Cuánto ha cambiado Pokémon GO y por qué es ahora el mejor momento para jugarlo

Hace apenas un año, Pokémon GO revolucionó las ágoras de medio mundo. El otro medio miraba atónito ante un escenario inaudito, una fiebre contagiosa sobre un juego que funcionaba regular y donde gran parte de los usuarios se dedicaban a engañar vulnerando la geolocalización de sus teléfonos.

En apenas 4 horas ya era el juego más descargado de toda la App Store; en su primer día ya había generado más de 10 millones de dólares en beneficios —siendo un juego gratuito—. Los luditas arquearon la ceja y los amantes del running vieron en esta app su mayor aliada: hacer deporte mientras capturabas los bichos que marcaron tu infancia.

Pero Niantic no lo dejó estar: dejó caer el martillo de la venganza contra los tramposos y premió a los fans devotos, los que entraban en la aplicación diariamente, concediendo caramelos y otras regalías para mejorar la fidelización. Llegaron más pokémons —una generación entera—, llegaron nuevas opciones de configuración, eventos en fechas señaladas (Acción de Gracias, Año Nuevo, Halloween) en los que se repartieron objetos especiales, y se trajo de vuelta el sistema de avistamientos y huellas de aquellos animalitos que se escondían entre la maleza. 

Pokémon GO es hoy un juego con 752 millones de descargas, que conecta a 65 millones de personas, que ha generado más de 1.200 millones de dólares gracias a sus compras dentro de la aplicación —podemos hacernos con espacio extra para la mochila, un pack de superballs y hasta un sombrerito para nuestro avatar— y que no parece detenerse. Porque, contra todo pronóstico, hay quien sigue disfrutando como el primer día.

UNA REVOLUCIÓN REAL

‘Pokémon GO’, bajo el paraguas de Nintendo, supo integrarse en mundo real y presentar una fórmula atractiva tanto para aquellos usuarios que paseaban por los parques buscando completar su listing de pokémons como para quienes preferían la cacería de copilotos subidos a una moto.

Lo que unos tildaban de pandemia para atontilados otros veneraban como panacea social: fomenta la amistad y genera sinergias entre absolutos desconocidos. ‘Pokémon GO’ ha sido aplicado incluso para combatir la vida sedentaria e o la depresión.

Quien firma estas líneas fue de los que se rindieron pronto, que evolucionaron su Growlithe a Arcanine y, orgulloso de pasearlo, se quedaron en nivel 10-15 a las puertas de los primeros eventos. Pero vio, no sin cierta envidia, cómo otros compañeros engordaban su plantilla y, a golpe de caramelo y mucho polvo estelar, sus mascotas se convertían en verdaderas efigies intocables. El hype se calmó y se dejó de ver chavales por las calles andando con la mirada perdida en la pantalla de sus teléfonos. Hasta que comenzaron las cacerías. ¿Habéis visto un Snorlax?

Ahora, con el segundo verano como escenario y una serie de novedades sobre la aplicación, preguntamos a un usuario activo por qué seguir jugando y por qué seguir luchando por llegar a ser el mejor, el mejor que habrá jamás.

FORMAR PARTE DE ALGO MÁS GRANDE

Preguntamos a Mariano Hortal, un reconocido usuario que ni siquiera se había vinculado a toda la vorágine de productos anteriores de la marca —sus diferentes incursiones en videojuegos, series de animación, merchandising como manuales o cartas y toda su mitología común—, que pasó de ver ‘Pokémon Go’ como pasatiempo bobo y asumió que tenía algo más que decir. Y aún así, a día de hoy no piensa dejar de jugar.

-¿Cuándo empezaste a jugar a ‘Pokémon GO’? ¿Juegas sólo o con compañeros y amigos de tu entorno?

«Empecé (a jugar) el 15 de julio del 2016. Me animó la fiebre a nivel mundial. No conocía ‘Pokémon’, ningún juego ni el anime. Me pareció muy original lo de ir cazando por la calle aunque en mi móvil no funcionaba la Realidad Aumentada. Al principio tenía mucha gente alrededor que jugaba. Ahora… la verdad es que somos muchos menos. Mis amigos no juegan».

-¿En qué ha cambiado tu forma de ver el juego desde la primera exposición mediática hasta el actual estado?

«Al principio jugué por moda. En mi casa no tengo consolas: no soy aficionado a los juegos. Tiro antes hacia la  lectura o la ópera/música clásica. Pero las motivaciones fueron cambiando: quería tener toda la pokedex de primera generación. Tardé mucho en tenerla —¡lo que costaron Lapras y Snorlax!—. La segunda generación fue muy rápida y ahora con las incursiones estoy deseando que lleguen los legendarios. El juego ha evolucionado y ahora es más participativo que nunca. Que se junten decenas de personas para reventar a un Tyranitar es divertidisimo».

NO ES UNA MODA, ES UNA ACTIVIDAD COOPERATIVA

Aunque es cierto que devora baterías y congela aplicaciones como ella sola, ‘Pokémon GO’ cuenta con la opción de evitar la música del juego, los efectos de sonido, utilizar un modo de ahorro de batería con el que consumir menos datos e incluso eliminar la vibración que nos alerta cuando aparece un nuevo pokémon.

Y, si las limitaciones tecnológicas de los teléfonos no han logrado frenar a miles de jugadores, el paso del tiempo tampoco parece hacer mella. Al fin y al cabo, todo depende de la relación entre juego y jugador.

-¿Qué es lo que te lleva a seguir jugando tras un año? ¿Te ves jugando dentro de otro año?

«Sí que me veo jugando más adelante, ¡quedan cinco generaciones por lanzar! Me divierte cazarlos y, ahora, compartirlos con un montón de gente. Realmente es un juego que socializa y este es un punto muy a favor. Tenemos un grupo de Telegram y, para las cacerías, se espera a todos los que van. Hay muy buen rollo».

-¿Cuáles han sido tus momentos favoritos dentro de ‘Pokémon GO’?

«Es difícil decidirse. Desde Niantic han conseguido revitalizar el interés con eventos y dando diferentes premios. El primer gran evento fue el de Halloween: no solo conseguías Pokémon de tipo fantasma, sino que se dobló el número de polvos estelares y experiencia, incluso los caramelos y la distancia para conseguirlos. Quizá el siguiente más chulo fue la llegada de la segunda generación. Me gustó mucho el eggstravaganza, ¡de los huevos de 2km podían salir Lapras! Y, desde luego, la entrada de los nuevos gimnasios y las incursiones han dado una vuelta completa al juego».

-¿Algún consejo o estrategia para las incursiones?

«Para las incursiones lo mejor es buscar un buen grupo para poder hacerlas. Y eso exige que te abras y, sobre todo, que te documentes para las peleas. Saber qué utilizar según el Pokémon es primordial. Algo curioso: siempre realizo un lanzamiento con efecto para cazarlos, y mi ratio ha aumentado a lo bestia. Más experiencia por los tiros y más precisión. Al principio cuesta, luego es automático. Nada que no sepa un buen entrenador».

Una profundidad que acerca a ‘Pokémon GO’ a cualquier MMO (juego de rol masivo multijugador online), lo que fomenta un lore, una literatura en torno a cómo se juega y qué recursos hay que utilizar para mejorar. Los números son importantes, pero también las herramientas, cuidar cada detalle.

Esta es quizá la clave que llevó a distintos jugadores a colarse en iglesias, cementerios y hasta en un strip club: siempre se puede ser mejor, tener una versión más sana o grande o audaz de nuestro pokémon. Detrás solo hay algoritmos que no entienden de lecturas posmodernas, pero nosotros no podemos evitar encariñarnos conesos monstruos con los que compartimos kilómetros y kilómetros. 21 años después de su primera aparición como videojuego, ‘Pokémon GO’ se agotará cuando los usuarios lo decidan. Mientras tanto, hay aventura para rato.

Y ahora, con un reinicio completo de la serie programado durante los próximos meses, es el mejor momento para engancharse y entender qué hace a una saga con tantos años a cuestas un fenómeno adictivo e inagotable. Ya sabes: el límite máximo de jugadores en las incursiones es de 20. Aprovecha tu pase sabiamente y hazte con todos. ¡Los pokémon no van a cazarse solos!

Imágenes | Pixabay (cabecera), Niantic, Twitter

En Nobbot | Por qué Pokémon GO (mola) es el sueño cumplido de generaciones enteras de jugadores

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