114 fotografías realizadas por el legendario fotorreportero Gervasio Sánchez a las víctimas de las minas antipersona en conflictos armados de todo el mundo componen la muestra «Vidas Minadas. 25 años» que acoge La Lonja de Zaragoza hasta enero de 2024.
piernas de plástico, en fundaciones donde eran maltratadas y abusadas o en familias que sobrevivían con muchas dificultades».
A lo largo de 25 años, Gervasio Sánchez ha mantenido en el tiempo su relación con aquellos a los que fotografió en distintos continentes después de que las minas les dejaran secuelas y muñones para toda la vida. Como él mismo dice: «Los estragos que provocan las minas son para toda la vida. Las víctimas de este proyecto fueron elegidas al azar en países africanos como Angola y Mozambique, asiáticos como Camboya, Afganistán e Irak, latinoamericanos como El Salvador, Nicaragua y Colombia o europeos como Bosnia-Herzegovina. Me crucé con ellas en hospitales a punto de ser amputados o malheridos con posibilidades de morir cuando eran menores, en centros ortopédicos donde intentaban volver a andar conOrganizada por el Ayuntamiento de Zaragoza en colaboración con DKV, la exposición se divide en varios ámbitos que nos relata la vida de nueve personas que un día su vida se truncó por culpa de una mina antipersona. Diferentes lugares y el mismo dolor, la exposición refleja las consecuencias y ese drama diario en una serie de imágenes que nos acercan a una realidad injusta, actual y cotidiana.
víctimas de las minas como símbolo de la tragedia
«Las víctimas protagonistas de este proyecto documental simbolizan la tragedia que afecta a centenares de miles de víctimas de explosiones de minas antipersona en todo el mundo. Todas tienen una historia que contar de lucha por la supervivencia y la dignidad y nuestra obligación, ya que somos incapaces de poner fin a los conflictos, es respetar sus vivencias. He intentado acercarme a ellas con gran respeto y he evitado condicionar o alterar sus formas de actuar o comportarse», declara el autor sobre las fotografías de su proyecto.
«Muestra cómo afectan a los protagonistas las heridas físicas que se mantienen en los cuerpos talados para siempre, las veces que hay que cambiar de prótesis, el coste de las múltiples operaciones, los efectos psicológicos que destruyen tanto o más que las mutilaciones, el dolor por las dificultades para mejorar, la felicidad por los pequeños retos conseguidos», añade.
Gervasio Sánchez ha recibido más de una treintena de premios y galardones, como el Premio al Mejor Periodista del Año por su cobertura de la guerra de Bosnia, otorgado por la Asociación de la Prensa de Aragón en 1993; en 1996 le fue concedido el premio Cirilo Rodríguez, el más prestigioso del Estado español para periodistas que ejercen su labor en el extranjero, como enviados especiales o corresponsales permanentes; en diciembre de 1997, la Asociación Pro Derechos Humanos de España le concedió el Premio de Derechos Humanos de Periodismo por su libro Vidas minadas y su trayectoria profesional.