La pérdida de transparencia de la córnea y la función refractiva deficiente se encuentran entre las principales causas de ceguera a nivel mundial. Los implantes de córnea pueden solucionar algunos de estos casos.
Aunque la ceguera corneal puede ser tratable mediante trasplante, se estima que 12,7 millones de personas esperan una córnea de donante, con una córnea disponible por cada 70 necesarias. Con una incidencia de más de 1 millón de nuevos casos de ceguera corneal anualmente, la grave escasez de córneas de donantes presenta una carga desigual de ceguera sesgada hacia los países de ingresos bajos y medios (PIBM) en Asia, África y Oriente Medio
España se halla en una situación privilegiada en número de trasplantes de órganos y tejidos, sin embargo más de la mitad de la población mundial no tiene acceso al trasplante de córnea debido a la falta de infraestructura para la donación, recolección, pruebas y bancos de tejidos.
Por todo ello, supone una luz de esperanza para millones de personas en el mundo el estudio realizado por investigadores de la Universidad de Linköping con implantes de córnea obtenidos a partir de proteína de colágeno de piel de cerdo.
implantes de córnea en 20 pacientes
Los resultados, publicados en Nature Biotechnology, son prometedores, a pesar de tratar de un pequeño ensayo clínico. Los implantes de córnea realizados con bioingeniería a partir de piel de cerdo mejoraron la vista en 20 pacientes que sufrían de queratocono avanzado, una afección en la que la córnea se adelgaza y sobresale, causando visión borrosa y distorsionada.
Catorce de los 20 participantes eran ciegos antes del procedimiento, pero recuperaron parte o la totalidad de la vista después de recibir los implantes; también pudieron volver a usar lentes de contacto. Tres de los pacientes ciegos lograron una visión perfecta después de los trasplantes.
Todos los participantes del estudio continuaron tolerando los implantes dos años después del procedimiento y no experimentaron ningún efecto adverso, como inflamación o cicatrización.
«Los resultados demuestran que es posible desarrollar un biomaterial que cumpla todos los criterios para ser utilizado como implante humano, que pueda producirse en masa y almacenarse hasta dos años y, por tanto, llegar a más personas con problemas de visión. Así se evita el problema de la escasez de tejido corneal donado y el acceso a otros tratamientos para las enfermedades oculares», según Neil Lagali, profesor del Departamento de Ciencias Biomédicas y Clínicas de la LiU, uno de los investigadores del estudio.