. Y a la calidad, la bajada de precio y la reducción del impacto ambiental se suma un uso sencillo de la tecnología.
Hacer más fácil el uso de tecnología
De cara a los usuarios, que haya un único cargador es más fácil que una alternativa con varios tipos. Se necesitan menos cables en casa, el trabajo y la mochila, la posibilidad de error se elimina por completo y es posible extraviar un cable sin que sea necesario adquirir otro.
Es más, el precio de la tecnología puede bajar cuando no es necesario comprar uno nuevo. Si hay un único cargador, entonces es posible cambiar de móvil sin minar, fabricar, enviar, separar y reciclar tanta tecnología. Eso reduce el precio y el impacto. Sin cables, las cajas son más pequeñas y pesan menos.
El USB-C presenta algunas ventajas importantes de diseño, con foco en la posibilidad de enchufarlo en cualquiera de sus dos posiciones sin dañar el puerto. Uno de los motivos más frecuentes para tirar un dispositivo es la rotura de alguna de sus conexiones.
Hasta la fecha, solo una compañía se ha opuesto a la medida, estando el resto del mercado de acuerdo en el uso de este cargador. Si la votación de la UE sale al final adelante, todos los fabricantes usarán a partir de ahora este sistema USB.
En Nobbot | Fairphone, un móvil para un planeta sostenible
Imágenes | Lucian Alexe, Markus Spiske, Mishaal Zahed, El Orden Mundial