Periodismo e inteligencia artificial, ¿peligra la profesión?

En la atención al público, el reparto de paquetes, en el aprendizaje de idiomas…Que los robots han excedido aquellas típicas profesiones mecánicas y procesos de industrialización es una auténtica realidad. Un contexto en el que no podemos dejar de hablar de la llamada Inteligencia Artificial, un tipo de sistemas que incluso han empezado a usarse con fines más creativos.

Es el caso de las IA empleadas en el campo del periodismo para escribir historias. Una aplicación que ha sido vista con mucha suspicacia en el sector, pero también fuera de él; y un debate en el que entran en juego cuestiones tan variadas como el peligro de la profesión, la ética, la selección de noticias y un largo etcétera que analizamos seguidamente.

El punto de partida

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Así y aunque encontramos casos que se remontan mucho más atrás, el asunto ha vuelto a saltar a la palestra informativa durante los últimos meses de la mano de los fallos protagonizados por el algoritmo de selección de trending topics de Facebook, y también de Heliograf, un nuevo “cerebro periodístico” muy especial.

Y si bien en este primero nos centraremos unas líneas más adelante, cabe comentar que el segundo se encargó de redactar las noticias relacionadas con los Juegos Olímpicos de Río en el Washington Post. Una Inteligencia Artificial que despertó una gran polémica, pero cuyo uso, según apuntó el director de proyectos digitales del diario, Jeremy Gilbert, estuvo enfocado a “dar mayor libertad a los reporteros” y a permitirles que trabajaran en análisis y otros artículos más complejos.

Sin embargo, su decisión no estuvo exenta de polémica, sobre todo porque el medio insistió en el perfeccionamiento del estilo y redacción para que los lectores no lograsen diferenciar quién había escrito qué. Algo que también vienen haciendo otras publicaciones desde hace tiempo y que ha dado lugar a bots más completos.

“No se limitan a coger los datos y llenar los espacios en blanco en una plantilla. Tienen la capacidad de analizar los datos y averiguar qué cosas son importantes, las más interesantes, y pueden trazar una narración muy convincente, comentaba recientemente Martin Ford, autor de The Rise of the Robots, en NPR.

Nada nuevo

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Como apuntábamos, el uso de este tipo de sistemas no es asunto únicamente del Washington Post, sino que existen ejemplos similares que fechan incluso de 2012. Fue entonces cuando la revista Forbes “fichó” a un periodista robot para escribir y tuitear y que empezó a firmar sus artículos como “Narrative Science”.

La creación de este software –desarrollado por la universidad de Northwestern y que ya entonces evitó que los lectores se percataran de la diferencia– se remonta incluso, al 2010. Casi siete años que no han impedido que siga siendo un asunto candente y preocupante; y un ámbito en el que también otros medios se han atrevido a adentrarse.

Los Ángeles Times es uno de ellos. En concreto se decanta por los algoritmos para producir informes sobre terremotos locales con información del Servicio Geológico de Estados Unidos; unos documentos que se publican en su web solo tres minutos después de producirse el fenómeno. Sin embargo, no es la única sección “dirigida” por robots, sino que Data Desk es otra de ellas. Ahora bien, es necesario recalcar que se trata de una categoría centrada en los datos. Las alertas de criminalidad de los barrios de los Ángeles también están escritas de tal modo.

Associated Press utiliza, por su parte, una tecnología de insights automatizados llamada Wordsmith para las historias de ganancias corporativas; un sistema que ha sido también empleado por gigantes de la talla de Yahoo. Unos primeros pasos que tuvieron lugar a finales de 2014 y principios de 2015.

Aquí también cabe destacar las cuentas automatizadas o bots de Twitter, que se han convertido un habitual en pleno crecimiento en la plataforma de microblogging, que merece ser mencionada en este contexto. ¿La razón? Que se trata de una herramienta habitualmente empleada por los periodistas para estar al tanto de los temas candentes de la red.

El caso de Facebook

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Anteriormente nos hemos referido al caso de Facebook y a los problemas que se derivaron de su nuevo sistema de selección automática de temas candentes. El asunto se remonta al mes de mayo de este año, cuando la multinacional se vio inmersa en una tremenda polémica después de que uno de sus antiguos trabajadores la acusara de haber dado órdenes de eliminar de sus Trending Topics, las noticias de tono conservador.
La sección, para que nos entendamos, funcionaba desde 2014 en solo unos países y basaba su selección en un algoritmo. Sin embargo, la decisión final de destacarlas era cosa de humanos. Precisamente de los que acusaron a Zuckerberg de partidismo y manipulación. Y si bien inicialmente este se defendió a capa y espada, no tardó en cambiar su gestión para “minimizar los riesgos” en los que intervenía el juicio humano, estableciendo controles adicionales y dejando de lado las listas de sitios webs externos.

Unas semanas después, sin embargo, decidió hacer algo más radical: acabar con todo el equipo de trabajadores (un total de 18) y optando por un sistema automático que tampoco acabó con los problemas. De hecho, se filtraron numerosas noticias falsas, tanto del bando republicano como demócrata.

De hecho y tras el resultado de las elecciones estadounidenses, fueron muchos los que acusaron a la red social de haber influido en la opinión de los votantes. Si tenemos en cuenta que el 90% de ellos se informa a través de esta comunidad, no parece algo tan descabellado aunque, evidentemente, la idea es que el lector sea capaz de discernir lo que es cierto y lo que no.

¿Peligra la profesión?

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Llegados a este punto -y en un contexto en el que, según un estudio de CaixaBank, hasta el 43% de los trabajo existentes en España tiene riego elevado de ser automatizado a medio plazo- cabe preguntarse: ¿peligra la profesión de los periodistas? Para resolver esta duda hemos acudido al Decano de Periodismo de la Universidad Cardenal Herrera CEU, Elías Durán de Porras.

“La profesión siempre se ha visto amenazada por diferentes coyunturas. Se sintieron así la radio, la televisión… Es algo ligado a la aparición de nuevos canales […], pero estos son solo esto: nuevos canales”, comenta. Durán de Porras también se refiere a la elaboración de noticias imparciales, que se ciñen meramente a los hechos por parte de los bots. Algo que, según indica, “no sería negativo en un principio”.

No obstante, va un tanto más allá: “en realidad la gente no quiere consumir ese tipo de contenidos, sino que lo que busca es más bien interpretación. Y es ahí donde no llegarían los bots”. “Las funciones clave del trabajo, que son las de seleccionar, jerarquizar, valorar y ofrecer la información, va a ser necesario que las sigan haciendo personas […]. Ahora bien, los profesionales deberán adquirir nuevas capacidades y habilidades”.

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Respecto a la selección y a colación de la red social de Zuckerberg, apunta que casos como el suyo “han demostrado que no puede ser […]. Además es muy peligroso porque en teoría un periodista siempre debe estar guiado por la ética y tener en cuenta su responsabilidad social a la hora de informar. Y eso un bot, a priori, no lo hace”.

Además, destaca los problemas que implica que estos recaben información “de medios no contrastados”, así como de que escondan determinadas noticias. “El problema no está en que presente unas noticias sino en que esconda otras”. No obstante, no pierde de vista que “la gente necesita identificarse”. Para evitarlo, apuesta por los canales tradicionales y medios especializados.

Dónde tiene cabida la IA en el Periodismo

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Dicho lo cual, lo cierto es que algunas IA resultan de gran ayuda en este marco. Nos estamos refiriendo a su uso, por ejemplo, en el análisis de grandes cantidades de datos (Big Data). Esta aplicación brinda a los periodistas un tiempo adicional para analizar el contexto de la noticia y evita fallos propios de las rutinas productivas. Las alertas y notificaciones inteligentes, capaces de detectar noticias que estén ocurriendo a nuestro alrededor son otra aplicación útil.

En todo caso, no es necesario irse tan lejos: la selección automática que realizan determinadas herramientas como las citadas puede constituir un “sistema perfecto para saber de qué habla la gente y reaccionar ante noticias falsas y similares”, comenta el decano, que también compara las redes sociales con las tradicionales plazas del pueblo y casinos en la que se comentaban los temas de actualidad de la jornada.

A medio plazo podrían tener cabida también los bots conversacionales como forma de informarse –es probable que los distintos periódicos lancen los suyos propios, de la misma manera que hicieron con las aplicaciones-. Una evolución que, según los expertos, tenderá a la personalización de la experiencia del consumidor.

Consideraciones finales

En todo caso y volviendo a nuestro punto de partida, lo cierto es que el Periodismo es una profesión que, desde hace un tiempo, cuenta con sus particulares pecados capitales. Unos problemas entre los que se cuelan la influencia política, la falta de contrastación de las fuentes, el sensacionalismo e incluso la visión a corto plazo. Curiosamente, muchos de ellos coinciden con los que se atribuyen a la implantación de los bots en este ámbito.

Dicho lo cual, lo cierto es que su popularización en el ámbito periodístico forma tan solo parte de una evolución. Un cambio que todavía tendrá que asentarse para permitir, como comenta Durán de Porras, “el desarrollo del género de forma más perfecta”; y en el que la mejora de las IA en sí mismas, la adaptación del profesional –hacia perfiles centrados en la programación-, y la reacción de los ciudadanos serán clave.

Imágenes | Pixabay

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