Cerca de 200 piezas, más de veinte artistas contemporáneos y veinte proyectos científicos sobre este órgano fascinante forman parte de la muestra Cerebro(s) que acoge el Espacio Fundación Telefónica hasta junio.
El cerebro es el objeto más complejo que conocemos y el que más incógnitas genera tanto a nivel científico como filosófico y esta exposición explora cómo el arte, la ciencia y la filosofía han estudiado y representado a lo largo de la historia este órgano.
«Cerebro(s)» nos adentra tanto en la anatomía del cerebro como en todo aquello que éste genera: la consciencia, el pensamiento abstracto, el lenguaje, la imaginación, los sueños o la memoria. La muestra también indaga en otras mentes más allá de la humana: las inteligencias artificiales, animales y colectivas y las de organismos sin cerebro.
Científicos, filósofos, poetas y artistas hace siglos que estudian y cuestionan la estructura, la función y la evolución del cerebro. Cien años después de que Ramón y Cajal descubriese que la neurona era la unidad básica de la arquitectura cerebral, el ritmo de los descubrimientos se ha ido acelerando y ha permitido el establecimiento de nuevos vínculos entre ciencia y filosofía.
Pero, aunque la comunidad científica ha definido el mapa más detallado de la materia gris que jamás ha existido, el funcionamiento del cerebro sigue siendo una incógnita: ¿Por qué hay cerebros? ¿De dónde sale la consciencia? ¿Y la creatividad? ¿Qué pasa cuando la mente enferma? ¿Se pueden crear máquinas inteligentes? ¿Qué podemos aprender de la inteligencia colectiva de las hormigas?
más allá del cerebro: la biosfera cognitiva
«Cerebro(s)» se adentra en estas cuestiones y muchas más mediante la observación del rico paisaje de la cognición y su desarrollo histórico, desde los sistemas naturales hasta los sistemas creados por el ser humano. A través de material histórico, científico y artístico, la muestra cuestiona nuestra comprensión de la experiencia consciente y explora lo que puede pasar cuando esta experiencia se interrumpe o se degrada.
El recorrido empieza analizando cómo el estudio de los cráneos fósiles y el arte rupestre desvelan la aparición de la mente simbólica. Haciendo un repaso del planteamiento clásico basado en las descripciones anatómicas, se abordan también viejas cuestiones asociadas a la relevancia de la medida del cerebro, y a como una visión distorsionada e ideológica de este aspecto provocó la aparición de la frenología.
En otro apartado se analiza el cerebro y la conciencia como procesos donde la memoria es un elemento fundamental, probablemente el atributo más importante de nuestro cerebro. En gran medida somos nuestra memoria y cuando esta falla nuestros mundos se pueden hundir.
La muestra también se adentra en otros territorios de la biosfera cognitiva de allá de nuestro cerebro. Responder a grandes preguntas podría implicar tener que buscar agentes cognitivos que desafíen nuestra intuición: células simples que resuelven problemas matemáticos complejos, inteligencias colectivas desarrolladas por especies que trabajan conjuntamente como una sola mente, inteligencias artificiales que imitan los circuitos cerebrales o robots biológicos sin cerebro que muestran comportamientos básicos.