Un equipo de científicos del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla (en Estados Unidos) ha conseguido modificar un tipo de antibióticos ya disponible, llamado vancomicina, y gracias a este proceso, conferir al fármaco nuevos poderes para combatir a las ‘superbacterias‘ sin que estas desarrollen resistencia al mismo, tal como explican en un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
En concreto, los investigadores encontraron la manera de modificar estructuralmente este antibiótico desarrollado en la década de los 50 y al que los patógenos tardaron 30 años en resistir. Los autores consideran que esta nueva versión de la vancomicina supone un avance al poder eliminar la amenaza de las infecciones resistentes no solo presentes, sino también futuras, según hemos podido leer en ABC.
El director de esta investigación, Dale Boger, confía en que los médicos podrán utilizar esta versión modificada de la vancomicina sin miedo a las resistencias emergentes.
Asimismo, el estudio refleja que aún hay margen para incluir nuevas modificaciones como la adición de una alteración que otorga al antibiótico la capacidad de interferir con la pared bacteriana de una forma totalmente novedosa. Así, la combinación de las tres modificaciones, multiplica la actividad de la vancomicina por 1.000 y, por tanto, se produce un incremento de la durabilidad del antibiótico.
Por el momento, la modificación estructural de la vancomicina funciona, pues los científicos la han utilizado para combatir enterococos tanto resistentes como no resistentes al antibiótico tradicional y la nueva versión acabó con todos.
El siguiente paso de esta investigación consiste en diseñar una forma de sintetizar la vancomicina modificada a través de un número menor de pasos en el laboratorio, pues el método actual necesita 30 secuencias.
El poder de modificar los antibióticos
Las ‘superbacterias’ o bacterias altamente resistentes a los antibióticos son a día de hoy la primera causa de muerte en los hospitales y, la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que a día de hoy suponen una de las principales amenazas para la salud pública en todo el mundo. ¿El motivo? Estas bacterias evolucionan para contrarrestar la eficacia de los antibióticos. Sin embargo, este estudio demuestra que aún hay una posibilidad que parece funcionar: modificar los antibióticos ya disponibles para que estos recuperen sus ‘poderes’.
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