Hogar digital: primera toma de contacto

Empezamos con esta entrada una nueva temática, que en un futuro más cercano que lejano probablemente ocupará párrafos y párrafos en blogs y revistas de actualidad tecnológica: la domótica será el próximo peldaño a subir, ese nuevo frente tecnológico que superar y normalizar como algo común en todos los hogares.

El término domótica nace de la unión de  domus ( casa en latín) y tica ( que funciona por sí sola, en griego), y hace referencia  al conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, incluyendo servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación.

Lo ideal de todos estos servicios es que funcionen de forma oculta, es decir, a través  de redes de comunicación cableadas o inalámbricas, pero que no salten a la vista en primera instancia. La idea es poder centralizar el control de la mayor parte de funciones periódicas o diarias de una casa, bien desde el propio hogar o incluso a distancia con terminales tan habituales como un móvil, supone en definitiva la integración de la tecnología en el diseño inteligente de un determinado espacio.

Por tanto, ¿qué busca un hogar digital utópico? Básicamente alcanzar cierto equilibrio entre los siguientes conceptos:

• Mejorar nuestro confort, como primer meta. Por ejemplo, con una red de dispositivos automatizados  que controlen rutinas diarias de un hogar como son el  riego de plantas, la iluminación, persianas bien orientadas a recibir la cantidad justa de iluminación solar y que permitan disponer de una climatización eficiente, internet mediante wifi en toda la casa para evitar cableados molestos…
• Mejorar nuestra seguridad:  nos interesa proteger nuestros bienes  en la medida de lo posible con alarmas gestionadas por la domótica (no sólo que nos adviertan de «visitas no deseadas», sino de posibles accidentes) como inundaciones, escapes de gas, incendios,  aperturas de puertas…
• Las telecomunicaciones:  como ya hemos mencionado antes, disponer de una conexión wireless para toda la casa puede permitirnos acceder remotamente no sólo al ocio que nos proporciona internet o las consolas, media centers… si no al acceso de paneles de control que monitoricen el estado actual de nuestra casa, y cuanto mejor sea esa conexión, más servicios como videovigilancia y otros audiovisuales podrán funcionar sin cortes inesperados.
• Un ahorro energético real: no siempre necesitamos  sustituir los aparatos o sistemas del hogar por otros que consuman menos,  sino que haciendo una gestión eficiente de estos puede suponer un gran ahorro, aprovechando las circunstancias exteriores para optimizar los procesos que se lleven dentro de la casa de forma que no haya, por ejemplo, demasiado cambio entre temperaturas, luz, etc.

¿Qué os parecen estos datos? En la siguiente entrega sobre hogar digital ahondaremos en algunos de estos puntos con ejemplos ilustrativos.