Imagen de Lorca sonriente tomada por Buñuel en 1925.
80 años después del asesinato de Federico García Lorca, los españoles de bien y amantes de la poesía siguen llorando su muerte. Recordando esa fatídica fecha, muchos medios han publicado textos interesantes sobre la figura de este artísta, que «no se preocupó de morir, porque no se preocupó de nacer». En nobbot poco podemos añadir a lo que ya han escrito nuestros compañeros, así que nos conformamos con recomendaros esta selección de artículos.
LAS 13 ÚLTIMAS HORAS DE LORCA
En Público, el historiador Miguel Caballero, autor de la investigación “las 13 últimas horas en la vida de García Lorca”, recuerda que “el asesinato del poeta tuvo su origen en rencillas privadas, lejanas a posicionamientos políticos y a otras causas más impersonales y más frías, macerada en la cuba de los odios y las venganzas familiares”. Aunque el poeta tampoco pudo librarse, en medio de tales circunstancias, de su fusilamiento, por aplicación de bando de guerra, en la madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936. La actuación de cada uno de los implicados comienza el 16 de agosto, día de la detención. Aquella Granada, sumida en el terror, llevaba tomada casi tres semanas cuando Federico es detenido en la casa de los Rosales.
17.000 EUROS
En El confidencial nos cuentan que el 19 de septiembre comenzará una nueva excavación, dirigida por el arqueólogo Javier Navarro y Miguel Caballero, para encontrar los restos de Lorca en unos antiguos pozos de agua de Alfacar (al pie del Peñón Colorado), que pertenecían a una antigua fábrica de paños.
Se trata de una información que avanzó en abril bez.es que en una nueva nboticia destaca que al equipo arqueológico que busca los restos del maestro de escuela Dióscoro Galindo y los banderilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí, de cuyo fusilamiento junto con García Lorca, le faltan 17.000 euros para emprender la última fase de sus excavaciones, que pretenden comenzar este otoño.
homosexualidad y eufemismos
En El Español, Peio H. Riaño aborda la homosexualidad del poeta. «Entre el tonelaje adulatorio con el que se festeja el recuerdo de Lorca, debajo de la montaña retórica que desfigura la identidad del ser, hay una línea suelta, breve y casi invisible que da a entender que al poeta le gustaban los hombres. Como una nota a pie de página dopada con sobredosis de eufemismos para esquivar un asunto capital en su vida, en su obra y en su muerte. Lorca era homosexual, pero se prefiere dibujar con encuentros fortuitos, escamoteos amorosos, noches locas«.
LOS PAJAROS ENMUDECIERON
Recuperamos también esta emotiva carta escrita por Ana Isabel Bernal (autora de las tazas que ilustran esta información) en Eldiario.es en la que la autora se dirige al poeta e imagina «que cuando se escuchara aquel disparo, los chopos, cuyas ramas al viento decías que te nombraban, gritaron tu nombre con un lamento por última vez. La luna lloró. Las estrellas temblaron y se apagaron para dejar el cielo en el mayor de los lutos. Las fuentes dejaron de brotar agua. Los ríos se convirtieron en charcos. Los pájaros enmudecieron su canto. Y el sol ardió con un abrasivo llanto hasta secar tu sangre, entre la tierra donde te ocultaron. Y pienso en tu agonía, como la de los pececillos del copo que se asfixian, con la certeza de que acababan de matarte. Y qué última palabra e imagen pasaría por tu mente…»
JUSTICIA ARGENTINA
Y, con estupor leemos en Reuters que tendrá que ser la justicia argentina la que investigue el asesinato del poeta, La jueza federal María Servini de Cubría indagará sobre la muerte del poeta de la Generación del 27 a petición de la española Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica (APMH), que denuncia la violación de derechos humanos durante la Guerra Civil y el franquismo. La causa se abrió conforme al principio de jurisdicción universal que se aplica a violaciones a los derechos humanos.
despedida
Y terminamos esta foto con uno de los poemas de Federico García Lorca: Despida
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!