El color que le da nombre la viste de pies a cabeza. Con su cara seria, su pelo sucio y una pasión desmedida por las pipas reivindica la naturalidad y la individualidad, la independencia de cada ser humano en un mundo uniformizado, fuera y dentro de las redes sociales. Y eso le ha dado un buen puñado de likes. La tiranía de la belleza y el palo-selfie son los enemigos de esta heroína de la normalidad.
Ana Esmith es la artista madrileña que está detrás de Miss Beige, personaje al que ha dado vida junto a la fotógrafa María Dain. Heroína en el mundo post-Facebook, Miss Beige no tiene más superpoderes que su dignidad (aunque un martillo asoma en su bolso).
– ¿Cómo nació Miss Beige?
Nace a mi vuelta a España, después de vivir 15 años en Londres. Intento reciclar material que yo tenía para crear personajes, pero no acaba de cuajar nada. Entonces me encuentro el vestido y a raíz de ahí empiezo a tirar de complementos y a dar forma a Miss Beige. Creé el personaje un poco por azar, no era algo que llevase tiempo pensando.
– ¿Cómo definirías a Miss Beige?
Me han dado muchos apodos últimamente, pero el que más me gusta es la heroína de la normalidad. Está bien ser normal. Miss Beige defiende la normalidad como ley de vida, el no tener que inventarse una vida perfecta. Ella es normal y no necesita salir a encontrar cosas fuera, está bien consigo misma. Esa entereza es envidiable.
Ser tan auténtico, hoy por hoy, es imposible. Miss Beige quiere denunciar la felicidad impuesta diciendo: “hoy no me apetece ser feliz, no me apetece ser simpático con todo el mundo”.
El palo selfie es el peor invento del siglo XXI. Me parece terrorífico
– ¿Qué tiene ella que no tengan otras super heroínas?
Atreverse a ser beige, atreverse a ser auténtica. Todos lo tenemos complicado, pero la mujer en particular tiene un rol muy marcado a nivel imagen. Con Miss Beige defiendo la falta de género, que lo único que importe sea la autenticidad de la persona.
– Continuando con la temática cómic, ¿cuáles son los archienemigos de esta superheroína?
El palo selfie y la necesidad constante de compartir la vida en las redes sociales, olvidando lo que pasa de verdad, encerrándose en uno mismo en lugar de abrir los ojos y mirar alrededor.
El palo selfie es el peor invento del siglo XXI. Me parece terrorífico. Yo comprendo que a mucha gente le gusta retratarse. Pero, ¿de todo y en todo momento? Marcando todo el rato el “yo estuve aquí”. Hace que el ser humano no mire, simplemente se fotografíe. Y a mí eso me asusta.
– Empezaste por Facebook, ahora tienes Vimeo, Instagram… ¿Qué suponen para Miss Beige las redes sociales?
Suponen todo, son el gran canal de difusión. Como artista, me he tenido que adaptar a las redes sociales, porque es una parte que nadie me había enseñado. De repente, las redes sociales se convirtieron en el amo y señor de la existencia para cualquier actor. Me siguen dando un poco de respeto porque tampoco quiero convertirme en su esclava.
– ¿Por qué no hablas en tus vídeos?
Ni en mis vídeos, ni en mis performances. Miss Beige mira y no habla. A la gente le gusta observar, pero se incomoda mucho cuando se siente observada. Cada espectador reacciona de una forma distinta. Solo me comunico comiendo pipas. Escupo pipazos si no me gusta la forma en la que la gente me mira.
Es un homenaje a todas las personas que son un poco beige en su vida, que pasan desapercibidas en nuestra sociedad
– ¿Dirías que has elegido el beige o el beige te ha elegido a ti?
Quizá me ha elegido a mí, porque yo no tengo nada de ese color, no está presente en mi vida. Cuando apareció el vestido y lo vi, me atrajo su falta de color. Me lo encontré en el Rastro, revuelto entre un montón de ropa. Me costó un euro.
– ¿Qué representa este color?
En la sociedad, representa el color que la gente no mira porque pasa desapercibido. Por ejemplo, muchos de nuestros mayores llevan ese color. Es un homenaje a todas las personas que son un poco beige en su vida, que pasan desapercibidas en nuestra sociedad, pero son maravillosas. Una de las cosas que más me gusta es la gente mayor, que nunca me ha juzgado. Además, miran a la cámara serios, con dignidad, igual que Miss Beige. Posan de forma honesta, sin pensar en los siete filtros que van a poner.
– ¿Por qué llevas un martillo en el bolso?
Pues para limpiar. No hay por qué dar explicaciones de todo. ¿Por qué no puedo llevar lo que quiera? Lo que lleva la gente en los bolsos es un mundo.
– ¿Cómo preparas las apariciones de Miss Beige?
Hay una mezcla de espontaneidad y de temática. Pienso en qué quiero hacer, voy al escenario que quiero, pero sin cerrarme a las cosas espontáneas que nos pasan.
– Uno de los objetivos de Miss Beige es luchar contra la tiranía de la belleza. ¿Cómo lo hace?
Más que estar en contra de la tiranía de la belleza, está a favor de la individualidad. ¿Por qué todos tenemos que tener el mismo patrón? Miss Beige aboga por mostrar la individualidad en vez de por ser uno más. No todos tenemos que ser iguales, tener el mismo maquillaje ni llevar el mismo corte de pelo.
– ¿Crees que la tiranía de la belleza la potencian las redes sociales?
Sí, las redes sociales son un mundo donde hay tantas cosas que, en el fondo, premian muy poco la individualidad. De vez en cuando, algún individuo alcanza el éxito potenciando su individualidad. Para el resto, todos tenemos que ser iguales.
Cualquier foto que es retocada en las redes sociales es una pena, porque creo que nos está insultando
– Es habitual ver casos, especialmente en el mundo del arte y con mujeres, en el que personajes son atacados en las redes sociales por su aspecto físico. ¿Cómo se puede luchar contra este comportamiento?
Dejando muy claro, en las redes sociales, quiénes somos. Si critican por ser gorda, alta, delgada, por tener celulitis… en vez de esconderlo, tenemos que enseñarlo. Si todos nos mostrásemos tal y como somos, nadie nos podría tildar de nada. Ser alto o bajo no es un defecto, es un hecho.
Cualquier foto que es retocada en las redes sociales es una pena, porque creo que nos está insultando. Los que se quieran retocar, que lo hagan ellos. Es como si tú ahora retocas mis palabras y dices que soy la hija secreta de Puigdemont.
– Ahora que lo dices, te das un aire.
En el fondo, todos llevamos un Puigdemont independiente dentro (se ríe). Volviendo sobre el tema de las fotografías retocadas, creas una imagen que no es cierta, una piel y un cuerpo que no es real, estás construyendo una referencia que no existe.
– En las redes sociales también se habla de otras tiranías, la de mostrar la vida perfecta o la tiranía del like. ¿Están las redes sociales cambiando nuestro comportamiento?
Creo que todos tenemos dos seres, el de las redes sociales y el de la vida real. La vida que compartes es la vida perfecta. Nos acabamos convirtiendo en prisioneros de nuestra propia felicidad. Por eso está bien decir que no vas a ser feliz toda la vida. Y ya está.
Estoy harta de ver lo que come la gente, las vacaciones, las uñas pintadas de las chicas en la playa… Antes nadie compartía ninguna foto de la vida privada. Ahora es todo lo contrario. Abandonamos las calles, que es donde pasa lo más interesante, para centrarnos en las micro-tonterías. Es una lástima.
– Las fotos de Miss Beige, y sus títulos, denuncian mucho más que estas tiranías. Protestan contra la desigualdad, el lado oscuro de los nacionalismos, la situación de los refugiados…
Miss Beige está en contacto con el mundo, sale a la calle y muestra la realidad. Hay que denunciar que hay cosas que no funcionan, que son injustas. En esta vida donde todo parece perfecto hay mucha gente que lo está pasando mal; y no hace falta irse muy lejos para verlo.
– ¿Crees que las redes sociales frivolizan este tipo de debates?
Pueden frivolizarlo, porque pueden llegar a convertirlos en una moda. Aunque también ayudan a la hora de darles visibilidad. Las redes sociales dibujan una línea muy fina entre convertir un problema en algo público y frivolizarlo. La solución no está en sentir pena hacia un problema, está en lo que puedes hacer para cambiar las cosas.
– ¿Cómo ha conseguido Miss Beige esa visibilidad en las redes sociales en medio de todo el ruido que existe?
No lo sé. No me explico cómo ha ocurrido. Es un proceso donde yo he ido aprendiendo a lo largo de los últimos dos años, en el que poco a poco me fui dando cuenta de qué gusta y qué no.
– Likes, seguidores, entrevistas, inauguraciones… ¿Cómo lleva Miss Beige la fama?
Es una fama muy concisa, por lo que la lleva bien. Ella no cambia. Con fama o sin fama siempre es la misma. Si la invitan a los sitios, va, pero no hay un antes ni un después. Lo difícil es mantener la pureza y la dignidad.
– Como artista, ¿cómo crees que está cambiando el arte con la tecnología?
El arte se está intentando adaptar. La tecnología va a mil por hora y el arte va por detrás, con flato. La tecnología es la que manda y no espera a nadie. Hoy por hoy, si no existes en las redes sociales, no existes artísticamente. Tienes dos opciones: quedarte en casa quejándote de que nadie te ve o jugar a su juego. Las redes sociales te ofrecen exponerte a todo el mundo.
En Nobbot | Arte usando medios digitales: inteligencia artificial vs. artista humano
Imágenes: María Dain