Bomberos luchando contra las llamas, científicos tratando de evitar la propagación de un virus o médicos socorriendo a las víctimas del enésimo bombardeo en el infierno sirio…Estas terribles escenas regularmente invaden los medios de comunicación y redes sociales y pueden afrontarse también a través de la tecnología y, en concreto, de las técnicas relacionadas con el Big Data.
3000 videos de la guerra de siria
La American Carter Center Foundation junto con Palantir, una empresa de Silicon Valley especializada en procesamiento de datos y análisis, comenzó a revisar más de 3000 videos en YouTube junto con informes del gobierno para mapear los bombardeos que se habían llevado a cabo Siria.
Con ello detectaron que los ataques podrían predecirse. Por ejemplo, los «ataques de bomba del barril», bombas no guiadas lanzadas desde helicópteros. De esta manera, los servicios de emergencia podían ser movilizados rápidamente en la mayoría zonas vulnerables. La teoría entonces fue puesta en práctica: la ONG americana Mercy Corps decidió utilizar el modelo creado por la American Carter Center Foundation y Palantir para desplegar sus equipos en Siria.
desastres naturales y sanitarios
Como en el caso de las situaciones bélicas, los desastres naturales y sanitarios también plantean considerables desafíos para la logística y la organización de ayuda en emergencias. Tomemos como ejemplo la proliferación del virus del Ébola en África occidental: es crucial ubicar a los que están enfermos durante una epidemia.
Sin embargo, el mapeo de las regiones afectadas no siempre es suficientemente preciso, lo que llevó a Médicos Sin Fronteras y Cruz Roja a trabajar con Openstreetmap, un servicio de mapeo participativo, y unos 240 voluntarios científicos de datos para representar las regiones y grandes ciudades potencialmente afectados, basándose en imágenes de satélite y datos de acceso abierto.
Big data y ebola
Gracias a este trabajo, el Boston Children’s Hospital pudo desarrollar la plataforma Healthmap para mapear la epidemia de Ebola y su evolución. Provista de inteligencia artificial, Healthmap utiliza datos en 15 idiomas de gobiernos, informes de la Organización Mundial de la Salud, redes sociales, agencias de noticias y testimonios de habitantes.
Otro desafío es prever la propagación de un virus, para lo cual las autoridades también deben conocer los movimientos de la población. En Senegal, Tigo y Orange trabajaron con Flowminder, una ONG sueca especializada en el análisis de datos públicos de salud. Los operadores facilitaron datos anonimizados de sus abonados, permitiendo así que la ONG pudiera mapear los movimientos de la población. En Nigeria el gobierno fue más allá todavía, al validar un decreto sobre acceso a los datos personales de teléfonos móviles de las víctimas del virus con el fin de localizar rápidamente todos sus contactos por referencias cruzadas de los datos.
incendios y deforestación
Y es que parece que no hay ámbito en el que no se puedan aplicar técnicas de Big Data para la solidaridad o para responder a cuestiones relacionadas con la sostenibilidad del planeta y sus habitantes. Por ejemplo, la plataforma Global Watch Forest se basa en los datos de organismos públicos (NASA, USAID, etc.), entidades privadas (Esri, Google, etc.) y universidades para anticipar incendios y la deforestación. El mapeo y modelado es actualizado casi en tiempo real. En el año 2015, Global Forest Watch participó en el seguimiento de incendios deliberados en Indonesia.
Por su parte, las multinacionales cada vez utilizan más esta plataforma para auditar sus cadenas de suministro y respetar así sus compromisos en términos de preservación de áreas forestales.
El caso es que, por estos y otros muchos ejemplos, Naciones Unidas lo ha visto claro y desde hace unos años, a través de su división Global Pulse, impulsa el uso de Big Data para iniciativas de desarrollo. Aquí se enmarca, por ejemplo, un nuevo proyecto de investigación en el que ha colaborado con BBVA Data & Analytics, el centro de excelencia en el análisis de datos financieros del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA).
Los impulsores recuerdan que, a medida que suben las temperaturas y los océanos se calientan, algunas regiones afrontarán fuertes cambios y se verán cada vez más afectadas por catástrofes naturales. Por ello, han centrado sus esfuerzos en un proyecto que utiliza los datos de las operaciones financieras para entender cómo se comportan las personas antes y después de catástrofes naturales, ya que el análisis de estos datos pueden ofrecer información crítica para entender la solidez económica de las personas que se ven afectadas por catástrofes naturales.
“Estamos rodeados de datos de operaciones financieras y utilizarlos para proteger los medios de subsistencia de las personas debería ser una parte integral de la contribución de las empresas a la sociedad”, explica Elena Alfaro, CEO de BBVA Data & Analytics.
A la vista está que hay múltiples retos humanitarios a los que se puede dar respuesta mediante técnicas de Big Data, técnicas que precisan de datos, así como herramientas para el análisis y recursos para la formación de expertos.
Por ello, pensando en el bien común, debemos impulsar la colaboración entre administraciones públicas y las compañías privadas que permita hacer un uso de la tecnología de Big Data que contribuya a un futuro mejor para todos.
En Nobbot / Big Data frente a Small Data: ¿quién lleva razón?