Muchos lectores recordarán cómo sus padres, después de volver del trabajo, les echaban un cable para hacer ejercicios de matemáticas, les ayudaban a memorizar los ríos sobre el mapa o corregían con ellos un análisis sintáctico. Aunque el sistema educativo actual parte de la base de que los conocimientos se aprenden en el aula, buena parte de las familias se implican en el refuerzo lectivo, lo que trae consecuencias positivas a largo plazo para los alumnos.
Del mismo modo que padres con baja o nula alfabetización se veían hace décadas incapaces de echar una mano a sus hijos en distintas materias, hoy día los padres apenas se encuentran formados para abordar algunos conocimientos que serán necesarios para el futuro laboral de los más pequeños. El grueso de los padres son usuarios de tecnología, pero no comprenden los mecanismos tras la programación. Formarnos a nosotros mismos es el primer paso para ayudar a aprender a nuestros hijos.
Enseñar a nuestros hijos competencias, no materias
Las distintas automatizaciones en el mundo laboral tienden a asustarnos porque las percibimos como un tipo de tecnología que elimina puestos laborales. Aunque en cierto modo es así, también es capaz de crear otros. Diferentes, de un nivel de exigencia mayor en el que se combinan diferentes habilidades o competencias.
David Autor, economista del MIT, comentó en una charla TED que «no automatizamos trabajos, sino habilidades». De ahí que se requieran nuevas competencias, a abordar desde niños.
En el libro Diez nuevas competencias para enseñar, Philippe Perrenoud ya llamó la atención sobre enseñar a aprender sobre tecnología como factor clave en 1999. Aunque por aquel entonces la tecnología resultaba básica para nuestros estándares, ya despuntaba por su importancia. Hoy es imprescindible.
¿Por qué aprender a programar?
Como ya analizamos en un artículo sobre las ventajas y beneficios que aporta la robótica, aprender a programar (o comprender el proceso y flujo de trabajo que implica la programación) ayuda a los niños a plantear alternativas, resolver problemas, analizar situaciones de forma crítica, desarrollar sus habilidades motrices y cognitivas, colaborar con otros niños, fomentar un marco de debate…
En un futuro laboral cambiante, en el que los conceptos quedan obsoletos en pocos meses, resulta coherente enfocar la educación a enseñar a abordar problemas. Pensemos en cualquier puesto laboral actual: más allá de poseer unos conocimientos básicos sobre una materia, se buscan empleados y empresarios resolutivos y con gran capacidad de adaptación, entre otras habilidades.
¿Tengo que enseñar a programar a mi hijo?
Nuestros padres sabían leer y comprender un texto, y con esas capacidades era suficiente para seguir el hilo de nuestros deberes y ponerse junto a nosotros a ayudarnos. Eso no quiere decir que nos enseñasen lengua, filosofía o historia, pero sí que podían servir de apoyo cuando tuviésemos dudas en esas asignaturas. Es decir, no eran un profesor, pero sí un aliado clave.
Si somos capaces de comprender qué es programar, en qué consiste, cuáles son sus pasos clave, o su importancia, sabremos dar a nuestros hijos una plus a su educación del mismo modo que se lo damos cuando les ayudamos a construir castillos de bloques.
Cuando tienen su primera experiencia con ladrillos de Lego, por poner un juego, los niños tienden a apilarlos en vertical para construir paredes, lo que hace que estas sean realmente frágiles. Sin embargo, podemos estar ahí para plantearles otras soluciones arquitectónicas como puede ser el aparejo:
Si como padres comprendemos que el aparejo es una estructura más estable que la simple apilación de ladrillos, podremos guiarles en su juego y hasta enseñarles. De lo contrario, nos convertiremos en meros espectadores. Con la robótica y la programación ocurre algo similar: si no la comprendemos, no podremos ayudar a nuestros hijos con ella.
Cursos presenciales de programación y robótica
Programar, así, en líneas generales, es una actividad demasiado amplia. Se puede programar en tantos formatos y plataformas (domótica, arduino, Unity, Minecraft, apps, Mindstorm…) que hacer un inventariado completo resulta imposible, y la mejor opción acaba siendo teclear en Google «clases de programación para padres en [tu ciudad]». No obstante, mencionamos un par de aulas extendidas por España.
Keepcoding.io es una plataforma que ofrece tanto cursos presenciales como online en programación de aplicaciones, GitHub, HTML5 o Node.js, entre otros. La ventaja de que un curso sea presencial es que puedes contar con un profesor que resuelve tus dudas en el aula. Por contra, estos cursos suelen estar tan solo en ciudades grandes con mucha demanda, como Madrid, Barcelona, Zaragoza…
De cara a aprender junto a nuestros hijos también hay aulas presenciales. Una de las más llamativas es Con Más Futuro, presentes en Madrid, Sevilla, Oviedo, Toledo, Burgos, Jaén, Guadalajara, León, Navarra, Zaragoza y Valencia Norte, entre otros. Esta compañía empezó, como dicen ellos, con un grupo de padres frikis que buscaban que sus hijos no tuviesen sus mismas limitaciones tecnológicas.
Los mejores cursos online de robótica y programación
Los cursos online de robótica y programación presentan la ventaja de que todo el mundo puede tener acceso a ellos sin necesidad de vivir en una ciudad determinada. Además, al tratarse de cursos con características MOOC, no es necesario cumplir un calendario rígido.
Destaca (mucho) la escuela online codecademy. Esta es completamente gratuita y tiene cursos de HTML/CSS, Python, JavaScript, Java, SQL, Bash/Shell y Ruby. Tras esta le siguen Khan Academy (que pretende cambiar el concepto de educación), Code.org o Code School, entre muchas otras. Dentro de las webs clásicas de Coursera o edX también encontramos cursos de programación gratuitos.
Menos conocida, pero también online y destacable, se encuentra Juegos Robótica, más orientada al aprendizaje de programación dedicada a los robots. En concreto se orientan a la robótica educativa con Lego Mindstorms EV3, mBot y Arduino.
A medida que el sistema laboral demanda diferentes habilidades y competencias, las aulas van cambiando, y con ello los métodos de enseñanza. Sin embargo, nuestra educación como padres se remonta como poco a varias décadas atrás como poco, cuando los ordenadores en casa apenas eran una realidad. Actualizarnos a nosotros mismos con nuevas competencias será de gran ayuda a nuestros hijos en su futuro.
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