Internet, esa fuente inagotable de información, entretenimiento, aprendizaje, trabajo… Si retrocedemos 20 años y nos preguntásemos entonces qué iba a suponer Internet en nuestras vidas, pocos nos lo habríamos imaginado. ¿Estar constantemente conectados? ¿Tener acceso instantáneo a una fuente de información difícilmente abarcable? Las ventajas son muchas, pero también hay algún inconveniente.
Por ejemplo, últimamente, se habla mucho de un daño colateral: la privacidad. Somos, como es lógico, celosos de nuestra intimidad e Internet puede ser un auténtico coladero. Hoy vamos a intentar protegernos un poco más y desde Anexo M os vamos a dar una serie de pautas para navegar anónimamente cuando estemos en un PC que no es el nuestro y donde no queremos dejar registrada ninguna información.
Lo que buscamos aquí es que no quede ningún tipo de registro en el historial del navegador que utilicemos para acceder a Internet. No sólo de las páginas que visitamos, sino (lo más importante) que no quede reflejada ninguna hipotética contraseña que vayamos a utilizar. Para ello, los navegadores tienen opciones para funcionar en modo privado.
- Internet Explorer: Con el navegador abierto, vamos al menú herramientas (que por norma general se encuentra representado por un engranaje). Allí escogemos la opción «seguridad» y, dentro del menú que nos abre, «Navegación iPrivate». De esta manera, se abrirá una pestaña o ventana de la cual no quedará ningún tipo de registro.
- Chrome: El navegador de Google también nos da su opción. Dentro del menú «Archivo» tendremos varias opciones para abrir nuevas ventanas o pestañas. Simplemente escogemos la que dice «Nueva ventana de incógnito«. Y no tendremos que preocuparnos.
- Firefox: Otro de los grandes, dentro de los navegadores, y como no podía ser de otra manera, también tiene su opción para navegar en modo anónimo. El funcionamiento es muy similar, dentro del menú «Archivo», escogemos la opción de «Nueva ventana privada».
- Safari: Si utilizas el navegador de Apple, no te preocupes, la pauta es idéntica. Menú «Archivo» y, dentro de él, escoger la opción de «Nueva ventana privada».
Estos son los navegadores más comunes. Si utilizas otra opción, seguro que en menos de un minuto encuentras una opción similar, dentro de sus menús, que te llevan a realizar la misma función.
Otro punto a tener en cuenta, las búsquedas y las cuentas en diferentes servicios.
Aunque no quede registrado realmente, siempre es aconsejable tener muy en cuenta estos dos puntos. Hoy en día es muy común tener varias cuentas de usuario en diferentes servicios a lo largo y ancho de Internet. Cuando estemos navegando en un ordenador diferente al nuestro, tenemos que tener mucho cuidado de cerrar siempre las sesiones en dichas cuentas que podamos ir abriendo.
Por ejemplo, si accedemos a nuestra cuenta de Gmail o de Facebook, tendremos que tener cuidado de «desconectarnos» cuando hayamos visto la información que buscábamos. Si estamos navegando de modo privado, no tendría que haber mayor problema, pero nunca está de más acostumbrarse a hacerlo de manera habitual (desconectar las sesiones), así nunca nos arriesgaremos a dejar una sesión abierta.
Otra razón es porque, aun estando navegando de manera privada, si tenemos nuestra cuenta de Google abierta y realizamos una búsqueda en su navegador, esta quedará asociada a nuestra cuenta.
Por si todo lo anterior falla (o se nos olvida)
Sí, nadie es perfecto… Podemos acceder a un ordenador que no es el nuestro (por ejemplo, el de la recepción de un hotel), pero como vamos con prisa, se nos olvidan todos los pasos que hemos comentado antes. Hay opciones, que si nos habituamos a realizarlas, pueden mantener nuestra privacidad un poquito más a «buen recaudo».
Una de ellas es acostumbrarse a utilizar buscadores anónimos. Tanto Google como Bing o Yahoo (por nombrar a los «tres grandes») viven de tu información, de saber cuáles son tus intereses y sacar rédito de ello. Pero, afortunadamente, existen opciones en internet para la búsqueda segura. Una de ellas es Duck Duck go, este buscador no registra ningún tipo de información de las búsquedas que hagas.
Otra opción es instalar extensiones al navegador que estemos utilizando para protegernos un «poquito» más. Estas extensiones al navegador lo que hacen es protegernos de «terceros». Una de las más conocidas es Ghostery, que existe prácticamente para cualquier navegador y que hará que nuestra navegación por la red de redes sea un poco más segura.
Si ya buscamos algo más extremo y a «prueba de bombas», la mejor opción es Tor. Este programa, que debemos descargar e instalar, hace que absolutamente todas las comunicaciones emergentes de nuestro ordenador pasen a través de él, sean redirigidas por infinidad de servidores a lo largo del mundo y nos reporte la información que busquemos. Esto hace que todo sea «un poquito» más lento, pero no quedará absolutamente ningún registro de nada.
Por último, y el más importante, está el adquirir un hábito «saludable» (para la navegación por Internet) y que deberemos realizar siempre, sobre todo si estamos en un ordenador que no es el nuestro, borrar el historial de navegación. Dentro del menú «historial» que hay en todos los navegadores, tenemos una opción que borra el historial y todos los datos de navegación. Si nos acostumbramos a realizar esto siempre, haremos que no quede ningún registro de lo que hemos hecho.