Puede que todo eso de la guerra de consolas de la nueva generación y la supremacía de la PC Master Race te haya pillado recogiendo gamusinos durante un retiro espiritual en medio del monte, así que probablemente ahora no sabrás por qué universo decantarte para jugar online.
Precisamente para aclarar todo eso y dar una idea general de cómo está la situación, hoy desgranamos las ventajas y desventajas de jugar online en consolas o en PC para que puedas decidir qué opción te conviene más cuando te enfundes los cascos y te lances a luchar contra tus amigos.
PC: con un poco de pasta basta
Empezamos por la opción que, simple y llanamente, parece la más lógica a día de hoy, la de un PC con el que el gran escollo y desventaja es un combo que a muchos les parece suficiente para abandonar sus intenciones de sumarse a esta modalidad de juego.
Hablamos de la inversión inicial, un pago que puede ir de los 400 a los 1.000 euros (o más) dependiendo del nivel de calidad técnica que busquemos en los juegos, y de la necesidad de tener unos conocimientos técnicos mínimos para sacarle todo el partido al juego en PC y las configuraciones personalizadas.
Lo bueno es que una vez superado ese pago inicial, el resto todo son ventajas a nivel financiero gracias a las mejores ofertas de precio y lo atractivo de adquirir juegos con grandes descuentos desde tiendas digitales. Eso y, por descontado, la posibilidad de ampliar la vida de cada título hasta cotas inimaginables en otras plataformas gracias a la publicación de ampliaciones no oficiales y cambios perpetrados por la comunidad modder.
Consolas: volver a ser niño
Ahora que ya hemos visto qué pueden esperar del PC los jugadores, toca saltar al otro bando, ese que parece creado para un público mucho más cómodo y desinteresado por cuestiones técnicas pero que sigue amasando millones día tras día y cuenta con los lanzamientos más sonados de la industria.
Precisamente esa es una de sus grandes bazas, con grandes adalides de la jugabilidad online como Destiny llegando de forma exclusiva a las consolas, pero aunque el precio aquí puede ser bastante inferior al de un PC con cara y ojos, el coste a largo plazo acaba siendo bastante superior, ya no sólo por el precio de los juegos, que son más altos, sino por la necesidad de pagar suscripciones online para poder jugar con tus amigos.
Esa y la falta de atención a géneros como la estrategia son los principales inconvenientes de jugar online en consolas en vez de en PC, pero por contra aquellos que quieran dedicarse al panorama competitivo de los juegos más famosos están obligados a cambiar el ratón por el mando.
¿Con qué me quedo entonces?
Lo lógico llegados a este punto sería decir que la plataforma ideal para jugar online es aquella a la que también jueguen tus amigos, pero ni siquiera eso debería ser un impedimento para saltar a una u otra opción.
Comunidades enormes de jugadores entusiastas las vas a encontrar allá donde vayas, así que lo más importante es valorar los pros y contras, aquellos que tú consideres pros y contras, y plantearte en qué plataforma se lanzan los juegos que más llaman tu atención.
Después de todo, por muy bueno que sea un online u otro, si al final lo utilizas para juegos que no acaban de convencerte la decisión no habrá servido de nada.
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