Vantablack es un nombre muy como de superhéroe, de cachivache salido de la mente de Batman, tan aficionado él a las sombras. Sin embargo se trata de un material creado por científicos británicos en 2014 que está considerado como el material más negro del mundo…negro, negrísimo, “negrérrimo”. No en vano, su cobertura de nanotubos de carbono solo refleja el un 0,035% de la luz que le llega, atrapando prácticamente toda la luz. Ahora, el mismo equipo de investigadores de Surrey NanoSystems han presentado el Vantablack S-VIS, su versión en spray.
¿Uso militar de vantablack?
De momento no está clara la utilidad de Vantablack más allá de generar imágenes impactantes para compartir en Facebook o Instagram, aunque los científicos ya avanzan un posible uso militar (en este punto nos da la bajona).
¿Pero qué hace tan especial al Vantablack? Pues resulta que es capaz de absorber el 99,96% de la luz ultravioleta, visible e infrarroja (“solo” el 99,8% en su versión en spray), vamos que no hay espectómetro en el mundo, por potente que sea, capaz de medir la luz que se traga.
“Incluso proyectando sobre él un puntero láser de alta potencia, apenas refleja nada de luz visible para el espectador”, explican los investigadores en un vídeo de Youtube. «Nunca antes habíamos fabricado un material tan negro que no pudiera ser recogido en nuestros espectrómetros en el infrarrojo». Con la idea de que Vantablack sea comercializable, los investigadores han lanzado su versión en spray que no es tan negro pero lo suficiente para convertir una superficie tridimensional en bidimensional.
negro como nuestro ánimo al mirar el saldo bancario a fin de mes
Vantablack no es una pintura sino un revestimiento especial constituido por millones de nanotubos de carbono, cada uno de los cuales mide unos 20 nanómetros (aproximadamente 3.500 veces más pequeño que un cabello humano) de 14 a 50 micras. Para que nos hagamos una idea, 1 nanómetro es igual a 0.001 micras.
Los investigadores utilizan una rebuscada metáfora para que nos hagamos una idea de la negrura de su superficie. «Para entender el efecto, tratemos de visualizar cómo sería caminar a través de un bosque en el que los árboles tienen alrededor de 3 kilómetros de altura en lugar de los habituales de 10 a 20 metros. Es fácil imaginar cuán poca luz, si alguna, nos llegaría”.
Vantablack es tan oscuro, es casi imposible de percibir para el ojo humano. Necesitamos un cierto orden de luz reflejada para que nuestro cerebro pueda procesar lo que está delante de nosotros. Como resultado, el equipo dice que la capacidad del observador para percibir se confunde, y algunas personas dicen que mirar a Vantablack es como mirar en un agujero sin fondo, como nuestro ánimo al mirar el saldo bancario a fin de mes.
Fuentes: Surrey Nanosystems