Terrible imagen la que ha difundido SkyFi, una empresa que ofrece acceso a imágenes satelitales, a través de su blog. Lo que vemos son toneladas de ropa de Europa, Asia y Estados Unidos arrojadas al desierto de Atacama, en Chile.
esclarecedor editorial publicado en Nature en 2022, la prestigiosa publicación llamaba a la reconversión de la industria de la moda, una de las más contaminantes. Los datos aportados por la revista eran demoledores: en 1995, la industria textil produjo 7,6 kilogramos de fibra por persona en el planeta. Para 2018, esta cifra casi se había duplicado a 13,8 kilogramos por persona, tiempo durante el cual la población mundial también aumentó, de 5.7 mil millones a 7.6 mil millones de personas. Ahora se compran más de 60 millones de toneladas de ropa cada año, una cifra que se espera que aumente aún más, a alrededor de 100 millones de toneladas, para 2030.
En unLa culpa de esta tendencia es de la llamada «moda rápida», basada en lanzar nuevas líneas cada semana, cuando históricamente esto sucedía cuatro veces al año. Hoy en día, las marcas de moda producen casi el doble de la cantidad de ropa que tenían en 2000, la mayor parte hecha en China y otros países de ingresos medios como Turquía, Vietnam y Bangladesh.
Pues bien, la imagen del desierto de Atacama tomada por SkyFi nos permite hacernos una idea de las dimensiones del problema. La imagen, con una resolución de 50 cm, que se clasifica como de muy alta resolución, se tomó utilizando imágenes satelitales y muestra la necesidad de un cambio en la industria de la moda y en nuestros hábitos de consumo.
el desierto de atacama, un vertedero al aire libre
Tal como explican en BBC, el comercio de ropa de segunda mano es un próspero negocio en Chile, en el que los comerciantes locales importan prendas desechadas, principalmente de Europa y Estados Unidos, para revenderlas localmente y a otros mercados latinoamericanos. Sin embargo, más de la mitad de las 60.000 toneladas de ropa importadas cada año terminan en vertederos ilegales del desierto, con graves consecuencias para el medio ambiente.
Este vertedero en el desierto de Atacama se halla cerca de Iquique, una «zona franca» destinada al comercio internacional, donde no hay aranceles, impuestos u otras tarifas relacionadas con aduanas. Por eso, cuando la ropa no se vende, permanece aquí, ya que nadie quiere pagar las tarifas requeridas para moverlas fuera del área. «El problema es que la ropa no es biodegradable y tiene productos químicos, por lo que no se acepta en los vertederos municipales», dijo a AFP Franklin Zepeda, fundador de EcoFibra, una empresa que fabrica paneles de aislamiento con ropa desechada.
La ropa, ya sea sintética o tratada con productos químicos, puede tardar 200 años en biodegradarse y es tan tóxica como los neumáticos desechados o los plásticos.