La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una presencia constante en nuestras vidas, influyendo en decisiones que van desde la selección de personal hasta el diagnóstico médico. Bien usada, puede ser una oportunidad contra la desigualdad de género.
sesgo de género. Esta disparidad tiene implicaciones profundas:
Sin embargo, la omnipresencia de la inteligencia artificial no garantiza la inclusión ni la equidad. Con menos del 25% de las posiciones en el sector tecnológico ocupadas por mujeres, la desproporción de género en los equipos de desarrollo de IA lleva a la creación de soluciones tecnológicas con un marcado- Desatención de las necesidades femeninas: los productos de IA frecuentemente se diseñan sin tener en cuenta las necesidades específicas y las preferencias de las mujeres, lo que resulta en una menor adopción y satisfacción por parte de este grupo
- Perpetuación de desigualdades: Los sistemas de IA entrenados con datos históricos reflejan y amplifican los sesgos y las desigualdades preexistentes, afectando negativamente las oportunidades y el trato hacia las mujeres en diversos ámbitos.
- Refuerzo de estereotipos: la elección de voces femeninas para asistentes virtuales y otras tecnologías de IA, sin una representación equitativa de género, perpetúa estereotipos de género, asignando roles serviles o subordinados a las figuras femeninas en la tecnología
En España solo el 22% de profesionales en inteligencia artificial son mujeres. La realidad es que existen oportunidades laborales y personales que muchas niñas se están perdiendo por los sesgos hacia la tecnología que directa e indirectamente reciben de sus familias, de la información o la publicidad que reciben o su educación y que hacen que las niñas no desarrollen su potencial en estas áreas.
El aprendizaje de la inteligencia artificial se alimenta de un entorno social y cultural en el que imperan los sesgos. Es esencial entender que las palabras tienen sesgos asociados y que hay que desmontarlos.
internet para mitigar la desigualdad de género
Ante esta situación, desde el Chapter Singularity Madrid, comunidad profesional diversa, autoorganizada y sin ánimo de lucro, queremos liberar el poder de las mujeres en el mundo digital y aportar nuestro granito de arena en la carrera por la igualdad.
Creemos en la necesidad de profundizar, investigar y entender cada contexto, para ello ponemos nuestros esfuerzos en visibilizar los problemas y darlos a conocer. Queremos facilitar y promover conversaciones entre los actores y las actrices del mundo social y empresarial que navegan en estas aguas.
Internet puede ofrecer un camino para mitigar la desigualdad de género que experimentan fuera de línea las adolescentes, las niñas y las jóvenes, pero la desigualdad de género fuera de línea también puede impulsar la desigualdad de género que enfrentan en la red.
Y es que, en muchas ocasiones, identificamos a las mujeres como grupo al compartir necesidades e intereses, experiencias, obstáculos y barreras… pero mujeres somos el 51% de la población y la diversidad entre nosotras debe estar presente en el abordaje de los problemas que nos afectan y sus soluciones.
La brecha digital de género es una más de las múltiples desigualdades que sufren muchas mujeres, y que en numerosas ocasiones se suman a otras: por ser migrantes, por ser pobres, … La brecha digital de género tiene múltiples efectos limitantes en la vida de las mujeres. En la mayor parte de los casos agrava una situación discriminatoria y de exclusión de partida. Limita el acceso a la información de todo tipo (económica, política, educativa, de salud, de desarrollo personal…) con lo que la posibilidad de ejercer plenamente los derechos de ciudadanía se reduce.
La brecha digital de género limita las oportunidades de empleo y de emprendimiento y por ello reduce sus posibilidades de desarrollo e independencia económica. Limita su desarrollo intelectual y personal, y por tanto su crecimiento, capacidad de toma de decisiones y con ello sus posibilidades reales de empoderamiento.
Mapa de la brecha digital
La inclusión digital de las mujeres tiene que ser, por lo tanto, parte del compromiso social de construir relaciones de género justas y equitativas.
Con motivo del 8M presentamos nuestro Mapa de Brecha Digital, que encabeza este texto, para volver a recalcar la idea de que es importante pujar para que la revolución digital sirva para superar la brecha digital, pero también para que sea un vehículo de superación de otras brechas: la laboral, la educativa o la social.
Las mujeres queremos ser creadoras del mundo digital y queremos visibilizar que la brecha no es solo digital. Las disparidades en el acceso al uso y aprendizaje de la tecnología son a la vez expresión y resultado de las brechas laborales, salariales, educativas y sociales que debemos seguir trabajando en superar.
Aportamos nuestro grano de arena desde aquí, pero somos claras, no las entendemos por separado, sino como diferentes aspectos en el camino a lograr la igualdad de género. Vivamos un tiempo nuevo de plena igualdad con los hombres; sin privilegios que no requerimos, pero sin desventajas que no merecemos.