El concepto FANI ha desplazado al de OVNI. Así lo anunció la NASA a mediados de 2022 tras confirmar que crearía un grupo de estudio para los Fenómenos Aéreos no Identificados (FANI) con el objetivo de analizarlos a fondo. Este grupo de trabajo, que recibe el nombre de UAP Independent Study, funcionará “desde una perspectiva científica” para interpretar “las observaciones de eventos en el cielo que no pueden identificarse como aeronaves o fenómenos naturales conocidos”. También para crear nuevas herramientas que mejoren estas interpretaciones y detecciones.
¿Qué significa OVNI y cuándo se creó?
Las siglas OVNI (Objeto Volador No Identificado), que en inglés se leen como el acrónimo UFO (Unknown Flying Object), nos han acompañado durante más de siete décadas. Al pensar en ovnis, imaginamos alienígenas grises bajitos y una montaña seccionada en su cima. La realidad es más prosaica. Errores de radar, nubes raras, brillos que no se saben identificar o ruidos ídem.
En 1947 comenzaron las primeras investigaciones oficiales bajo el Gobierno de Harry Truman. El objetivo era conocer si el espacio aéreo había sido invadido por naciones rivales, con evidente interés por la Unión Soviética. El Proyecto Signo o Proyecto Platillo nació un año después para identificar UFOs que ya llevaba a cabo la Fuerza Aérea de forma poco científica.
Le siguió el Proyecto Grudge, y a este el Proyecto Blue Book. Desde entonces, han ido desarrollándose diferentes proyectos que finalmente cayeron bajo el ala de la NASA. Por lo general, se tenían los siguientes objetivos:
- Esclarecer si el espacio aéreo estadounidense había sido violado.
- Saber si los ovnis podían constituir un peligro para los Estados Unidos.
- Obtener, en la medida de lo posible, algún conocimiento o ventaja tecnológica.
Durante décadas, el objetivo de estas pesquisas tenían un evidente componente militar y, de hecho, estaba controlado por esta fuerza. Los informes que no terminan diciendo que les faltaban datos para llegar a una conclusión confirman lo que hoy es de dominio público: el Gobierno estadounidense fue víctima durante décadas de bromas, histeria colectiva o una mala interpretación de datos. Todo alimentado por la industria del cine.
Adiós OVNI, hola FANI
Los FANI sustituirán a los ovnis. En inglés, los Unidentified Aerial Phenomena (UAP) sustituyen a los Unknown Flying Object (UFO). El porqué es obvio para la NASA: si se busca comprensión y explicación científica a fenómenos extraños, lo suyo es abordar una perspectiva crítica, no fantástica y sin dar nada por sentado.
Bajo esta perspectiva tiene mucho más sentido hablar de fenómenos aéreos y no de objetos voladores, dado que el grueso de los fenómenos catalogados durante décadas por la NASA (y antes la Fuerza Aérea) no eran objetos voladores de ningún tipo. A menudo no eran ni objetos, y con frecuencia ‘no eran’, a secas.
Si un fenómeno extraño se clasifica como ‘objeto volador’ se está dando por hecho que hay un objeto y que vuela, y que por tanto algo o alguien lo hace volar. Sin embargo, el grueso de los objetos clasificados eran nubes, reflejos, bajadas de presión o brillos, no objetos, tecnología y desde luego no inteligencia de ningún tipo.
FANI (UAP), ¿qué es esta nueva división?
Según el comunicado que hizo público la NASA, que se acompañaba con la presentación en audio, las labores de este nuevo grupo de investigadores serán las siguientes:
- Determinar qué tipos de datos científicos de la NASA, organizaciones sin ánimo de lucro, empresas abiertas o del espacio aéreo civil deberían ser sintetizados y analizados bajo la óptica de los FANI.
- Fijar cuáles serán las técnicas de análisis científico más apropiadas, y cuáles debieran desarrollarse en el futuro para dar luz a estas investigaciones. También qué protocolos de notificación y sistemas de adquisición de datos habrá que desarrollar o revisar.
- Qué limitaciones físicas básicas pueden imponerse a la naturaleza y los orígenes de los FANI. Obviamente, bajo la ciencia conocida hasta la fecha o teorizada pero sin aplicación.
- Determinar los riesgos de los FANI para el Espacio Aéreo Nacional (NAS, por sus siglas en inglés).
La diversidad, punto crítico en FANI
En la nota de prensa enviada, la NASA pone el foco en la diversidad de los miembros tras FANI. Con el objetivo de disponer de todas las perspectivas posibles, el UAP Independent Study contará con “entre ocho y 12 miembros” de diferentes rangos, ramas de conocimiento y variables demográficas.
La meta con esta decisión es maximizar la “diversidad de pensamiento”, que dé lugar a nuevas ideas y diferentes procesos, en lugar de abordar una trayectoria más tradicional que, se sabe, ahoga el pensamiento crítico y los puntos de vista minoritarios.
De ahí que se reúnan en el UAP “expertos de la comunidad en diversas áreas sobre asuntos relevantes para los posibles métodos de estudio de los fenómenos aéreos no identificados”. Siguiendo con el espíritu de la NASA, los FANI seguirán los principios de apertura, transparencia e integridad científica.
Imágenes | Marc Thunis, Silvanica1