Redes sociales y móviles, principales vías de difusión del odio en la escuela

Móvil y odio en el aulaHilando voces: estudio del discurso de odio en la escuela es un trabajo pionero realizado por la Fundación Cotec y la Universidad Complutense de Madrid para saber qué impulsa a algunos jóvenes a ejercer el odio contra otros.

El estudio incluye una muestra de 3.260 personas, entre profesores y alumnos de 22 centros educativos, públicos y concertados, de cinco comunidades autónomas: Andalucía, Cantabria, Castilla y León, Comunidad de Madrid y Región de Murcia.

Además de abordar las situaciones que generan odio entre compañeros, la investigación ofrece información valiosa para identificar los grupos sociales más vulnerables a estas agresiones, así como la percepción de estudiantes y docentes sobre el tratamiento de este problema. Combinando encuestas con grupos de discusión, el trabajo conclusiones tan impactantes como que el 35% de los estudiantes dice haber sido víctima de discurso de odio en la escuela.

Una vez más, las redes sociales se convierten en herramientas de difusión del odio y, así, el 80% de las agresiones señaladas por los encuestados se producen a través de ellas. Los participantes del estudio las identifican, junto con los teléfonos móviles, como las principales plataformas de difusión del discurso de odio.

Sin embargo, existe un desacuerdo sobre si es mejor prohibir los móviles o educar sobre su uso. Durante las discusiones en los grupos focales, los estudiantes cuestionaron la efectividad de la prohibición de los móviles, argumentando que, pese a las restricciones, continúan produciéndose situaciones de daño hacia compañeros. El profesorado sí tiende a abogar por la prohibición de los móviles en los centros educativos.

discurso de odio y violencia física

Según los participantes en la investigación, las causas principales detrás de este tipo de agresiones están relacionadas con conductas de superioridad (71%), problemas de empatía y asertividad (64%) y la percepción negativa de lo diferente (58%).

Más del 35% de los encuestados dice haber sido víctima de conductas agresivas. En cuanto al tipo de agresión sufrida, las verbales, como insultos y gritos, son las manifestaciones más comunes de discurso de odio (70%); les siguen las agresiones psicológicas, como amenazas, rumores falsos y acoso verbal (59%); además de las sociales, como aislamiento o marginación (53%). Más del 80% de los casos cuentan que estas agresiones se producen a través de redes sociales.

Llama la atención que el 44% de los participantes que declararon haber sido víctimas de odio afirmaron haber sufrido violencia física. La mayoría de las víctimas de estas expresiones de odio en la escuela son, según los encuestados, personas a las que se ataca por su orientación sexual o diversidad de género, nacionalidad, etnia o diversidad funcional.

Las agresiones más percibidas incluyen molestar para divertirse (86%), humillar a través de escritos, redes sociales o en persona (87%), así como agresiones físicas (86%). Otras situaciones reconocidas como agresiones son el reenvío de fotos y videos sin consentimiento (64%), aislar o ignorar a un compañero (52%), o bien no intervenir cuando alguien insulta o agrede a otro (41%).

competencia digital para mitigar el odio en la escuela

En cuanto a cómo afrontar este problema, tanto estudiantes como docentes coinciden en lamentar la falta de formación, herramientas y recursos específicos para abordarlo. Se destaca la importancia de contar con figuras especializadas, como los departamentos de orientación, aunque el profesorado apunta también a la necesidad de incluir especialistas del ámbito de la psicología clínica en el entorno escolar. En cuanto a la formación recibida, un 24% de los estudiantes dice no haber recibido nunca información o capacitación en la materia, mientras que, entre el profesorado, el 58% afirma haber recibido formación al respecto.

La empatía, la competencia digital y la colaboración entre profesores, estudiantes y familias se consideran elementos clave para crear un entorno educativo seguro y respetuoso, en contraste con un enfoque basado exclusivamente en sanciones y castigos.

Imagen:natureaddict en Pixabay

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