Poner fin a las limitaciones de nuestro cuerpo humano. Y hacer que las tecnologías sean un habilitador de nuevas percepciones, ampliando los límites hasta ahora conocidos. Una aplicación tan diversa, compleja y extraña como desafiante y, en cierta medida, polémica.
Definiendo el término: augmented human
El humano aumentado, también conocido como Augmented Human, es un término que se utiliza generalmente para referirse a las tecnologías que mejoran la productividad o la capacidad humana, o que de alguna manera se añaden y se incluyen en el cuerpo humano.
En algunos casos, estos avances son posibles gracias a una variedad de implantes y otras tecnologías que hacen que el ser humano aumente sus límites físicos.
Dentro de este área, se pueden hacer algunas clasificaciones. Por ejemplo, existen dispositivos e implantes que contribuyen a tener experiencias sensoriales más avanzadas, como los implantes cocleares, que suelen verse en, por ejemplo, personas con problemas de audición. También están los ortopédicos o dispositivos de extremidades que pueden mejorar la capacidad de movimiento o de los músculos.
Pero se habla ya de otro tipos de Augmented Human, más relacionado con tipos específicos de recursos de TI, tales como los datos. Se rumorea que algunas empresas de tecnología están trabajando ya en este tipo de dispositivos de conexión de datos que enlazan el cuerpo humano con fuentes externas de información, tanto visuales como basadas en texto, o ambas.
Del tratamiento terapeútico a la polémica
Muchas de estas nuevas opciones se postulan como una manera de potenciar y ofrecer mejoras en la salud humana y la calidad de vida. De hecho, Neil Harbisson, el principal icono de esta tendencia de los hombres aumentados, decidió implantarse una antena para ser capaz de ver en colores.
Algunos llaman HumanWare a esta fusión del hombre y la tecnología con el fin de cambiar las limitaciones biológicas humanas. Una mejor visión se convierte en una realidad debido a lentes inteligentes. La audición extrema se logra con los implantes e incluso se puede tener más fuerza física con los exoesqueletos. Gracias a la tecnología, los discapacitados visuales o personas sordas podrán ver o escuchar de nuevo.
Sin embargo, algunos miembros de la comunidad científican ha expresado su preocupación por el hecho de que las herramientas de aumento humano pueden estar construidas sobre conceptos tecnológicos como la biotecnología y la nanotecnología, de las que hace tiempo también se tienen dudas sobre la seguridad.
Modificando nuestro cuerpo
Aunque parece que sea una tendencia demasiado moderna, lo cierto es que los seres humanos siempre han querido modificar y ampliar su cuerpo. Anteojos, ropa y prótesis serían solo algunos ejemplos.
Gracias a los recientes avances científicos, la modificación corporal está, sin embargo, alcanzando cotas insospechadas.
La nanotecnología puede darnos cámaras de lentes de contacto y robots lo suficientemente pequeños como para patrullar nuestros torrentes sanguíneos. La modificación genética podría modificarnos para ser más inteligentes, más pequeños y más ecológicos, mientras que las interfaces neuronales podrían permitirnos conectar nuestro cerebro directamente con la web.
El reto es explorar las maneras de crear interfaces humanas-tecnológicas que permitan las extensiones naturales de nuestro cuerpo, mente y comportamiento.
La creación de estos aumentos asistenciales plantea un doble reto, ya que requieren, por un lado, nuevas tecnologías de hardware e interfaces que capturan información sensorial relevante, afectan al entorno físico al que están acostumbrados y, al mismo tiempo, no deben ser intrusivos. Pero también implican el enfoque de diseño holístico para aumentar la eficiencia, ser independientes y lograr la aceptación social si quieren que tengan una aplicabilidad en el mundo real.
De la tinta al diente pasando por un dedo USB
Algunos consideran que el hombre aumentado es un paso más allá de los wearables, puesto que no es solo tecnología que se lleva puesta, sino que pasa a estar dentro del propio cuerpo humano.
Hay ya varios ejemplos reales de personas que tienen dentro de su cuerpo algo de tecnología. Uno de los más mediáticos es Jerry Jalava, quien después de un accidente de coche decidió no usar una prótesis normal y apostó por ponerse como prótesis en un dedo una memoria USB.
También se investiga la posibilidad de que tu próximo implante dental lleve un teléfono incorporado. Este diente tiene un pequeño vibrador y un receptor de onda de radio y puede ser implantado en una cirugía dental rutinaria. El sonido, que entra en el diente como una señal de radio digital, es transferido al oído interno por resonancia ósea, lo que significa que la información puede ser recibida en cualquier lugar y en cualquier momento y que nadie más puede escucharla.
Mientras, UnderSkin, de la empresa New Deal Design, es una especie de tatuaje digital adornado con pequeños sensores. Se trata de un dispositivo plano pentagonal que se implanta justo debajo de la piel en la mano y se carga de la energía de su cuerpo y que podría interactuar con otros dispositivos electrónicos para diferentes usos y propósitos.
La música que produce tu cuerpo
Estas nuevas herramientas también tienen su exploración en otros campos, como el musical. Así, Calvin Harris utilizó un sintetizador humano gigante para realizar uno de sus temas. El material utilizado es Conductive Ink, o tinta conductora. Algunas de ellas es no tóxica pero sí flexible, soluble en agua y se mantiene en temperatura ambiente.
Una tinta conductora se aplica directamente sobre la piel para crear esta conexión entre la electrónica y el cuerpo. El material permite a los usuarios crear electrónica personalizada e interactuar con la tecnología a través de un gesto intuitivo. También permite que la información se envíe de la superficie de la piel de persona a persona o de persona a objeto.
Las áreas de aplicación potenciales van desde las artes escénicas a la música, moda, seguridad, militares, comunicación audiovisual y dispositivos médicos.
Algunas de estas propuestas, por su caracter disruptivo, son más polémicas y transgresoras que otras y deben resolver también ciertas cuestiones éticas. El tiempo será el encargado de determinar hasta dónde son capaces de llegar y de ser aceptadas y utilizadas.
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Fotografías: Pixabay.com, New Deal Design y Auger Loizeau