Con el imparable crecimiento de los dispositivos conectados y el inexorable avance del Internet de las Cosas, pronto todos estaremos conectados en todo momento. De hecho, la consultora IDC publicó un informe según el cual se prevé que en 2019 los wearables hayan aumentado hasta los 215 millones de unidades. Smartwatches y dispositivos similares servirán, además, para realizar pagos e, incluso, para utilizarlos como billete de transporte. Pero para todo eso se necesita una conexión fiable y continua, y ahí es donde entra nuestro protagonista de hoy: la eSIM.
La eSIM, SIM embebida o SIM remota dará lugar a una revolución en las telecomunicaciones y en la relación operador-cliente. Básicamente, consiste en una tarjeta SIM que vendrá incorporada de fábrica en cada dispositivo y que se activará de forma remota por el operador. Además, incorpora un chip con los datos del cliente y será la identificación ante nuestra compañía telefónica.
Ya existe una primera especificación tecnológica, avalada por la GSMA, patronal de operadores y compañías de telecomunicaciones, de manera que a partir de ahora vienen una serie de etapas para adecuar la tecnología (y los usuarios) a esta nueva realidad:
Primera etapa: generalización
Durante esta primera fase, las eSIM se irá instalando en casi todo tipo de dispositivos móviles, excepto smartphones: tabletas, smartwatches y demás wearables y, por supuesto, en los coches conectados. Parece ser que, en principio, estas eSIM sólo soportarán un usuario, pero no es seguro.
Segunda etapa: masificación
En esta segunda oleada le llega el turno al dispositivo más generalizado: el smartphone. La principal característica será la posibilidad de poder tener varios perfiles de usuario en una misma tarjeta, aunque solo podamos utilizar uno a la vez. Pero, a cambio, podremos tener varios números de teléfono diferentes, varias líneas de diferentes compañías y, lo que es mejor, esto permitiría la portabilidad inmediata al no tener que esperar una SIM física.
Además de estas, son muchas las mejoras que la eSIM nos aportará a los usuarios:
- Dispositivos más pequeños. Como ya no existirá una tarjeta SIM física, los fabricantes y diseñadores podrán ahorrarse este espacio, así como el del puerto donde iba insertada. Esto será más importante en wearables como las pulseras cuantificadoras, por ejemplo. Ya no serán complementos del smartphone e, incluso, podrán llegar a sustituirlo (el Samsung Galaxy Gear S, modelo anterior de smartwatch, permitía insertarle una SIM).
- Roaming. Cuando viajemos al extranjero, no hará falta que tengamos en cuenta las tarifas de nuestra compañía allí. Como podremos tener precargados varios perfiles, uno de ellos puede ser perfectamente el de un operador internacional, evitando así el roaming.
- Seguridad. Con las eSIM, los usuarios podremos autentificarnos de forma más segura en multitud de ocasiones: entrada a nuestros hogares o lugar de trabajo, verificación de identidad para pagos o, simplemente, para que los dispositivos domóticos de nuestro hogar nos reconozcan (que se enciendan las luces cuando entremos en una habitación, por ejemplo, que se conecte nuestra música preferida, etc.), todo ello sin que tengamos que tocar nada y con una única identidad y suscripción.
De esta manera tanto el smartphone como cualquier otro dispositivo que lleve una eSIM se convertirá en el centro de nuestro mundo conectado.
No todo es oro
También hay aspectos que puede que no nos gusten tanto a los usuarios cuando las eSIM sean popularizadas. La primera posible desventaja es obvia: las averías o pérdidas del dispositivo. Si perdemos o estropeamos gravemente el smartphone, por ejemplo, nos quedaremos temporalmente sin nuestro número, sin comunicación, hasta que se transfieran nuestros datos a otro terminal, y no está claro lo que eso puede tardar, mientras que actualmente tan solo tenemos que extraer la SIM para introducirla en otro dispositivo.
Por otra parte, la característica de poder llevar varios perfiles (de varias compañías diferentes) en una sola eSIM no será muy del gusto de las operadoras, por lo que habrá que ver cómo se realizará esta funcionalidad.
Cambio de panorama
Muchos más son los cambios que se avecinan con las eSIM, como veremos a continuación. En primer lugar, muy probablemente, disminuirán en número las tiendas físicas de las operadoras de telecomunicaciones, tanto porque ya no se venderán SIM físicas, como porque las gestiones de activación se realizarán de forma remota. Esto puede suponer un gran cambio en este tipo de comercios, dando lugar a una tendencia que podemos ver en la actualidad, con menos tiendas pero de mayor tamaño, espacios más amplios y diáfanos y con asesores expertos para solucionarnos cualquier problema que tengamos con nuestro terminal.
Por otro lado, al venir insertada de fábrica la eSIM, cambiará la relación fabricante-operador. Es posible que los grandes fabricantes de terminales ofrezcan sus propias conexiones, o que negocien con las operadoras en base al número de terminales vendidos de su propia marca en particular, ejerciendo presión sobre precios finales.
En cualquier caso, lo cierto es que pronto podremos disponer de esta tecnología y los principales actores tecnológicos lo saben. Samsung, como decíamos anteriormente, comercializó el smartwatch Gear S con espacio para la SIM, mientras que su sucesor, el actual Gear S2, ya no dispone de esa posibilidad.
Por su parte, Apple también lleva tiempo experimentando con sus propias tarjetas eSIM, probándolas en vuelos y dejando que los usuarios elegieran entre tres operadoras diferentes. De hecho, la integración de la eSIM en sus próximos dispositivos como los nuevos iPhone podría ser el siguiente paso.
Pulseras, relojes, anillos inteligentes y, sobre todo, coches serán probablemente los principales beneficiados de llevar integrada de fábrica una eSIM. Y los usuarios con ellos, claro. Según un estudio de Smart Insights , 864 millones de teléfonos móviles con eSIM serán fabricados en el año 2020. Así que mejor que vayamos diciendo adiós a las tarjetas SIM tradicionales.
En Anexo M | Mobile Connect, la SIM de tu móvil es tu contraseña
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