Cuando Google anunció el bloqueo de las “cookies” -galletas- de terceros en su navegador Chrome, el mercado publicitario y editorial «online» hiperventiló. Como respuesta a este movimiento, Telefónica, Orange, Vodafone y Deutsche Telekom trabajan en su propia “súper cookie”, Trustpid.
solicitud de permiso a la Comisión Europea para formar una empresa conjunta que desarrolle Trustpid, que ya ha sido aprobada, los operadores describen esta “súper cookie” como una solución de identificación digital basada en la privacidad para respaldar el marketing digital y actividades publicitarias de marcas y editores.
En suSujeto al consentimiento explícito del usuario, este sistema generará un token seguro y anonimizado a partir de la dirección IP del usuario y el teléfono móvil. Esta «cookie» de los operadores permitirá que marcas y editores reconozcan a un usuario sin revelar datos personales identificables y, por lo tanto, facilitará la visualización de publicidad a la medida, optimizando así el sitio o aplicación web.
Según señalan las compañías, los usuarios tendrán acceso a un portal de privacidad donde podrán revisar a qué marcas y editores han dado su consentimiento y retirarlo si así lo estiman oportuno.
Las “cookies” que forman parte de nuestra vida en internet
A alguien ajeno al mercado de la publicidad y los contenidos online quizás esto le suene un poco «tróspido», feliz neologismo acuñado hace años por el bloguero Hematocrítico, en el sentido de raro, rarísimo. Sin embargo, todos estamos acostumbrados a aceptar o rechazar “cookies” cuando entramos en un sitio de internet.
Para quien lo haga por simple rutina, sin saber muy bien para qué sirven, debe saber que estas “cookies” son las responsables de que veamos muchos anuncios de zapatillas después de haber buscado algún modelo de este tipo de calzado en internet con intención informativa o de compra.
Esto es lo que se llama publicidad dirigida y es clave en el modelo de negocio de marcas y editores, al mismo tiempo que permite que los usuarios podamos disfrutar de contenidos que nos interesan en internet sin pagar por ello.
Técnicamente, una “cookie” es un pequeño archivo de datos que se agrega al navegador del usuario cuando visita unas determinadas páginas web. El código se almacena en el navegador del usuario durante un período de tiempo definido por sus creadores (o hasta que el usuario decide eliminarlo) y cambia la forma en que el navegador interactúa con ciertas páginas.
Las “cookies” y otras tecnologías que se usan con fines de funcionalidad y personalización, permiten acceder a funciones esenciales de un servicio, como las preferencias de idioma o el contenido de un carrito de compra. Algunas “cookies” y otras tecnologías se utilizan para recordar preferencias y otras se usan para mantener y mejorar la experiencia de navegación, por ejemplo haciendo que no tengamos que teclear nuestra contraseña en un sitio web cada vez que entramos en él.
Las “cookies” también cumplen una función de seguridad ya que permiten autenticar a los usuarios asegurando que solo el propietario de una cuenta puede acceder a ella.
google se resfría, internet estornuda
Por todo ello, el anuncio de Google sobre el bloqueo de las “cookies” en su navegador provocó un terremoto en Internet. No hay que olvidar que Chrome es, de largo, el navegador más utilizado en el mundo con una cuota de mercado cercana al 80% y, por tanto, de él dependen miles de millones de ingresos del mercado publicitario “online”.
Es por ello, y porque da escalofríos esta dependencia absoluta de las decisiones de gigantes como Google, Meta o Apple, que los operadores de telecomunicaciones trabajan en el desarrollo de esta herramienta propia para identificar a los usuarios de internet garantizando su privacidad. Una alternativa que está siendo recibida con suspiros de alivio por las empresas que basan su negocio en ese proceso de identificación digital.
Habrá que seguir la evolución de Trustpid, así como de la alternativa a las “cookies” de terceros en la que trabaja Google dentro de su iniciativa Privacy Sanbox. Lo que parece claro es que, cuando Apple anunció hace años que impediría el rastreo de sus usuarios en internet, marcaba el camino para una revolución en la experiencia de navegación y rentabilización de la misma que parece que ya empieza a llegar a un destino, aún no sabemos si mejor pero seguro que distinto.