La intuición es un elemento válido y su acierto procede de la experiencia y la observación. En el caso de los médicos, esa intuición se llamaba »ojo clínico» y en el periodismo, olfato. Conforme la medicina se ha tecnificado, el personal sanitario se fía menos de su ojo clínico y más de las pruebas diagnósticas que tienen hoy extraordinaria precisión. Los periodistas siguen confiando en su olfato, el que dice qué es noticia y qué no en un determinado momento, y aunque no se sepan el decálogo de Warren de memoria, sí saben qué elementos debe tener una noticia para serlo. Pero en un mundo en el que los clics convierten una noticia en dinero, cada vez son más importantes los datos y su análisis para comprobar qué titular es más compartido, qué formato prefieren los lectores y en qué redes están las audiencias más interesadas en nuestras informaciones.
Por eso, años después de que el marketing y otros sectores abrazaran con entusiasmo el big data, los medios decidieron utilizarlo para saber cómo llegar a una audiencia más grande y dispuesta a compartir noticias.
En el ámbito de la comunicación (si exceptuamos la comunicación política, que ha invertido recientemente en big data para ganar elecciones), las reticencias han sido mayores, quizá porque no se ha visto tan clara la relación entre ingresos y datos. Nos faltaba aterrizar ese tremendo mar de datos en proyectos concretos. Nos faltaba saber qué tipo de talento reclutar para proyectos de este tipo. Quizá también nos hacía falta vencer cierta aversión a los números, común entre gente de letras. Y nos faltaba saber qué profesionales son los más adecuados para conectar la ingeniería y la matemática con la dirección de comunicación de las compañías.
perspectivas de la comunicación: datos y posverdad
Para paliar todas estas carencias, wellcomm, consultora especializada en identificar talento para la comunicación, ha dedicado su informe anual de ‘Perspectivas de la Comunicación’ al big data y a otro fenómeno que ha irrumpido con fuerza: la posverdad. ¿Cómo es posible que cuando más fácil es el acceso a los datos, a los hechos, la verdad tenga que enfrentar un nuevo enemigo?
Más de 30 expertos y expertas dan su opinión sobre cómo todos estos elementos incidirán en la comunicación, en un informe que logra ser paritario e incluso ir más allá al incorporar más voces de mujeres que de hombres. Profesionales de ingeniería y analítica, inteligencia artificial, formación y recursos humanos, periodismo, marketing, comunicación política y servicios a empresas, analizan desde sus competencias y experiencias el estado de la cuestión. Por segunda vez, la filosofía entra en el análisis con una visión crítica de todo ello, y como novedad, dos relatos nos acercan ficciones distópicas/utópicas de un futuro en el que la inteligencia artificial y los algoritmos pueden cambiar para siempre la humanidad y la forma de conectar e interactuar.
la clave está en las personas
El estudio, que se presentó en Madrid con un debate entre varios de los autores participantes, fue transmitido en directo vía Facebook Live, y mantiene abierta una página web en la que wellcomm promete nuevas colaboraciones para mantener viva la reflexión acerca de estas realidades que alcanzan nuevos horizontes casi a diario.
»Los datos no son nada ajeno al periodismo ni a la comunicación: son consustanciales a esta actividad», indicaba Silvia Albert en el prólogo. Rosa Matías, directora de proyectos en wellcomm, añadía: »La enorme conectividad genera ingentes cantidades de información que nos da un conocimiento muy útil sobre procesos y clientes si somos capaces de gestionarlo adecuadamente». Al final, la clave como siempre está en las personas.